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El Bulli seguirá sirviendo comida

Se convertirá en 'un vivero de nuevas ideas y de nuevos talentos', explica el cocinero para acabar con la polémica

LIDIA PENELO

'Quizás llevamos mucho tiempo sin hablar de cocina', dijo ayer Ferran Adriá en su intervención en el Fórum Gastronómico de Santiago de Compostela, que se clausura mañana en la capital gallega. Además de explicar como prepara las albóndigas de sake o los cacahuetes miméticos, el que está considerado como el mejor cocinero del mundo aprovechó la ocasión para hablar sobre el futuro de El Bulli. Como ya anunció, el restaurante cierra, pero su espíritu no muere: 'El Bulli de Cala Montjoi se convertirá en una Fundación, necesitamos un nuevo escenario para seguir creando, un nuevo reto'.

La reconversión de El Bulli ha generado múltiples especulaciones entre la gente del sector, pero el padre de ladeconstrucción insistió en que no se trata de una desaparición ni tampoco de su retirada: 'La cocina es felicidad, no una novela dramática. Montamos la fundación porque nos apetece. Lo fácil era irse a las Maldivas. En 15 años hemos revolucionado la cocina y ahora queremos ayudar y promover a la gente joven', añadió.

Lo que tiene en mente no será una escuela, sino un think tank donde la gastronomía será la protagonista y se potenciará el diálogo con otras disciplinas. Con el libro Comer para pensar, Adrià ya dejó pistas sobre dónde quería dirigir su camino. 'Norman Foster, Vicente Todolí y muchos otros van a estar allí. Queremos ayudar a pensar, no a cocinar', explicó entusiasmado. Su objetivo es becar cada año a 25 jóvenes que ya estén formados como cocineros para colaborar en crear los nuevos conceptos de su revolución culinaria.

La Fundación El Bulli, nombre todavía provisional, será una fundación privada y sin ánimo de lucro complementaria a la Fundación Alicia, y Adrià tiene previsto presidir ambas entidades. En otoño de este año, El Bulli abrirá sus puertas y el menú empezará con un bocata de cóctel. Las últimas reservas son para 2011. Será en 2014 cuando la Fundación empiece su actividad. Según Adrià, en ella se servirán comidas, aunque no entró en detalles. 'La primera vez que llevé a mis padres a un restaurante japonés no les interesó porque no querían comer pescado crudo. A la semana siguiente, los llevé a una marisquería y comieron ostras y almejas vivas. Era lo mismo, pero es el choque cultural que nos ciega', contó para reforzar el mensaje de lo que quiere conseguir con la nueva fundación: 'De lo que se trata es de que no nos manipulen, de tener conciencia de lo que comemos'.

Este hombre que trata las rosas como verduras ayer lo dejó muy claro: 'A partir de hoy no voy a hablar del futuro, sino de cocina'. Aunque sobre la prohibición por parte de Italia de la utilización de algunos aditivos y elementos químicos, como el nitrógeno líquido, uno de los más utilizados en la gastronomía molecular, prefirió no manifestarse. 'El problema lo tienen los italianos, no nosotros, pero hay que recordar que el nitrógeno en la cocina lo introdujeron los franceses, no los españoles', puntualizó el padre de las espumas.

Y terminó pidiendo un aplauso para la gente del restaurante Mugaritz, incendiado hace unos días. 'Los que formamos la alta cocina somos amigos', despachó. El Bulli 2.0 ya está en el horno.

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