Las sombras de la recuperación Crece la insolvencia: repuntan las quiebras y el dinero circulante cae a mínimos históricos
Los concursos de acreedores vuelven a crecer después de tres años de descenso, los billetes de uso común se reducen casi un 90% en seis años y disminuye el número de empresas creadas por primera vez en una década
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ZARAGOZA, Actualizado:
La economía española tiene síntomas de resfriado, de correr algún riesgo de griparse: repunta la insolvencia, uno de los principales síntomas previos a la crisis que asoló su tejido productivo y su mercado laboral en la última década, y el dinero circulante en metálico se reduce a niveles desconocidos.
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Los concursos de acreedores, es decir, el número de empresas que se declaran insolventes ya sea por iniciativa propia o por demanda de un acreedor, repuntaron el año pasado un 2,2% después de tres ejercicios consecutivos de reducción y alcanzaron los 4.211, con un importante peso de las empresas del sector del comercio, que presentaron 970 insolvencias, y de la construcción, que alcanzaron las 809, según los datos de Axesor, la principal entidad española de ráting y monitorización de sociedades.
El Consejo General del Poder Judicial y el INE (Instituto Nacional de Estadística) ofrecen datos algo menores (4.068 concursos en 2016 por 4.120, y 2.848 de enero a septiembre) al contabilizar demandas en lugar de declaraciones, lo que incluye un desfase temporal.
El primero de esos sectores, que ya registró 868 concursos en 2016, se encuentra inmerso en una profunda crisis que ha llevado a echar la persiana a más de 100.000 tenderos en una década tras perder más de 27.000 millones de negocios en siete años a manos de medianas y grandes superficies y del comercio electrónico, mientras el segundo, que generó otras 928 insolvencias el ejercicio anterior, se encuentra en plena fase de despegue con la recuperación del sector inmobiliario.
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Tras ellas, y dejando aparte el cajón de sastre de la industria manufacturera, que generó 595 insolvencias, y la hostelería, con 256, llama la atención que los mayores volúmenes de concursos se produjeran en el sector inmobiliario (256, tras las 242 de 2016), estrechamente vinculado al de la construcción, y en el del transporte y almacenamiento (194, con 129 el año anterior), en este caso zarandeado por las nuevas plataformas de distribución de mercancías.
El riesgo de la insolvencia en cascada
Las tendencias de este último año mantienen la tónica del decenio 2008-2017, en el que casi la mitad de los 53.563 concursos de acreedores correspondieron a sociedades del sector de la construcción (15.843) y del comercio (10.168); hasta 2017, con mayor incidencia en el primero de ellos.
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El aumento de las declaraciones de insolvencia, la falta de efectividad de la Ley Concursal para sacar a flote esas sociedades y las normas que esta establece para liquidarlas a las que no remontan tiene efectos secundarios
El aumento de las declaraciones de insolvencia, la falta de efectividad de la Ley Concursal para sacar a flote esas sociedades y las normas que esta establece para liquidarlas a las que no remontan tiene efectos secundarios tanto para las arcas públicas como para los proveedores, que acaban por no cobrar el grueso de las cantidades pendientes. Eso, en el caso de las empresas privadas, entraña el riesgo de generar cascadas de falta de liquidez, tal y como comenzó a ocurrir hace una década en España.
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Menos del 4% de esas 53.563 empresas concursadas, es decir, apenas 2.100 en una década, concluyeron con el reflote de la empresa.
El Informe de Coyuntura de Axesor ofrece otro dato llamativo sobre la evolución del tejido empresarial español: el año pasado fue el primero en el que se producía un retroceso en la constitución de sociedades desde 2009, en este caso con una caída del 7,5% que dejó la cifra final en 94.943. Ese número, no obstante, se mantiene por encima de la media de la década, que fue de 92.200 para el periodo 2008-2017.
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Menos dinero en la calle
Al aumento de las insolvencias, que llega dos años después de que el Instituto Nacional de Estadística dejara de monitorizar el creciente volumen de letras y efectos de comercio impagados en el país, se le añade otro dato inquietante: la vertiginosa reducción del dinero en metálico que circula en la calle.
Algunos economistas interpretan la reducción del dinero circulante en un sistema como un síntoma de gripado de la economía real, algo no descartable en España, donde la coincidencia de las marcas históricas simultáneas de creación de riqueza y de desigualdad revela la evidente avería de los circuitos de distribución de la renta. No obstante, en el volumen de dinero circulante también influyen, además del desplome de las rentas, otros factores como el aumento de las transacciones electrónicas o las reticencias de las familias a sacar ahorros de sus cuentas.
Las estadísticas del Banco de España indican cómo en menos de seis años, entre diciembre de 2011 y octubre de 2017, el valor de los billetes de cien euros y menos ha caído de 16.671 millones a 2.041, un 87,7% menos. Y todo, a la espera de confirmar la fuerte reducción que indican las cifras provisionales de noviembre.
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Según esas cifras, el 96,2% del dinero en metálico que circula (es un decir) de mano en mano por el país tiene los formatos de 500 euros (20.000 millones) y 200 (2.000), que no se utilizan en los intercambios cotidianos. En esos casi seis años, en los que el dinero total circulante cayó de 70.571 a 24.041 millones, han aflorado 30.500 millones de euros en billetes de 500 y 1.400 en formato de 200.