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Aumenta en España el apoyo a la pena de muerte

Según un estudio sobre 'Valores sociales y drogas', existe más tolerancia a la pena capital que a fumar en edificios públicos

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La tolerancia hacia la pena de muerte gana adeptos. Incluso fumar en edificios públicos se ve más grave (sólo el 23,5% lo ve "admisible") que la imposición de la pena de capital a las personas que cometan delitos "muy graves". El 35,8% de la población española lo justifica.

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Son los primeros, y más llamativos, datos que se extrapolan del estudio 'Valores sociales y drogas, 2010' realizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Obra Social Caja Madrid y la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.

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La investigación analiza, a través de 1.200 entrevistas domiciliarias realizadas a personas de 15 a 64 años, las escalas de valores de la sociedad española y su evolución respecto a determinados comportamientos como el consumo de drogas, la pena de muerte, el aborto o la eutanasia.

El análisis destaca el proceso de "juvenilización" que se ha producido en España

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El análisis destaca el proceso de "juvenilización" que se ha producido en España en los últimos diez años y constata una "notable tolerancia" en lo relativo a la moral privada (aborto, eutanasia, relaciones homosexuales..), un rechazo claro de comportamientos sancionados y que afectan a terceros (robar, estafar, conducir bebido..) y posturas intermedias frente a comportamientos entre los público y lo privado (engañar en impuestos, emborracharse o fumar en espacios públicos).

Algo más del 60% considera admisible la eutanasia, el 54% admite una total libertad para abortar y las relaciones homosexuales cuentan con el apoyo del 44% de la sociedad española (el colectivo que más justifica esta tendencia sexual es el de 35-45 años).

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En la pena de muerte, casi el 36% de los encuestados justifica su aplicación para delitos muy graves, cuando en 2001 el porcentaje no alcanzaba el 27%. La tolerancia hacia esta práctica aumenta aun más en la franja de edad de 15 a 24 años. Además, algo más del 20% justifica el suicidio.

Eusebio Mejías, director técnico de la FAD, ha señalado que no tiene fácil explicación que la justificación de la eutanasia sea casi 40 puntos porcentuales mayor que la del suicidio, al tiempo que ha pedido una reflexión sobre el hecho de que haya más tolerancia hacia la pena de muerte que frente a fumar en lugares públicos.

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La posición sobre el consumo de drogas tiene que ver con un sentido de funcionalidad

Por su parte, la directora de Programación Asistencial de Obra Social Caja Madrid, María Fernanda Ayán, ha puesto de relieve algunas "paradojas" del estudio como que el 70% considere el alcohol como una sustancia peligrosa, pero el 50% lo consuma de manera habitual.

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En este sentido, Mejías ha subrayado que la posición de los españoles frente a las drogas está marcada por la ambigüedad y, aunque, no es verdad que se banalice con ellas, sí encuentran una funcionalidad en su consumo, "que tiene que ver básicamente con el hecho de divertirse".

A pesar de que la crisis (no tan palpable cuando se realizó el estudio, en febrero de 2009) trasluce cierto desencanto y desafectación hacia lo público, el 65% de los españoles cree que su vida es, en mayor o menor medida, mejor de lo que sus expectativas marcaban. Esto se debe al grado de satisfacción con las relaciones familiares (8,82 en una escala del 1 al 10) o la amistad (8,67).

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El 65% cree que su vida es mejor de lo que marcaban sus expectativas

La investigación concluye que no existe una tipología de los españoles, pero se pueden dividir en cuatro tipos: el "ciudadano integrado" (47,5%), "el egoísta militante, desde el conservadurismo" (21,5%), el "transgresor" (16,2%) y el "asocial desde el desprecio al otro" (14,8%), ha señalado su autor, Javier Elzo, catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto.

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Uno de cada dos españoles pertenece al primer grupo, que son los que defienden los valores mayoritarios de la sociedad; en el segundo estarían "los típicos listillos", en el tercero se incluyen los desencantados de izquierdas, y el rasgo más característico del último es que son quienes más defienden la pena de muerte.

El número de españoles que reconoce beber alcohol "habitualmente" (todos los días o todos los fines de semana) ha crecido casi un 15% (del 33,4% al 47%) en los últimos diez años, mientras el consumo habitual de cannabis prácticamente se ha duplicado en ese mismo periodo, pasando del 4,3% de la población en 1999 al 7,5% registrado en 2009, según los resultados del estudio.

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A pesar del significativo porcentaje de consumidores habituales, los resultados señalan que el 66,8% de los encuestados considera a alcohol "bastante o muy peligroso", frente al 72% que piensa lo mismo del cannabis. En sentido contrario, quienes ven poco o nada peligrosas las sustancias suponen una minoría que alcanza el 6,9% para el alcohol y el 9% para el cannabis.

"Para reequilibrar ese riesgo -explica Megías- los españoles han empezado a reconocer que las drogas sí que sirven para algo". En concreto, el 54,1% afirma que las consume para "divertirse y pasarlo bien"; el 49,7% por que "está de moda y la toman sus amigos"; el 44,4% por "curiosidad" y el 33,5% "por el gusto de hacer algo prohibido".

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