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PAZO DE MEIRÁS

Mariano Sánchez Soler: "El Pazo de Meirás fue un botín de guerra, la joya de los Franco"

Mariano Sánchez Soler, autor de Los ricos de Franco. — Editorial Roca

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MADRID,

Este jueves la familia Franco entrega el Pazo de Meirás (A Coruña), que pasará a ser de titularidad pública. El investigador Mariano Sánchez Soler, autor de La familia franco S.A. o Los ricos de Franco, señala que se trata de un acontecimiento histórico y celebra que, tras más de 40 años de democracia, la justicia haya alcanzado a los Franco. 

En el Pazo de Meirás (A Coruña), la familia Franco disfrutó de 37 veranos con el dictador en vida. Se trata de una finca de más de 100.000 metros cuadrados, siete hectáreas de jardín y dos impresionantes torres que habían pertenecido a la famosa escritora Emilia Pardo Bazán. Durante décadas fue la residencia de verano del dictador y jefe del Estado, donde se celebraban consejos de ministros y reuniones de alto nivel. Una vez fallecido, se convirtió en el símbolo del poder del clan de los Franco. Este jueves, sin embargo, los nietos del dictador deberán entregar el inmueble al Estado, que será el nuevo propietario. Y, de momento, también deberá dejar en el interior los casi 700 objetos inventariados en el interior del Pazo por el juzgado, entre los que se encuentran la biblioteca de Pardo Bazán, objetos que fueron de la Casa Real o las estatuas de Isaac y Abraham. 

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El Pazo de Meirás deja de ser propiedad de los Franco por decisión de la Justicia. ¿Cómo interpreta este hecho? 

Es un salto cualitativo importante. Parece que por primera vez la democracia y la justicia están llegando a la familia Franco. Llegaron por primera vez con la exhumación y llegan ahora con la decisión judicial que obliga a entregar al Estado el Pazo de Meirás. Ha llegado la justicia y ha llegado la ley, por fin. La democracia no podía legitimar todo lo que la familia Franco se apropió. ¿Por qué la familia de un dictador se podía quedar con las cosas que tenía el dictador precisamente por serlo? Es evidente que el Pazo de Meirás no era una propiedad privada, que era un lugar que fue entregado a Franco como jefe del Estado, caudillo de España y generalísimo de los ejércitos. 

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"La democracia no podía legitimar todo lo que la familia Franco se apropió"

La decisión judicial también muestra que la familia Franco ya no es intocable. Se consiguió investigar gracias a la presión popular y se ha conseguido que vuelva al Estado lo que era del Estado. Es un hecho histórico que empuja a España hacia la normalización y hacia la lógica. Para mucha gente esta situación llega tarde, pero también es cierto que, como dice el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena. 

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Hay que destacar que hemos llegado hasta aquí gracias a la presión de la sociedad civil y de organizaciones de memoria y patrimonio que llevan muchos años luchando. También gracias a que partidos como el BNG o En Marea se hicieron eco de estas reclamaciones en el Parlamento gallego, donde también apoyó el PSdeG. Ahí se formuló la petición al Estado y la Abogacía se puso a trabajar. Es un ejemplo de que con voluntad política se pueden hacer muchas cosas. 

¿Qué importancia tuvo el Pazo durante la dictadura y que importancia tiene un día como el de hoy? 

El Pazo se lo regalan a Franco en calidad de jefe de Estado en 1938, en plena Guerra Civil y cuando ya se ve con claridad que están ganando. En este sentido, el Pazo fue botín de guerra y se convirtió para muchos en el símbolo del expolio de la dictadura. Fue comprado por una comisión de notables, como Pedro Barré de la Maza, a costa de una suscripción popular obligatoria impuesta. No se trata de un inmueble adquirido por los Franco en la década de los 50 o 60 como consecuencia de un negocio. Se trata de una propiedad que llega como consecuencia directa de la victoria en la Guerra Civil. Ahora la Justicia ha demostrado que se hizo a través de un "contrato simulado" en una venta fraudulenta. 

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¿Le ha sorprendido los detalles sobre las alfombras, cuadros y demás objetos que decoraban el Pazo? Los Franco intentaron llevárselo... 

Están hablando de casi 700 objetos catalogados e imagino que la mayoría serán de Patrimonio Nacional, es decir, de toda la ciudadanía. Hay que tener en cuenta que el Pazo se ideó como la residencia de verano del jefe del Estado, no como una casa particular del dictador. Por tanto, el Pazo no se decoró con telas, cortinas o cuadros de la familia Franco. El Pazo se fue decorando con piezas de Patrimonio Nacional, de otros palacios e incluso de objetos que habían pertenecido a la monarquía y que habían pasado a Patrimonio. El lugar se llenó de ornamentos y piezas para que el Pazo estuviera a la altura de un monumento nacional. 

"El Pazo se fue decorando con piezas de Patrimonio Nacional, de otros palacios e incluso de objetos que habían pertenecido a la monarquía"

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Por tanto, estamos hablando de objetos de un valor incalculable. ¿Cuánto cuesta la biblioteca de Emilia Pardo Bazán? ¿Cuánto cuestan las estatuas del Pórtico de la Gloria? Hay de más de 600 objetos catalogados y la mayoría son de todos los españoles. Eso tiene que valorar ahora.

Hablamos de patrimonio que pertenece a todo el país y que tanto el dictador como sus herederos disfrutaron como si fuera su propiedad privada. 

Una anécdota. Cuando Carmen Polo salió del Palacio de El Pardo, tras la muerte de Franco, la viuda se llevó consigo objetos que consideraba suyos y ya entonces Patrimonio tuvo que advertirle que determinadas cosas pertenecían al Estado y no a ella. Y Carmen Polo los devolvió. No quiero decir que ella se los quisiera llevar adrede, lo que quiero decir es que los Franco usaban lo que era de todos como si fuera de su propiedad. No hay que olvidar que estamos hablando de una dictadura unipersonal organizada alrededor de su persona. Todo el uso que Franco hacía de lo público lo hacía de forma privada.

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¿Hay otras propiedades además del Pazo de Meirás que la ciudadanía y las instituciones puedan o deban reclamar?

Hay que tener en cuenta que los Franco vendieron gran parte de su patrimonio entre finales de los 70 y los 80. Un caso similar al del Pazo fue el de la Casa del Pico en Torrelodones, pero la familia lo vendió. Ahora hay que ver las propiedades que tienen los Franco y si alguna de ellas tiene una titularidad discutible, como era el caso del pazo de Meirás. Entonces, se tratará de aplicar la ley, como se ha hecho ahora. 

"Un caso similar al del Pazo lo tenemos ahora mismo con el Palacio Casa Cornide, en el centro de A Coruña, que los Franco también quieren vender"

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De todos modos, un caso similar lo tenemos ahora mismo con el Palacio Casa Cornide, en el centro de A Coruña, que los Franco también quieren vender. Su titularidad es discutible por la manera en la que se hizo la subasta de ese inmueble, por la manera en la que las personas que lo compran lo ponen a nombre de otras o por la manera en la que se vende a un precio inferior al de subasta. Por muchas razones, la propiedad de la Casa Cornide es discutible. 

Ahora los Franco quieren vender esta propiedad. No es de extrañar. Una vez que la Justicia ha cuestionado la propiedad de uno de los grandes símbolos de la dictadura pues pueden pasar más cosas. Es cuestión de investigar. 

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Precisamente por investigar y por sus declaraciones en un programa de televisión de Cuatro sobre las propiedades de la familia Franco tuvo usted que declarar recientemente ante un juzgado. 

Sí. Los nietos se querellaron, la Justicia archivó y ahora han presentado un recurso. La semana pasada tuve que declarar por videoconferencia. Llevo investigando esto desde hace 30 años y he publicado varios libros y nunca se habían querellado contra mí. La querella la pusieron al calor de la batalla de la exhumación del dictador del Valle de los Caídos. Habían recibido apoyos y estaban crecidos. Desde entonces solo han cosechado derrota tras derrota y en lugar de mantenerse en un discreto segundo plano han preferido mostrarse ante la sociedad. 

¿De qué le acusan? 

Es una querella por injurias y calumnias. Contra mí tienen poco, solo que me acusan de manera solidaria con el programa. Me reprochan afirmaciones como que dije que el apellido Franco les había servido para hacerse ricos. Pero eso es una obviedad. También incluyen alguna más como que yo había dicho que había que investigar sus propiedades en el extranjero. El caso es que tenemos que ir a un juzgado a demostrar lo evidente como si fuera delito contar la verdad sobre aquellos años.

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