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Empresas Los veterinarios alertan de la "muerte" de las clínicas tradicionales frente a las franquicias

Los veterinarios hablan del desmantelamiento del sector de clínicas tradicionales para mascotas a manos de cadenas controladas por fondos de inversión, como antes ocurrió con los dentistas, los ópticos, los oculistas y los audiometristas.

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El sector de los veterinarios lleva dos años perdiendo una media de dos profesionales autónomos por semana.

Zaragoza,

“En España hay más de 6.000 clínicas veterinarias tradicionales, y no es exagerado decir que están en peligro”, sostiene Antonio Reinoso, vicepresidente de Aevet (Asociación Española de Veterinarios Técnicos), que alerta sobre los procesos de sustitución y de desplazamiento que se están dando en el sector con la expansión de las franquicias, a menudo controladas por fondos de inversión.

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La llegada de esas cadenas de clínicas veterinarias está aumentando las dificultades de un sector que antes de comenzar la recuperación de la crisis ya había empezado a soportar un aumento de trece puntos de IVA, puesto que el Gobierno aumentó del 8% al 21% el gravamen de sus servicios y de los fármacos que recetan en septiembre de 2012, y lo ha mantenido en ese nivel pese a que el Congreso acordó pedir su rebaja al 10%.

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“Ese 13% lo hemos asumido nosotros en la mayoría de los casos, ya que subir los precios en plena crisis se habría traducido en un aumento del abandono de mascotas”, señala Reinoso, que explica cómo, principalmente por ese motivo, “muchas clínicas se han visto abocadas a cerrar o están en una situación límite para hacerlo”.

Buena parte de esos centros, que ocupan a menos de media docena de personas en la mayoría de los casos, están siendo adquiridos por las franquicias, que al mismo tiempo abren locales nuevos en las ciudades y comienzan a operar desde grandes superficies comerciales e hipermercados.

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Esa suma de factores se está traduciendo en una reducción del sector, que en los dos últimos años, y tras varios de ligero crecimiento, ha perdido una media de dos profesionales autónomos por semana, al pasar de 6.881 a 6.660, según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Clínicas dentales, ópticas

“Comenzaron a llegar hace cuatro o cinco años, y han prorrogado la crisis”, explica Reinoso, para quien “hasta ahora el negocio del veterinario no era un negocio, trabajamos para vivir, pero a este paso nuestro camino va a ser el mismo que el de los dentistas y los oftalmólogos”, dos de los sectores sanitarios de proximidad más afectados por la irrupción del modelo de franquicias junto con los ópticos y los audiometristas, en los que las franquicias llevan años desplazando a los autónomos que gestionan pequeños centros.

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En el caso de los dentistas, un servicio que no cubre la Seguridad Social más allá de la etapa infantil, la competencia y las guerras de precios en un sector que se agarra al ‘low cost’ como medio de ampliar mercado han provocado el cierre total o parcial de varias cadenas y situaciones de indefensión para miles de clientes, que veían cómo el tratamiento que habían pagado por adelantado quedaba interrumpido sin fecha, ni perspectivas, de reanudación.

Sobre el sector de las ópticas, que en su gran mayoría operan como franquicias de marcas de ámbito estatal o comunitario, también hay nubarrones tributarios, ya que Hacienda les reclama una factura millonaria por diez puntos de IVA del precio de las monturas de los ejercicios de 2015 y 2016, algo que amenaza la continuidad de más de un millar de establecimientos. Pagaban el 10% y la Inspección sostiene que les correspondía tributar al 21%, un margen que resultaba clave en un ramo en el que también se extiende el ‘low cost’.

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Agrupaciones de Interés Económico

Los fondos de inversión han puesto ahora la vista en las mascotas”, indica Eduardo Abad, secretario general de UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos), que alerta de los riesgos de aplicar los modelos de especulación económica y búsqueda de rentabilidad a ultranza propios de los fondos de inversión y las grandes cadenas a sectores como el de los veterinarios: “son uno de los primeros eslabones de la sanidad pública, por su contacto con los animales domésticos, y actúan como prescriptores de salud para las personas”.

En este sentido, UPTA promueve la creación de Agrupaciones de Interés Económico (AIE) entre veterinarios “como canal para agrupar compras, unificar la imagen corporativa y homogeneizar la oferta de servicios, algo que permitiría dinamizar la situación económica de los pequeños centros veterinarios”.

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“La de veterinario es una profesión vocacional, en la que prima la salud del animal sobre el negocio”, añade el vicepresidente de Aevet.

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