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Los claroscuros de la Marca España

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El turismo de sol y playa, la selección española y sus logros, el flamenco, las tapas o los toros forman parte de la ya conocida como Marca España, un relato narrativo pensado en principio para proyectar una imagen de unión y prosperidad de cara al exterior. Marca España ¿A quién beneficia? analiza las luces y sombras de esta estratégica imagen que se intenta transmitir. 

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La realidad que plantea Pedro Ramiro dista mucho de la oficial. Marca España ¿ A quién beneficia? es un libro en el que el coordinador del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL), destapa las intenciones de este producto narrativo en el que como, como asegura, "las multinacionales son, las protagonistas de un discurso que trata de mezclar toda la parafernalia del orgullo de ser español con una doctrina económica basada en la expansión de los negocios de las grandes corporaciones y al servicio de ellas"

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Con eslóganes como Marca España somos todos, anuncios de grandes marcas dando mensajes de "tranquilidad a la sociedad, que los ciudadanos vean que se va saliendo de la crisis", buscando una unión entre ciudadanos y la creación de una identidad nacional.

Pero, ¿beneficia esta "marca" al conjunto de la ciudadanía? La realidad, como asegura Ramiro es "todo lo contrario" es sobre los ciudadanos donde está recayendo el deterioro de las condiciones laborales, rebajas salariales, aumento en las desigualdades mientras que las multinacionales "son las grandes beneficiarias y continúan con su lógica de crecimiento y acumulación". 

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El relato de la 'Marca España', como así lo describe el coordinador de OMAL en el libro, se articula en base a toda una serie de conceptos como riqueza, desarrollo y empleo, haciendo alarde de la responsabilidad social de las empresas, que señala como contradicciones, si se tienen en cuenta los efectos de las grandes corporaciones tanto dentro como fuera de las fronteras españolas "son nefastos en materia de derechos humanos" y, "no contribuyen a mejorar la calidad de vida de los habitantes". 

Con el objetivo declarado de "mejorar la imagen de nuestro país" esta narrativa,  que como señala el autor, forma parte de un discurso dirigido básicamente al consumo interno.

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Intentan, como aclara el escritor, convencer a la población de la necesidad de afianzar las empresas nacionales, por el "beneficio del bien común" pretendiendo "equiparar los intereses comunes de la mayoría de la ciudadanía con los negocios privados de una pequeña minoría que son los accionistas y directivos de las grandes multinacionales"  y dando una imagen de España que poco se asemeja a la realidad ya que se trata de un proyecto "hecho a medida de las élites empresariales" y no en función de la ciudadanos. 

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