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Canarias, Catalunya y ahora... Madrid

El colectivo antitaurino intenta exportar el debate al Congreso

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"Es nuestra fiesta nacional y eso es lo que os jode, ¡Nacional de España!", gritaba ayer un anciano exaltado y en bermudas a la veintena de activistas antitaurinos que, emocionados, celebraban en la madrileña Puerta del Sol su victoria en Catalunya. Se trata de uno de los reproches más habituales a los que se enfrentan los defensores de los derechos de los animales estos días. Y el principal de los sambenitos que pretenden quitarse desde ya. Por eso, una vez ganada la batalla del Parlament, pretenden llevar la pelea directamente a Madrid, donde ya están preparando su particular desembarco de Normandía.

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El 21 de julio, la Asamblea de Madrid admitía a trámite las 51.000 firmas que la protectora El Refugio había recogido para plantear una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) como la que ayer terminó triunfando en Catalunya. Las opciones de ganar en Madrid son nulas: Esperanza Aguirre controla las matemáticas de la cámara nada que ver con el Parlament, y desde que comenzó el debate catalán supo vestirse de abanderada de la tauromaquia adelantándose incluso a Mariano Rajoy al anunciar que declararía Bien de Interés Cultural (BIC) las corridas de toros. Luego se sumaron la Comunitat Valenciana y Murcia, otros dos parlamentos vetados a priori al movimiento antitaurino.

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No obstante, hay otro Madrid. Uno que interesa muchísimo más y con mucha más repercusión: el Congreso de los Diputados. El colectivo antitaurino pretende subirse a la ola de la ILP madrileña para ganar visibilidad para su lucha y desligar su reivindicación del nacionalismo catalán. Y, sobre todo, para comenzar a convencer a los políticos de Madrid, en el más amplio sentido de la expresión, de que es el momento de empezar a tomarse en serio la defensa de los derechos de los animales.

"Este avance (...) debe ser un ejemplo para el Gobierno central, tan alejado de la defensa de los derechos de los animales y de su propio programa electoral, como ha demostrado en lo que lleva de legislatura", aseguraba ayer en un comunicado la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA).

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Esta asociación, que debería cumplir la función de cuña antitaurina en el Congreso, arrastra una tara fundamental, su escasísimo peso en escaños: sólo uno de sus siete miembros, Joan Herrera (ICV), es diputado en la actualidad. El resto de los miembros de la APDDA son dos ex diputados de Los Verdes, una ex diputada del PSOE y cuatro senadores, de IU, ICV, ERC y CiU, respectivamente.

Enfrente de ellos, en un hemiciclo ficticio, se sentarían los más de 70 miembros de la Asociación Taurina Parlamentaria, presidida por el socialista Miguel Cid Cebrián. "Esta proporción no se corresponde con el sentir de la sociedad española con respecto a estos temas", razona Herrera al ser preguntado por esta llamativa desproporción. Una desigualdad numérica que el diputado atribuye a que "la matanza del toro sigue siendo un anatema en este país, un debate en el que muy pocos políticos se atreven a entrar".

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Revertir esa proporción es el trabajo que se encomendará el lobby que se va a desplegar en la capital desde agosto. Ya se ha designado incluso a la persona idónea, por formación y contactos, para asaltar los despachos de los diputados. Todo, con el respaldo de la Plataforma La tortura no es cultura, que se constituirá formalmente el mes de agosto. El germen de esta organización nació el pasado 28 de marzo, cuando por primera vez todas las agrupaciones animalistas, atomizadas e incluso enfrentadas, se unieron para manifestarse contra la decisión de Aguirre de declarar BIC a la lidia.

Las batallas locales y regionales no están descartadas, ya que siguen siendo la mejor forma de ir ganando poco a poco espacios libres de corridas de toros. De momento, ya son 80 los municipios que se han declarado abolicionistas de la lidia en toda España, un colectivo que no deja de crecer.

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Además, estuvo muy cerca de lanzarse una iniciativa como la de Prou! en Galicia, de nulo arraigo taurino, pero la victoria de Alberto Núñez Feijóo puso freno a las ilusiones. Asturias y Balears suenan como posibles caldos de cultivo de una nueva ILP.

El movimiento antitaurino también cobra fuerza más allá de las fronteras españolas. Por un lado, la plataforma española trata de afianzar las sinergias con sus primos suramericanos, donde se han apuntado algunos tantos. Caracas (Venezuela) y dos localidades colombianas ya se han declarado abolicionistas. Y Bogotá está cerca de caer.

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Además, Francia inició en junio el largo camino legal hacia la prohibición de la lidia. Una diputada socialista y otra conservadora presentaron la primera proposición de abolición de las corridas con alguna posibilidad de prosperar.

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