Amonal contra el 1º de Mayo
ETA utilizó 11 kilos de explosivo para cometer dos atentados de madrugada
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ETA ya había amenazado a principios de enero. Entonces, en una entrevista en el diario Gara, apuntaba directamente contra empresarios y administración por la siniestralidad laboral, que calificaba de "terrorismo patronal". Llegaba a comparar las víctimas de sus atentados con los fallecidos en accidentes laborales. Ayer casi cuatro meses después cumplió su amenaza.
En la madrugada del miércoles al jueves, ETA habló como suele: con bombas y violencia. Once kilos de amonal sirvieron a la organización terrorista para ocupar titulares durante el día del Trabajo. Con ellos, ETA reventó en sólo 15 minutos la Tesorería de la Seguridad Social en Arrigorriaga (Vizcaya) y el Instituto Vasco de Seguridad Laboral (Osalan) en San Sebastián.
Para el primero utilizó cinco kilos del explosivo. La explosión, que no había sido anunciada, se produjo a las 0:15 horas, sólo quince minutos después de que alguien depositara la carga junto al pabellón.
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Dos atentados, un sólo aviso
Los otros seis kilos, ETA los repartió en dos artefactos que situó a sólo cuatro metros el uno del otro, en la parte trasera del edificio del Osalan donostiarra. Un llamada a la DYA alertó, pasadas las 23:20 del miércoles, de la colocación de "dos potentes bombas". La voz estaba distorsionada mediante un programa de ordenador que la banda utiliza para proteger la identidad de sus comandos. Tal y como había predicho, ambas cargas hicieron explosión a las doce y media.
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Ninguna de las tres explosiones produjo ningún tipo de daño humano. Los materiales en cambio, sí fueron importantes. En Arrigorriaga, la fachada del edificio presentaba un boquete de unos veinte metros. La explosión daño además el interior del local así como a varios coche aparcados en las instalaciones. Los bomberos tuvieron que atajar varios pequeños incendios.
En el de San Sebastián, en cambio, las pérdidas fueron bastante menores. La explosión sólo parcial de uno de los artefactos limitó los daños al interior del edificio. Además de algunos daños menores, la onda expansiva desprendió varios techos que se precipitaron sobre las mesas.
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Unanimidad contra ETA
Ayer, los grandes partidos fueron unánimes en su condena a la última acción de la banda.
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Quizá uno de los más rápidos fue el alcalde de Arrigorriaga, una de las dos localidades atacadas. Alberto Ruiz de Azua (PNV) reivindicó la fecha del atentado como la mejor para que ETA "se vaya al paro definitivamente".
Parecidos argumentos lanzaron el gobierno y los principales partidos. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, dio voz al Ejecutivo recordando que su postura es "firme y contundente". "El único camino que le queda a la banda -aseguró- es acabar en la cárcel". El mensaje del PP fue idéntico. En una nota abogó por promover la unidad hasta la "derrota final" de ETA.
Por su parte, el consejero vasco de Justicia, Joseba Azkarraga, criticó la incoherencia de que una banda cuyo objetivo es "matar y destruir" defienda a los trabajadores. EB y Aralar destacaron la falta de respeto de ETA a los trabajadores.