'No a esta reforma constitucional'. Así rezaba un letrero que pudieron leer todos los miembros del Comité de Dirección del PP al abandonar por carretera el Parador de Toledo, donde Mariano Rajoy les había convocado para trazar la estrategia de la formación conservadora de aquí al 20-N. En la reunión, la cúpula del partido analizó la reforma de la Carta Magna pactada con los socialistas a fin de poner un límite al déficit público, un 'acuerdo satisfactorio', según resumió después María Dolores de Cospedal, número dos del PP, en rueda de prensa.

Pese a la fuerte contestación social por el hecho de que la reforma vaya a modificarse sin consulta pública y pese a que formaciones como CiU e IU, que en 1978 se sumaron al pacto constitucional, consideran ahora que el consenso se ha roto, el PP no tiene ninguna duda de que la modificación cuenta con 'el apoyo de la inmensa mayoría de españoles'.

Cospedal argumentó que su partido defiende la no necesidad de un referéndum porque este pacto entre los dos principales partidos 'cumple la Constitución Española y hace la reforma tal y como dice la Constitución'. Es decir, que el texto de la Carta Magna establece que no es necesario al igual que la modificación que precede a esta en el tiempo, la de 1992 con motivo de la adaptación al Tratado de Maastrich.

A juicio de la número dos de los conservadores, el acuerdo entre PP y PSOE en este sentido es 'de gran trascendencia económica y política' porque fija 'que no se pueda gastar más de lo que se tiene'.

Sobre la división surgida en el seno del PSOE a cuenta de la reforma, sostuvo que son los socialistas los que tiene que resolver sus 'discrepancias internas'. También dejó claro que el acuerdo ha sido con el PSOE y con 'su máximo responsable'.