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'La chica del brazalete'

Stéphane Demoustier: "Ante la ley, no es lo mismo ser hombre o ser mujer"

El director galo Stéphane Demoustier. — SURTSEY FILMS

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madrid,

El cineasta coloca al espectador ante sus propios prejuicios morales y personales en La chica del brazalete, un drama judicial que desvela la moralidad sexual dominante y denuncia la estrategia machista de ‘domesticar’ a las mujeres.

Una chica de dieciséis años ha sido acusada de asesinar a su amiga. En el juicio, la joven contesta escuetamente a las preguntas. La fiscal insiste en el comportamiento sexual de la procesada, persiguiendo crear una imagen dañina de ella. La moral de los componentes del jurado popular y del propio juez se va imponiendo poco a poco en el caso. La chica del brazalete, del cineasta francés Stéphane Demoustier, relata este juicio y sienta al espectador al lado de los jurados.

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Se trata de un ejercicio en el que se pasan a examen los prejuicios personales de cada uno y de la sociedad en general, donde se desvela la moralidad sexual dominante y donde se denuncia la estrategia machista de 'domesticar' a las mujeres. Protagonizada por una debutante sorprendente, Melissa Guers, la película de Stéphane Demoustier incide también en lo poco que nos conocemos unos a otros y subraya la importancia de asumir la independencia como seres humanos de nuestros hijos.

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Cuando habla de su película se refiere a la familia, a la herencia, al desconocimiento de los hijos, pero ¿no es mucho más una película sobre los peores prejuicios de esta sociedad?

Sí, en cierto modo, sí. Me gustan las películas que hacen preguntas, mucho más que las que dan respuestas. Aquí estamos ante la historia de una chica que está siendo juzgada más por su moralidad que por la justicia. Tenemos prejuicios sobre muchas cosas, pero las mujeres... Si el caso hubiera sido el de un chico o un hombre, la recepción hubiera sido una cosa distinta. Y esos prejuicios persisten en los ámbitos sociales.

Prejuicios machistas que están también entre los jueces. ¿La ley es igual para los hombres y para las mujeres?

Sobre el papel es la misma ley, pero al preparar la película acudí a muchos juicios y muchas veces me he asombrado por el tipo de ataques que sufrían las personas en nombre de los principios morales. Desde ese punto de vista, la justicia no es igual para los hombres y para las mujeres. Se supone que los jurados populares son una garantía de la democracia, pero esos jurados, por supuesto, son permeables a ciertas cosas. No es lo mismo ser hombre o mujer ante la ley.

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Los padres de la joven están divididos entre la sospecha y la confianza...

Estamos antes un caso extremo, la chica está acusada de un crimen muy serio y eso empeora todos los sentimientos. Tenemos que proteger a nuestros hijos, pero la confianza es algo que hay que conquistar. Una de las cosas que me conmueve de la historia es el estado de abandono del padre al final. Es un hombre que quiere saber y dominar todo y al final se da cuenta de que no va a poder conseguirlo.

¿Qué papel juega la verdad en esta historia y en la sociedad de hoy?

En la película nunca llegamos a ello. Vemos la historia a distintos niveles de verdad y de representación. Yo mismo me he puesto en el mismo lugar que el espectador y juego con esos registros de niveles de verdad. En la vida, es un poco como lo de la confianza. Nadie puede tener acceso a toda la verdad. Todos estamos obligados a vivir con los demás manejando diferentes niveles de confianza.

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Melissa Guers, protagonista de la película. — SURTSEY FILMS

La película la verá de distinta manera el público según su edad, su ideología... ¿cuánto ha meditado esto?

El asunto generacional está en el centro del tema que se plantea. Pero también quería mostrar que no todo se reduce a diferencias generacionales. Hay también condicionamientos sociales y prejuicios morales y personales. La abogada defensora es la más adulta y es la que más defiende a la joven. La fiscal, que por edad está más cerca de la chica, es muy agresiva con ella...

La abogada probablemente estuvo en Mayo del 68...

Al principio pensé que el papel de fiscal era para un hombre de más de cincuenta años que impusiera, que se viera el peso de la experiencia y de la edad. Pero cuando he ido a los procesos fiscales, documentándome para la película, he visto a muchísimas mujeres jóvenes muy agresivas. Creo que piensan que deben demostrar que están a la altura de las circunstancias y demostrar el peso que deben tener.

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Y respecto al asunto generacional, ¿qué dicen los jóvenes cuando ven la película?

Los jóvenes siempre condenan a la chica. También son los que mejor la comprenden. Hablo de los jóvenes entre 16 y 25 años. Me llama muchísimo la atención.

¿Cómo definiría la moral de la sociedad francesa hoy?

Hay una contradicción entre progresistas liberales y al mismo tiempo una enorme resistencia. Se supone que deberíamos ser más liberales, pero la realidad es que la sociedad francesa cada día es más puritana. Me interesan esos movimientos contradictorios. Lo cierto es que no entiendo nada, por eso me hago preguntas y me dedico a observar.

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De alguna manera, ¿la película plantea la distancia que existe a veces entre ley y justicia?

Estamos obligados a hacer justicia con lo que tenemos, es decir, la hacen los hombres. Y el precio que tenemos que pagar por ello es el de una justicia a la altura de los hombres.

¿La justicia francesa que hubiera hecho?

Probablemente, la absolvería, porque la duda beneficia al acusado.

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Roschdy Zem y Chiara Mastroianni, los padres en esta ficción. — SURTSEY FILMS

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