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Los divorcios aumentan un 4,7% y rompen una tendencia a la baja

En 2010 hubo 110.321 rupturas

D. AYLLÓN

Más divorcios y matrimonios más breves. El número de rupturas en España aumentó un 3,9% en 2010 (los divorcios, un 4,8%) después de tres años de descensos; y la duración media de estas relaciones se redujo levemente hasta los 15,5 años, según el informe Nulidades, Separaciones y Divorcios que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los datos, que confirman la tendencia que avanzó en agosto el Consejo General del Poder Judicial, analizan las 110.321 disoluciones totales que se produjeron el año pasado.

Los expertos consultados achacan el repunte de las rupturas a la falta de trabajo en los hogares . 'Si falta dinero en una casa, cualquier problema de convivencia va a peor', aseguró el presidente del bufete Zarraluqui Abogados de Familia, Luis Zarraluqui.

Pero si la crisis comenzó hace cuatro años, ¿por qué entre 2006 y 2009 las rupturas se redujeron un 27%? Durante estos años, los abogados de familia apuntan que hubo dos factores que prevalecieron. El primero, asociado a la vivienda. Quienes vivían de alquiler se resistían a tener que pagar dos casas y trataron de aguantar el chaparrón bajo un mismo techo, mientras que los que tenían una en propiedad evitaron malvenderla tras el desplome de los precios.

El segundo factor: 'La gente ya no se casa y, si no hay matrimonios, tampoco hay divorcios', resumió el presidente de la Asociación Padres de Familia Separados, José Luis Rubio. Esta circunstancia da aún más importancia al aumento de las rupturas del año pasado, ya que las bodas cayeron un 3,6%.

Por edades, quienes pasaron por los juzgados para poner fin a sus relaciones tenían 42 años (ellas) y 44,6 años (ellos), de media. Entre los que tenían hijos (casi seis de cada diez), los jueces adjudicaron el 83,2% de las custodias a las madres.

Por comunidades autónomas, las creencias religiosas, el carácter rural y la cercanía a Europa son tres factores importantes, según Zarraluqui, para entender por qué Catalunya tuvo la tasa más alta (2,78 divorcios por cada mil habitantes) y Castilla y León, la más baja (1,73).

El cambio legislativo de 2005 facilitó un despunte en el número de divorcios celebrados en España, en detrimento de las separaciones, que se desplomaron. En 2006 se marcó el máximo histórico, con un total de 126.952 divorcios. La caída en picado de las separaciones marcó un mínimo en 2010, cuando apenas recurrieron a este proceso 7.248 parejas, un 91% menos que en 2004.

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