El azote de Camps prueba su propia medicina
El zaplanista Ripoll ha aprovechado la 'Gürtel' para minar el liderazgo de Camps
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Para el sector campista del PP de la Comunitat Valenciana, José Joaquín Ripoll (Alicante, 1957) es el enemigo en casa. El hombre que desde dentro de las filas de los conservadores de la Comunitat Valenciana ha osado desafiar al president Francisco Camps, sobre todo en sus horas más bajas. Precisamente cuando el fantasma del caso Gürtel ha puesto en un precipicio su futuro político.
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Quizá por ello, hoy no eran pocos en el entorno del president los que intentaban pagarle con la misma moneda. Y aseguraban que lo suyo "pinta muy mal". Lo mismo que él ha hecho con Camps desde que estalló el principal escándalo de corrupción de los últimos años en las filas conservadoras.
Presidente de la Diputación de Alicante desde julio de 2003 y líder de los conservadores de la citada provincia desde finales de 2004 José Joaquín Ripoll aterrizó en la política en 1979, en el seno de las juventudes de la extinta UCD. Hoy, su carrera sufría un parón cuando era detenido junto a tres concejales del Ayuntamiento de Orihuela en una operación dirigida por la Fiscalía Anticorrupción y el juzgado número 3 de la citada población.
Arrebató por cinco votos al candidato de Camps el control del PP alicantino
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A los tres años de su llegada a la política, en 1982, este licenciado en arquitectura abandonó UCD para pasar a engrosar las filas de Alianza Popular (AP). Y sólo un año más tarde concurrió por las listas de AP a las elecciones locales de mayo, en las que resultó elegido concejal del Ayuntamiento de Alicante. Su primera misión en el consistorio fue la de presidente de la comisión municipal de Urbanismo y Ordenación Territorial, cargo que renovaría después en 1987.
El año 1995 supuso un punto de inflexión en su carrera. Fue cuando entró a formar parte del Gobierno regional valenciano, primero como conseller de Administració Pública y, más tarde, como responsable de Presidència. Aquí empezó a labrar su relación con Eduardo Zaplana, cuando se incorporó a la familia de los denominados zaplanistas.
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Antes del estallido de la Gürtel, los roces entre Camps y el hombre fuerte de Zaplana en Alicante, su heredero, tuvieron que ver precisamente con la presidencia de los conservadores en esta provincia. Fue en diciembre de 2008. El pulso lo ganó Ripoll, cuando por escaso margen cinco votos logró imponerse a Manuel Pérez Fenoll, el candidato alternativo que contaba con el apoyo de la dirección regional de la formación. Las heridas estaban más que abiertas. Por eso no extrañó a nadie en el partido la reacción del sector zaplanista a la imputación de Camps.
En el último año, José Joaquín Ripoll no se ha escondido a la hora de verter su opinión sobre las novedades judiciales del caso Gürtel. Como en octubre de 2009, cuando solicitó la creación de un comité de crisis para afrontar situaciones de "tragedia" como la de este escándalo.
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O cuando un mes después denunció haber sufrido "amenazas" en el comité ejecutivo regional por su postura ante las "malas" soluciones propuestas por Francisco Camps para reestructurar el partido tras el cese de Ricardo Costa. Lo más sonado fue su plante del pasado 12 de mayo a la junta directiva regional convocada después de que el Supremo reabriera la causa de los trajes. Un día después, expuso sus motivos: "El PP de Alicante no quiso ir".