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La bomba de relojería de los ERE

El fraude de los fondos para empleo pone a la Junta contra las cuerdas

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En una semana en la que se han sentado en el banquillo dos expresidentes del PP (JaumeMatas y Francisco Camps), el partido obligado a dar explicaciones por un caso de corrupción ha sido el PSOE. El motivo es el caso ERE, un reparto fraudulento de dinero de un fondo de 647 millones aunque hubo ampliaciones de la Consejería de Empleo. A escasas fechas de las autonómicas (25 de marzo), el escándalo no da tregua a la Junta, que intenta mantenerlo a raya reiterando que nunca ocultó el escándalo, sino que lo denunció, y circunscribiendo los manejos al que fuera director general de Trabajo de 1999 a 2008, Francisco Javier Guerrero. "No puede ser que, cada vez que se sale algo nuevo, se suponga que lo sabíamos. No es así. El caso está acotado. Lo sustancial se sabe y lo denunciamos nosotros", apunta un miembro del Gobierno de José Antonio Griñán, donde está asumido que el escándalo puede pasar una factura electoral mayor que la que sufre el PP cuando le toca un caso de corrupción.

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¿Qué es "lo sustancial"? Del "fondo de reptiles", el dinero salía en muchas ocasiones sin control. Acababa en ERE con intrusos (hasta 72 prejubilados falsos) en empresas afines, en ayuntamientos del PSOE... La jueza instructora, Mercedes Alaya, investiga además si el Consejo de Gobierno, con Manuel Chaves de presidente, consentía el fraude. Incluso en un auto apuntó a una posible responsabilidad de Griñán cuando era consejero de Economía. Alaya también investiga el papel de José Antonio Viera, exconsejero de Empleo, al haber pedido a la Junta los expedientes de ayudas a ayuntamientos y empresas de 2003 a 2010 por valor de más de 16 millones.

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El Gobierno andaluz intenta limitar el impacto del turbio asunto de la cocaína

Viera, secretario del PSOE en Sevilla, cuenta con el respaldo de la Junta y del partido frente a las peticiones de dimisión del PP, pero su posición es delicada, más aún cuando otro consejero de Empleo de los tiempos de Guerrero, Anto-nio Fernández, sí está imputado. Entre los conocedores del caso, cunde la impresión de que si Alaya no imputa a Viera, es porque, al ser aforado, de-bería soltar la investigación.

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El amplio espectro que abarcan los autos de Alaya genera un clima general de sospecha que causa irritación en el PSOE. Aunque el argumentario de la Junta excluye las críticas a la jueza, desde el partido han salido voces discordantes (Alfonso Guerra) e incluso Griñán dijo que el PP, con sus denuncias, "engaña" a la jueza. Las suspicacias en el PSOE andaluz están a flor de piel. "[Antes de las generales] hubo demasiadas coincidencias entre los autos y las elecciones y espero que esto no ocurra [en las autonómicas]", señaló esta semana Susana Díaz, secretaria de Organización.

El margen de defensa es escaso en el PSOE, que ya lo ha probado todo. La propia Susana Díaz, en un gesto poco corriente, llegó a pedir "perdón" a los andaluces en pleno fragor del escándalo, en abril de 2011. Mar Moreno, consejera de Presidencia, se esfuerza en cada Consejo de Gobierno en desplegar el argumentario: "Colaboramos con la jueza", "el PP instrumentaliza a la Justicia"... Pero fuentes del Gobierno andaluz admiten "frustración" ante el escaso impacto de este discurso defensivo.

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Rajoy afirma que las autonómicas deben ser "un grito contra la corrupción"

Pero si lo "sustancial" del caso ya es suficiente para acogotar al PSOE, los detalles son lo que lo convierten en una bomba de relojería. Esta semana salió a la luz una declaración policial del exchófer de Guerrero, Juan Francisco Trujillo, contando que montó dos empresas ad hoc para recibir 900.000 euros que en parte invirtió en otros fines, en parte devolvió a Guerrero y en parte gastó en cocaína, copas y fiestas con él. Desde la Junta, argumentan que se trata de un "aspecto colateral", que no reclamó la devolución porque "no se conocía" este fraude y que su "no personación no entorpece la investigación, porque la Fiscalía defiende el interés público". En palabras de Mar Moreno, "la Junta no entra en el destino que Guerrero haya dado a los fondos defraudados".

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Según esta lógica, que parte del dinero defraudado pudiera acabar en drogas no es lo relevante. Pero sí, y así lo tiene asumido en el Gobierno andaluz, puede tener un fuerte impacto público. Más aún si se repara en lo sustancial: cómo, siempre según el chófer, un director general concedía ayudas a un amigo tras pactarlas en un bar.

Guerrero planta cara e insiste en volver a trabajar en la Administración

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La euforia de Javier Arenas y los suyos evidencia hasta qué punto el asunto pone al PSOE contra las cuerdas. Ayer mismo, en un acto en Málaga, el PP se reivindicaba como el partido de la limpieza. "Anda-lucía es tierra de gente decente, donde mucha gente se ha curtido bajo el sol del campo. No acepto en que nadie la identifique con los que han expoliado mil millones", proclamó Arenas. Y Mariano Rajoy añadió: "Estas elecciones [25-M] deben ser un grito esperanzado contra la corrupción y el desempleo". La ministra de Empleo, Fátima Báñez, también pidió el voto para"dejar atrás la corrupción".

A este cóctel se suma la actitud de Guerrero, que a lo largo de esta semana ha dado muestras de impaciencia ante la demora en la resolución de su solicitud de reincoporación a la Administración. A través de su abogado, Fernando de Pablo, se ha declarado dispuesto a "tirar de la manta". En declaraciones a Público, De Pablo puntualiza: "Mi cliente actuaba conforme a la forma en que se actuaba en Empleo antes de que llegara y después de irse. Es una locura lo que se está haciendo con él. Ni siquiera ha declarado ante la jueza".

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Guerrero pasa el fin de semana lejos de los focos (ni en Sevilla, donde reside, ni en su pueblo, El Pedroso) con su pareja y la hija de ambos, según su abogado, que asegura que no tiene dinero y que los únicos ingresos son los de su pareja, vendedora de seguros. Incluso afirma que ha tenido que recibir ayuda económica de un hostelero de El Pedroso. El plazo para responder a su petición de reincorporación acaba el 16 de febrero. El mensaje de Mar Moreno es que no hay nada que temer de él. "Si hay manta de la que tirar, está tardando".

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