La Policía abatió el viernes en Fuengirola (Málaga) a Manuel M.R., de 55 años, un agente apartado del servicio por problemas médicos que se había atrincherado en su domicilio tras intentar horas antes secuestrar a un director de banco para obligarle a extraer dinero de un cajero.

Los hechos se iniciaron sobre las tres de la tarde de ese día, cuando Manuel abordó en la puerta de la sucursal que Unicaja tiene en el barrio Torreblanca de la localidad al director de la misma. El policía conminó a punta de pistola a la víctima a dirigir a su vehículo con la intención, supuestamente, de dirigirse a un cajero próximo y obligarle a sacar dinero con la tarjeta.

Camino del automóvil, el banquero aprovechó un descuido de su asaltante para arrojar las llaves del coche y huir. Inmediatamente, avisó a la Policía de que acababa de ser víctima de un intento de secuestro exprés por parte de un individuo del que dio una detallada descripción: más de 50 años, pelo canoso, grueso y 1,80 metros de estatura.

El agente estaba apartado del servicio por problemas médicos 

Una patrulla localizó poco después, a escasos 70 metros de la sucursal, a un individuo de las mismas características que atrajo su atención porque vestía una simple camiseta pese al frío y la lluvia que caía en ese momento. Cuando los agentes le dieron el alto, emprendió la huida y se introdujo en un edificio próximo.

Los vecinos del inmueble aseguraron a los agentes que el inquilino del piso era un policía. Poco después, este era identificado como un anti-guo integrante de la plantilla de la Comisaría de Marbella, de la que había causado baja cinco años antes por sus continuas bajas. Sus compañeros también descubrieron que, pese habérsele retirado entonces el arma reglamentaria, poseía otra pistola. Por ello, los responsables policiales decidieron pedir la intervención del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) para su detención.

Mientras llegaban desde Málaga estos agentes especializados en asaltos, los policías intentaron conversar con Manuel a través de la puerta para convencerle de que se entregara. Nunca contestó. Finalmente, sobre las diez y cuarto de la noche, los GOES asaltaron la vivienda.

El policía los recibió disparando su pistola y una escopeta recortada de perdigones. Un proyectil de esta última hirió a uno de los agentes en el brazo, mientras otros dos impactaron en el casco de un segundo y tres más, en los escudos metálicos donde se parapetaron los GOES. En el intercambio de disparos, Manuel resultó muerto.

En la vivienda, la Policía encontró una tercera arma, así como a la compañera sentimental del fallecido, J.G.B., de 53 años y origen filipino, que fue detenida. Los investigadores sospechan que Manuel es el presunto responsable de una serie de asaltos registrados en los últimos meses y que guardan similitud con el sufrido por el banquero. En el último, de la semana pasada, consiguió un botín de 600 euros.