Con la llegada del verano, millones de personas se desplazan por las carreteras españolas en sus vehículos particulares. En concreto, la DGT prevé que este año la llamada operación salida alcance cifras jamás registradas durante julio y agosto. Al igual que con los viajeros, los precios de la gasolina y el gasóleo suben en el contador, mientras que el gran éxodo del verano continúa.

Los carburantes se han anotado así su segunda semana consecutiva al alza, hasta el punto de que han llegado a rozar de nuevo los niveles registrados el pasado mayo tras subir un 0,5% y un 0,9%, respectivamente.

Entre el 11 y el 17 de julio, el precio medio de la gasolina rondó los 1,602 euros el litro. Por su parte, el gasoil costó 1,453, asegura el Boletín Petrolero de la Unión Europea. Son las cifras más altas desde que subiera el precio en mayo, cuando apenas se diferenciaba en un par de céntimos por encima de los números actuales. A partir de dicho mes, los carburantes registraron tres caídas continuadas, seguidas después de varios repuntes.

Si se compara con junio de 2022, año en el que aún estaba en vigor el descuento gubernamental de 20 céntimos por litro, el gasoil está ahora un 18% más barato y la gasolina un 12,3%. Aún así, durante el último mes, escenario de la operación salida, el primer carburante ha sufrido una subida de un 1,8% y el segundo de un 0,4%.

Todas estas cifras se traducen en que hoy en día llenar un depósito de 55 litros cuesta 88,11 euros, 17,5 euros menos que hace un año. En caso de que el vehículo funcione con gasóleo, supondría unos 79,91 euros, una rebaja de 12,3 euros.

A pesar del alza de los precios, sí es cierto que aún se está lejos de alcanzar los máximos de junio de 2022, en plena crisis energética a raíz de la guerra de Ucrania. De hecho, dentro de la Unión Europea, los precios del carburante español se encuentran por debajo de la media, que ronda los 1,794 euros el litro de gasolina, a 1,618 euros el del gasóleo.