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Boda con novio y dos 'esposas'

Un nigeriano llegó este viernes a su enlace en Parla esposado, tras 37 días internado por no tener papeles. El casamiento, autorizado desde febrero, le devolvió la libertad

DANIEL AYLLÓN

No es frecuente, pero hay bodas a las que el novio, en lugar de llegar en limusina y con dos gemelos relucientes en los puños, lo hace esposado, en furgón y custodiado por policías. Y, al salir, es un hombre libre. Este viernes ocurrió en los juzgados de Parla (Madrid).

A las 12.40, la hora del enlace, quien esperaba ante el altar era la novia. Valerie Nnenna Monye, nigeriana de 45 años engalanada con su traje salmón, los pómulos maquillados con purpurina y un tocado que recogía su negra melena, titubeaba con la mirada mientras el abogado del novio presentaba los últimos informes y documentación a los funcionarios.

'Me han procesado como a un ladrón, ha sido vergonzoso', criticó el prometido

Diez minutos después, un furgón de la Policía Nacional y dos coches patrulla cruzaron el aparcamiento de los juzgados con su prometido, Modestus Egwim, nigeriano de 32 años, esposado y custodiado por ocho policías. Los siete invitados al enlace, sorprendidos porque los agentes les superaban en número, tomaban fotografías al tiempo que comentaban la situación surrealista que se estaba viviendo.

'Modestus no es un delincuente. Somos buenos ciudadanos y nunca hemos dado problemas. No hay razón para que tengamos que vivir esta situación ¡Esto es inhumano!', clamaba la novia en la puerta de acceso al juzgado. Antes de comenzar la ceremonia, los agentes retiraron las esposas de las muñecas del contrayente, con las que había realizado el trayecto hasta la sede del Registro Civil.

El temor de los agentes a que acudiese un gran número de familiares y amigos, y que hubiese un riesgo alto de tumulto les hizo reforzar el dispositivo. 'Pero no tiene sentido porque no ha hecho nada malo', insistía el hermano de Modestus, Francis.

A la ceremonia acudieron más agentes de Policía que invitados

Otro de los asistentes, su amigo Benet, recordaba cómo la Policía detuvo a Modestus el 14 de abril, cuando ambos paseaban por una calle de Parla después de recoger una carta en la oficina de Correos. El motivo de la detención fue que Modestus no tenía sus papeles en regla. Aunque mostró a los policías la autorización del Registro Civil, fechada el 10 de febrero, para casarse con su novia en mayo (la boda con una ciudadana con residencia legal en la UE le permite también a él vivir y trabajar en Europa), el juez ordenó su ingreso en el Centro de Internamiento para Extranjeros de Aluche y su expulsión a Nigeria. En el centro pasó un total de 37 días.

Valerie llegó a Europa hace 18 años y, en la actualidad, trabaja en un supermercado de Viena (Austria). Modestus tomó tierra en España a finales de la década de los años noventa y se dedica a la compra venta de vehículos de segunda mano en Madrid.

Modestus y Valerie salieron de Nigeria hace 12 y 18 años, respectivamente

La ceremonia duró apenas nueve minutos. Fue el tiempo que tardó la magistrada en leer los derechos y obligaciones de la pareja, y su auxiliar, en traducirlos al inglés. Cuando la jueza pronunció las últimas palabras ('por el poder que me otorga el Estado español, yo os declaro marido y mujer'), la sonrisa de Modestus se llenó de dientes blancos y ambos se fundieron en un beso. 'Ahora estamos más tranquilos. Sólo espero que, en el futuro, no se vuelva a repetir una situación así', apuntó Valerie.

Por su parte, el marido, todavía custodiado por los ocho policías que acudieron al enlace, expresó su resentimiento por lo ocurrido: 'Desde que me encarcelaron, lo he pasado muy mal. Me han procesado como a un ladrón. Ha sido vergonzoso. Sin embargo, hoy es el día más importante de mi vida por mi boda con Valerie y por mi libertad'.

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