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La crisis sepulta al PSOE con sus peores resultados

Zapatero asume la derrota, pero reitera su voluntad de agotar la legislatura 'para culminar las reformas'

GONZALO LÓPEZ ALBA

Abatidos todos y, en algunos casos, además de destrozados, con un punto de incredulidad ante el tsunami electoral. Así estaban anoche los socialistas. El escrutinio de las urnas sobrepasó los peores augurios y el 22-M certificó de la forma más abrupta el cierre de un ciclo que ha durado una década. Con José Luis Rodríguez Zapatero alcanzó el PSOE las mayores cuotas de poder territorial y con él se ha quedado escuálido como nunca.

La derrota fue 'transversal' y sin paliativos. El porcentaje del 27,8% de los votos en el cómputo global de las elecciones municipales sepulta al PSOE en sus niveles históricos más bajos, sólo equiparables a los de 1979 (27,9%). Y la ventaja del PP alcanza los 10 puntos, con más de 2 millones de votos. De esa diferencia, 1,5 millones son votos perdidos por el PSOE.

Se temía la derrota, pero la dimensión de la hecatombe sobrepasó las expectativas más pesimistas. 'Esta no será una buena noche para el PSOE', anticipó en una declaración sin precedentes la portavoz del Comité Electoral, Elena Valenciano, cuando sólo había transcurrido un minuto del cierre de los colegios.

Estaba previsto que, ya con resultados, compareciera después José Blanco. Pero fue Zapatero quien dio la cara. 'Hemos perdido claramente y nosotros también sabemos perder', fueron sus primeras palabras, a las 23.20 horas.

Valenciano no sólo había adelantado el resultado, sino también el análisis: 'Es evidente que el resultado está directamente relacionado con la crisis y que es la expresión de un malestar colectivo, legítimo y comprensible. Mucha gente lo está pasando muy mal y esta es la primera ocasión en que los ciudadanos han podido pronunciarse con su voto'. Esta explicación fue corroborada por Zapatero: 'Hay una clarísima relación con los efectos de la crisis, que tiene profundos efectos en el estado de ánimo de los ciudadanos, que hoy han expresado su malestar'.

Pudieron expresarlo ya en las elecciones europeas de 2009, pero entonces aún no se había producido el giro económico que provocó el enfado de buena parte del electorado socialista. Sobre el efecto que haya podido tener el Movimiento 15-M, la opinión de Valenciano es que 'no ha tenido mucha influencia'.

De las cinco comunidades autónomas que gobernaba el PSOE, al cierre de esta edición se daban todas por pérdidas, salvo Extremadura y por los pelos, con la ayuda de IU. Además, los nuevos candidatos en Madrid o Valencia obtuvieron peores resultados que sus predecesores.

Del terremoto no se libran los socialistas catalanes, que tras perder la Generalitat han visto también caer Barcelona, que habían gobernado durante los últimos 32 años, y Girona, con lo que se ahonda la crisis del PSC. Sevilla resistió más, pero también cayó del lado de la derecha.

Zapatero siguió el recuento en la sede del partido, a diferencia de lo que ocurrió hace cuatro años, cuando se quedó en el palacio de la Moncloa. La hecatombe de ayer acelerará el proceso de renovación en el liderazgo del PSOE, aunque ya estaba previsto desde que el secretario general anunció el 2 de abril que no volverá a ser candidato en 2012. El calendario lo estudiará hoy la Ejecutiva y el sábado lo aprobará el Comité Federal.

Pero, a expensas de los apoyos parlamentarios que precisa, el presidente del Gobierno se reafirmó en su propósito de agotar su mandato, 'no por culminar la legislatura, sino por culminar las reformas'.

 

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