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Barcelona se moviliza para exigir el fin de la impunidad

Los manifestantes aclaman a Jiménez Villarejo al grito de "valiente, valiente"

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"Hoy celebramos una conquista parcial. Sois vosotros y vosotras los que habéis logrado expulsar a Falange de la causa contra Garzón", insistió ayer Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal anticorrupción, ante las 4.500 personas que ayer se concentraron en la plaza de Sant Jaume de Barcelona para defender al juez Baltasar Garzón. Y eso ha sido posible, añadió, porque el magistrado Luciano Varela se ha "sentido avergonzado". "Pero esto es sólo el principio. No pararemos hasta que se retire la querella contra Garzón", declaró Jiménez Villarejo, que fue recibido con gritos de "valiente, valiente" por la multitud.

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Los motivos que llevaron ayer a los barceloneses a responder a la convocatoria de la plataforma ciudadana Investigar los crímenes contra el franquismo no es delito son múltiples, según la escritora Rosa Regás: "Nos han empujado a manifestarnos. El detonante ha sido el juicio injusto a Garzón, pero la gente está aquí por muchas otras razones. Quieren que se acabe la impunidad, que le expliquen por qué Falange sigue siendo un partido legal, que se busque a sus desaparecidos. Después de muchos años de miedo, al fin se atreven a salir a la calle y a expresarse".

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Y lo hicieron sin estridencias. Apenas una decena de banderas republicanas. Las pancartas, escasas. A menudo, simples cartulinas blancas con frases sencillas, sin rimas: "No es delito". "Yo apoyo a Garzón". Ni una sigla política. Los líderes sindicales y de partidos que ayer se sumaron a la concentración se mantuvieron en segundo plano. Entre ellos, Joan Ferran (PSC), Enric Miralles (EUiA), Joan Herrera (ICV), Joan Ferran, Joan Carles Gallego (CCOO) y Josep Maria Àlvarez (UGT).

"Los franquistas mataron a tres de mis abuelos"

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"Los franquistas mataron a tres de mis abuelos", decía ayer María Jesús Díez, quien dejó a su marido en casa y se fue sola a buscar a gente en la plaza de Sant Jaume con la misma angustia que ella. "Necesitaba venir por mi padre, que murió hace tres años y siempre sufrió por no poder contar lo que pasó", explicaba Díez.

Un sentimiento similar expresaba Fernando Garijo, un brasileño de 40 años, nieto de un socialista fusilado en Soria, que ayer quiso homenajear a su abuelo, al que debe su conciencia política. "Se nota que la gente tiene ganas de gritar y de reivindicar su memoria después de tantos años de silencio. Me gustaría que hubiera venido más gente a la manifestación", añadió.

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Tras la lectura de un poema de Miguel Hernández, a cargo de la actriz Vicky Peña, el también actor Jordi Dauder y la escritora Carmen Domingo leyeron el manifiesto y acabaron coreando el "No pasarán", que fue recibido con el mismo entusiasmo que los gritos de "salud y república". Domingo anunció que próximamente habrá más actos.

"La verdad de lo que se está diciendo aquí es tan obvia que hago míos a José, a Carmen... y a todas las víctimas del franquismo", explicó, vía megáfono y con un marcado acento inglés, Jane Arnold, de Estados Unidos. Y lo que allí se estaba diciendo, a las puertas de la Audiencia Provincial de Sevilla, no era más que un alegato por la memoria histórica, la dignidad de las víctimas del franquismo y el apoyo al juez Baltasar Garzón.

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"Es nuestra forma de agradecer el papel desempeñado por Garzón"

A pesar de que la ciudad apuraba las últimas horas de la Feria de Abril, más de 500 personas, entre ellas la madre del juez Garzón, participaron en la concentración, en la que se corearon consignas como "fosas cerradas, heridas abiertas" o "Garzón, amigo, Sevilla está contigo". Pero sobre todo se escuchó a familiares de las víctimas, que con un simple megáfono, fueron relatando la historias de sus padres, madres, abuelos, tíos o incluso bisabuelos. Varias banderas republicanas adornaban la concentración, además de decenas de fotos de víctimas de la Guerra Civil y el franquismo. Jacinto Gutiérrez se hizo su propia pancarta, utilizando la foto de su abuelo, Antonio Collado, fusilado en Granada. Sobre la imagen se podía leer: "Por mis muertos que apoyo a Garzón".

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Un grupo de chilenas desplegó una gran bandera de su país en el centro de la concentración. "Es nuestra forma de agradecer el papel desempeñado por Garzón en el caso Pinochet", explicó una de ellas, que dio, "en nombre del pueblo chileno, todo el apoyo y ánimo en su lucha a las víctimas del franquismo y sus familiares". También en Almería, Córdoba, Málaga y Jaén tuvieron lugar concentraciones de apoyo a Garzón. La más numerosa fue en Córdoba, donde participaron 1.500 personas.

La plaza del Ayuntamiento fue el lugar elegido para que cientos de valencianos apoyaran ayer al magistrado de la Audiencia Nacional detrás de una pancarta con el lema: “Con Garzón y la justicia universal. Investigar los crímenes del franquismo no es delito”. La lectura del manifiesto corrió a cargo de la actriz Rosanna Pastor.

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En el acto que se organizó a través de Facebook, aunque contó con el respaldo de Esquerra Unida, se escucharon gritos de “Garzón, amigo, el pueblo está contigo” o “Nosotros sí tenemos las manos limpias”, en alusión al sindicato ultra que presentó la denuncia contra el juez. En la concentración se criticó que “un partido como Falange no esté ilegalizado” y que exista “una Ley de Amnistía preconstitucional impuesta en 2010”. Había muchos ciudadanos latinoamericanos que querían mostrar su respeto y apoyo al juez: “Se atrevió a juzgar a los asesinos en nuestros países y aquí no le dejan trabajar”.

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