Sí al coste detallado, pero no a pagar más por la sanidad
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Sofía Leal, vecina de Salt, en la periferia de Girona, tiene 48 años y sufre una arritmia cardiaca que le obliga a seguir un tratamiento médico. El precio: 201 euros. Pero Sofía lo sabe sólo desde ayer, cuando se lo enseñaron en una factura detallada. "Como puede ver, usted sólo paga el 40% del total", le explica su doctor, Rafael Cubí. "Esta información la damos para que la gente sea consciente de que todo tiene un valor", añade el galeno mientras le entrega a la paciente el precio detallado del coste real de los medicamentos.
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Al igual que Sofía Leal, los pacientes que ayer recibieron una receta electrónica en los 22 centros de atención primaria de la provincia de Girona fueron informados del coste total de sus medicamentos, del porcentaje que deben asumir ellos y el que costea la sanidad pública. "Realmente, no somos conscientes de lo que valen los fármacos", reconoce Sofía, que valora positivamente el nuevo sistema informativo. "Está bien que la gente lo sepa para no acumular pastillas y no abusar", añade.
Irene, que supera los 70 años, sufre problemas cardiacos y padece de colesterol y artrosis. Su tratamiento cuesta 1.414 euros al año, pero no paga nada por su condición de jubilada. "Ya pagué lo que tenía que pagar durante los años que coticé a la Seguridad Social", explica.
La Generalitat de Catalunya ha decidido imponer esta medida para concienciar a la población de que la sanidad pública no es gratuita, aunque no se pague directamente por ella. "Se trata de una medida pedagógica importante que apela a la responsabilidad de los ciudadanos para que hagan un uso racional de los medicamentos y se den cuenta de que tienen que colaborar en el mantenimiento del sistema de sanidad público", explica la responsable de Farmacología de Girona, Anna Maria Roig.
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El doctor Alfons Cubí, del CAP Alfons Moré de Salt, está convencido de que un 90% de la población es consciente de la situación. "Esta información adicional puede contribuir a que la gente sepa que los recursos que gastamos en una parte no los podemos invertir en otra", insiste.
A diferencia del centro de Salt, en el CAP Santa Clara de la ciudad de Girona la mayoría de los pacientes parece no estar informados de la nueva medida de la Generalitat. Es el caso de Mohamed, que acaba de ser atendido por una gripe y un dolor de espalda. "No me parece mal, pero lo importante es que no nos hagan pagar más", comenta con agudeza.
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Por su parte, María, de 28 años, acaba de recibir el alta tras un fuerte resfriado que la ha tenido de baja cinco días, y espera que la nueva información sobre el coste de los fármacos ayude a que los usuarios tengan más cuidado con los medicamentos. "A veces ya los tiramos aunque nos queden dos o tres pastillas", argumenta.
En cambio, el personal encargado de dar las horas de visita a los distintos pacientes cree que los enfermos son conocedores de los recursos que destina la Administración a su tratamiento pero que les preocupa poco mientras ellos sigan pagando un precio bajo.