Amaiur busca ser la primera fuerza abertzale y superar al PSOE en Navarra
La coalición celebró en campaña 240 actos donde congregó a más de 42.000 personas
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Amaiur, la coalición que integra a la izquierda abertzale, Aralar, EA y Alternatiba, aspira hoy a todo: a ser la fuerza más votada en Euskadi, a ser la segunda en Navarra por delante incluso del PSOE, a convertirse así en el principal referente del nacionalismo vasco a costa del PNV y a formar grupo propio en el Congreso para poner encima de la mesa , con fuerza, el reconocimiento del derecho a decidir del pueblo vasco y el cambio político y social desde políticas de izquierdas. Está a su alcance si sigue la estela de la fuerte irrupción de Bildu en las municipales de mayo.
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Amaiur llega al 20-N en la cresta de la ola, después de que su principal fuerza, la izquierda abertzale, haya concluido su particular peregrinaje hacia las vías políticas con éxito, hasta llevar a ETA a anunciar el "cese definitivo de la lucha armada". En este contexto sin igual desde la dictadura, la izquierda abertzale retornará además al Congreso con Amaiur 15 años después de haber concurrido por última vez a unas elecciones generales. Durante toda la campaña, Amaiur ha dejado claro que no piensa participar en Madrid en la "gestión del Estado", sino que se limitará a intervenir en cuantos temas resulten de interés para Euskadi y Navarra.
El pilar fundamental de su acción política será la reivindicación del derecho a decidir como instrumento para que todas las fuerzas puedan desarrollar su proyecto político en igualdad de condiciones. Su cabeza de lista por Biz-kaia, Iñaki Antigüedad, lo explicó así en una entrevista con Público en campaña: "Se trata de tener un ámbito de decisión. Yo puedo ser independentista, pero no se me caen los anillos si el pueblo vasco dice en una consulta que quiere ser una federación o diluirse en España. Muy bien, yo pierdo, pero sé que puedo ganar porque está ese instrumento. Ahora se nos niega".
Amaiur no ha centrado sus esfuerzos sólo en el electorado abertzale. También se ha dirigido a la población descontenta con la crisis con el mensaje de que el cambio también debe darse en parámetros sociales sobre la base de la justicia social, la solidaridad, la igualdad y políticas de izquierdas que acaben con los recortes, beneficien a las clases más desfavorecidas y exijan, de una vez por todas, los sacrificios a las rentas más altas. Y en este clima de descontento generalizado por la crisis y ataques de los mercados, ese mensaje puede calar también en el electorado no abertzale.