La multinacional pesquera Nueva Pescanova anunció el miércoles que cerró 2017 con resultado neto positivo, un año antes de lo previsto en su plan estratégico, en parte gracias a la venta de activos no estratégicos o no rentables.

La empresa gallega, reflotada tras tomar el control la banca acreedora, obtuvo un beneficio neto de 298.000 euros, frente a los 35 millones de pérdidas de 2016, tras la venta de la fábrica de harinas Hasenosa y su filial hondureña Novahonduras.

Con una facturación de 1.081 millones de euros, un 2% más que el año anterior, Nueva Pescanova alcanzó un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 80 millones de euros, un 18% más.

Sabadell (23,8%), Caixabank (15,3%), HSBC (12%), UBI Banca Internacional, BBVA , Banco Popular, Abanca y Bankia son los principales accionistas de Nueva Pescanova, que el año pasado llevó a cabo una ampliación de capital de 135 millones de euros para reequilibrar su patrimonio.

Así, la ampliación de capital permitió pasar de 12 millones de euros a 144 millones de euros de capital social, como se preveía en el plan de viabilidad ratificado en sede judicial.

La multinacional pesquera ha reducido en un 35% la deuda restructurada. El endeudamiento neto a valor razonable ha mejorado en 2017, alcanzando un ratio de 6,5 veces el Ebitda.

Durante 2017, el grupo presentó el rediseño de la marca Pescanova, renovando tanto su imagen comercial como la corporativa. Además, se ha posicionado como la empresa fabricante con mayor ganancia de penetración en hogares y la sexta marca que más entra en las casas de los consumidores españoles.