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Los adoptados de O'Donnell en Chile reclaman el pasaporte español

Niños robados en los cincuenta reclaman la nacionalidad. Un chileno recuperó el lunes su origen español

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Fernando Lezaeta decidió la semana pasada volver a Madrid 53 años después de ser adoptado por una familia de Chile. Su documentación chilena negaba que su origen estuviera en la inclusa de la Paz, en la calle de O'Donnell de Madrid. Su falsa partida de nacimiento aseguraba que era hijo biológico de sus padres adoptivos. Desde el pasado lunes ha recuperado su pasado. Un juez reconoció su derecho a la nacionalidad española tras haber recuperado su partida de nacimiento española en el archivo regional de Madrid. "Volveré en octubre a jurar la bandera", afirma.

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María Jesús Vicuña no ha vuelto a Madrid desde que salió con cuatro meses de la inclusa de la Paz de la calle de O'Donnell en 1957. Nunca quiso "ofender" a sus padres adoptivos haciéndoles pensar que no se sentía una hija querida. Sin embargo, conoce perfectamente que aquel lugar donde vivió sus primeros meses de vida "está cerquita del parque del Retiro". Sus padres pagaron 8.000 pesetas como fianza a la inclusa por la niña María Jesús García Ortega, tal y como fue bautizada en la calle de O'Donnell.

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"España fue un mercado de tráfico de bebés", dicen en Anadir

Su madre, Inés Guerrero, propietaria de una oficina de importaciones diplomáticas, supo por dos amigas chilenas que la adopción en España era fácil. En plena década de 1950, el director de la inclusa, Fernando Mellado, hizo de conseguidor para muchas familias que buscaban la felicidad del hijo que la naturaleza no les otorgaba. "Una amiga de mi madre adoptó dos mellizas españolas y se lo contó", explica Vicuña.

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María Jesús conoce varios casos de adopciones en Chile similares a la suya y Fernando Lezaeta fue adoptado después de que una familiar de su madre adoptara a otro niño en la misma inclusa dirigida por Mellado. Los padres de Fernando llegaron a pagar 123.500 pesetas por él. La asociación nacional de afectados por la adopciones irregulares (Anadir) ha recibido varios casos de adopciones de niños españoles que acabaron en algún país extranjero. "Estoy convencido de que España era un mercado de tráfico de bebés", asegura el presidente de Anadir, Antonio Barroso.

"Quiero abrazar a mi madre y decirle que tiene dos nietos", señala una afectada

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Los padres de María Jesús la educaron como hija adoptiva. "Me decían que mis padres habían muerto y que rezara por ellos, pero con 20 años supe que en realidad mi madre podría estar viva. Sólo la busco para poder abrazarla y decirle que tiene dos nietos preciosos", razona. María Jesús supo los detalles de su adopción cuando conoció a la asistente social, Teresa Allende Donoso, que hizo de intermediaria en Madrid con la inclusa.

En una carta enviada a sus padres el 7 de abril de 1957, Allende les ofreció tres posibilidades: "La niña ofrecida al matrimonio Harrison tiene casi un año y medio. Habría también otras dos niñitas nacidas este año, una del 21 de enero y otra de mediados de febrero (...). Encuentro de gran responsabilidad el elegir, por lo que ruego me indiques, en la distancia, cuál de las chicas prefieres, encomiéndate a Dios y a Santa Inés".

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Los padres de María Jesús eligieron a la niña nacida el 21 de enero. En mayo viajó junto a una azafata de Iberia a Buenos Aires después de que Mellado diera por recibidas las 8.000 pesetas. El recibo está en posesión de María Jesús, así como una carta en la que la mediadora, Allende, les informa de las condiciones económicas: "No había cantidad determinada, sino lo que quisiera dar, por lo que te ruego también me indiques la cantidad que podría entregar como donativo, para no quedar corta ni pasarme de generosa".

"Esta mujer me dijo que una monja le contó que mi madre era una adolescente de una familia de alta sociedad que me dio en adopción. Podría ser mentira", recuerda María Jesús de su encuentro con la asistente social que le entregó la medalla con la virgen de los Rayos con el número 16.360 de la inclusa de la Paz.

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María Jesús dice que su única motivación en su búsqueda es reencontrarse con su madre, pero se plantea también recuperar su nacionalidad española como ha conseguido Fernando Lezaeta. La abogada Azucena Rizo asesoró a Fernando cuando acudió al Registro Civil para a recuperar su pasaporte. "Tuvo que empadronarse para conseguir cita. Con las partidas de nacimiento de los niños de la inclusa basta para demostrar que el niño adoptado en Chile nació en España", explica la letrada. Rizo señala que la ley que permite la nacionalidad a los hijos de estos casos es la Ley de Memoria Histórica, que hasta 2012 otorga pasaporte a los hijos de exiliados.

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