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Detenido un electricista por la desaparición del Códice Calixtino

La policía ha detenido, además, a su mujer, su hijo y a su novia. El electricista trabajaba en la catedral de Santiago hasta que fue despedido cuando las autoridades eclesiásticas se vieron forzadas a regularizar la situación l

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La policía ha detenido a cuatro personas en Santiago de Compostela por su presunta relación con la desaparición del Códice Calixtino que durante 800 años custodió la Catedral de Santiago y que desapareció de forma misteriosa hace un año. Ayer fueron detenidos un electricista que trabajaba en la Catedral, su mujer y su hijo. Y esta mañana se ha detenido a una mujer, que podría ser la compañera del hijo del presunto autor del robo.

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El electricista Manuel Fernández Castiñeiras es en realidad un hombre de sólidas convicciones religiosas. De carácter reservado, vecinos que le conocen han indicado que es "un hombre metódico" que lleva una vida rutinaria, "marcada por las costumbres". De hecho, aun después de la desaparición de esta joya histórica, artística y religiosa, hace un año, este exempleado del templo, vecino de Milladoiro, mantenía entre sus rutinas la asistencia al culto a primera hora de la mañana, aunque ya no recibía la Comunión. Previsiblemente por el respeto que le tenían y en su honor, los vecinos han contado que algunos de los negocios situados al lado de su residencia, ubicada en la avenida más céntrica de la citada población, se mantienen hoy cerrados.

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Fernández Castiñeiras fue detenido ayer, martes, por la mañana. Su mujer e hijo, detenidos por la tarde, podrían ser considerados cómplices, informaron fuentes próximas a la investigación. El detenido, exempleado del templo compostelano despedido cuando el poder eclesiástico se vio forzado a regularizar la situación laboral de sus trabajadores, es considerado desde hace meses autor material del robo de esta guía de peregrinos de incalculable valor (vídeo). Esta semana, la Policía, que seguía prudentemente su pista desde hace tiempo, realizó registros en algunas de las propiedades de la familia situadas en las provincias de A Coruña y Pontevedra. En ellas los agentes encontraron monedas y vestigios procedentes de la Catedral, así como una "elevadísima suma de dinero" que según los investigadores, asciende a 1,2 millones de euros. Además, en las intervenciones policiales fueron localizadas ocho copias del códice.

Las pesquisas se centraron desde el principio en el estrecho círculo de aquellos que tenían acceso a esta pieza. El director del Museo de la Catedral de Santiago, Ramón Yzquierdo, siempre defendió como "posibilidad más factible" que el Códice haya desaparecido por la acción de alguna persona del entorno próximo a la propia basílica. El mismo martes por la mañana, este historiador decía que "parece ser que es la versión que ahora toma más cuerpo", justo cuando el próximo jueves día 5 se cumple un año de la desaparición de este manuscrito.

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Los agentes encontraron "una elevadísima suma de dinero" en el domicilio de la familia detenida

Sobre las investigaciones policiales que se han llevado a cabo en el entorno del personal que trabaja en la Catedral, Yzquierdo apuntó que todos habían "hablado con la Policía para colaborar", si bien reconoció que personalmente no se ha sentido "vigilado". "Quien pueda haber sido, posiblemente sí que se haya sentido más vigilado", apostilló en su conversación con Efe. 

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El Códice Calixtino todavía no ha sido recuperado. Según la Policía, el detenido "no se muestra muy dispuesto a colaborar". El electricista incluso habría llegado a poner precio al Códice, aproximadamente 40.000 euros, cantidad que, según él, el obispado le adeudaba por sus trabajos.

Una docena de agentes se han dedicado en exclusiva a este caso, que acumula larguísimos interrogatorios (a más de setenta personas), cientos de horas de grabaciones y registros. La Brigada Central de Patrimonio ha desarrollado su trabajo dentro del más absoluto hermetismo, merced al secreto de sumario.

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El deán de la Catedral, José María Díaz, declaró ayer, antes de conocerse la detención, que "por órdenes superiores" no podía pronunciarse sobre este asunto, y que tampoco era "lo más conveniente" para su salud. Díaz era el responsable del Archivo Catedralicio en el momento de la desaparición del Códice. Las escasas medidas de seguridad del habitáculo donde se guardaba esta pieza y la polémica generada con las llaves -varios medios publicaron que estaban puestas en la cerradura- provocaron su dimisión como guardador, aceptada por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio.

La Fiscalía de Galicia llegó a recomendar a la Iglesia la elaboración de un inventario de todo su patrimonio y la custodia en cajas fuertes de las reliquias de mayor interés solamente veinte días después de la desaparición del Códice. Sin embargo, y a un año vista, ningún obispado gallego se ha sumado a esta propuesta, denominada Iglesia Segura, Patrimonio Protegido. Solamente el Obispado de Astorga, que tiene jurisdicción sobre algunos territorios en Galicia, se ha adherido a este protocolo de prevención que busca prevenir más expolios.

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El Códice Calixtino estaba en una sala acorazada, pero dentro de un recinto con relajadas medidas de seguridad, y el supuesto responsable del robo era conocedor de esta "pobre protección", según fuentes próximas a la investigación. El juez instructor de este caso, el magistrado gallego José Antonio Vázquez Taín, se mostró estos casi 365 días partidario de "tejer las cosas" despacio, "siendo muy meticuloso".

Únicamente cuando se comprobó que el sospechoso no cooperaría de ningún modo, se procedió a la detención. Pero esta falta de colaboración había sido detectada mucho antes de su arresto ayer. Las indagaciones para dar con el Códice continúan, y la consigna es, según Efe, "precaución y cautela" para que un paso en falso no ponga en peligro este documento.

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A lo largo de este año, las conjeturas sobre este suceso han sido muchas, las principales un robo por encargo a petición de un coleccionista privado y una venganza personal entre miembros de la Iglesia.

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