Dragó: "Me atraen las teenagers, las adolescentes ya mayorcitas, las jovencitas"
El escritor ahora jura por su "honor" que que "jamás en mi vida he tenido el más mínimo contacto con mujeres que tuviesen menos de 18 años"
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En vez de apagar el fuego de la polémica, el escritor Fernando Sánchez Dragó ha avivado las llamas al confesar hoy en un encuentro digital en elmundo.es que, "como a la mayor parte de los hombres", le atraen "las teenagers, las adolescentes ya mayorcitas, las jovencitas".
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El escritor presume de que es así ahora y lo ha sido siempre: "Ya hace 43 años me atraían", se precia. "Pero seguramente por lo que usted está pensando, no tanto por la carne fresca, digamos, sino por la disponibilidad para correr aventuras no forzosamente eróticas que suele tener una chica joven frente a una mujer de edad", zanja.
Pese a lo que reconoció en su libro de conversaciones con Albert Boadella, Dragó jura ahora por su honor que "jamás en mi vida he tenido el más mínimo contacto con mujeres que tuviesen menos de 18 años".
En uno de los párrafos del libro Dios los cría..., el escritor señala: "En Tokio, un día, me topé con unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rimel, tacones, minifalda... Tendrían unos trece años. Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba".
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Dragó no niega ahora que algo pasó, aunque minimiza los hechos: "El ya famoso episodio de las lolitas de Tokio se produjo, pero no en los términos literariamente exagerados en que yo lo conté", sostiene.
El también presentador, magnánimo, perdona a todos los que le han criticado, que califica de "detractores encanallados" y "voces de sus respectivos amos"
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Pese a que tanto en el libro con Boadella y en una biografía anterior apuntaba que las niñas tenían "13 años como mucho", ahora recula: "Estoy seguro de que tenían más de 13 años, por lo pronto". Si en su momento fijó la edad en los 13 años fue porque es "una forma de hablar". "Igual podría haber dicho 18 o 10", trata de argumentar.
Es su única rectificación. Porque en el encuentro digital recuerda que otras 'batallitas' sí son reales: "Follé con mi mujer en la catedral de Sigüenza o que hice el amor en el mostrador de una cafetería de Torremolinos a la 13h o que hice el amor en público en un cabaret de Bangkok con una de mis siete mujeres... Todo eso es rigurosamente cierto y no voy a recular".
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Dragó, que afirma sentirse como Roman Polanski —al que se acusa de una agresión sexual cometida en Los Ángeles contra una menor en 1977—, señala que colabora con "una especie de ONG" que se dedica a amparar a los niños que sufren abusos de todo tipo en Camboya y presume del libro que suscitado la polémica, al que califica de "fresco, espontáneo, jugoso y divertidísimo".
El escritor se siente "indignado, asqueado y también dolido" por la polémica
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Dragó confiesa que, poco después de saltar el escándalo, "estaba incluso divertido". Con el paso de los días su valoración ha cambiado. Ahora se encuentra "indignado, asqueado y también dolido por la actitud de tantas personas que se dedican a juzgar a un semejante por algo que no han leído", lamenta.
Respecto a las muestras de protestas, como la cancelación por parte de Viajes Barceló de una ruta guiada del autor por Japón, Dragó se muestra aliviado."¿Usted sabe lo que para un hombre solitario como yo significa pastorear a 20 personas por los entresijos de una ciudad como Kioto cuidando de ellos desde el desayuno hasta la cena? Créame, estaba espantado".
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El también presentador, magnánimo, perdona a todos los que le han criticado, que sitúa en "detractores encanallados" y a "voces de sus respectivos amos". Y se despide recordando a todos los lectores lo mucho que le deben por su obra.