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La inmobiliaria Árima se desploma un 10% en su estreno en Bolsa

La socimi destinará los fondos captados en su oferta pública de adquisición de acciones a comprar una cartera de edificios de oficinas

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Paneles informativos de la Bolsa de Madrid.EFE/Javier Lizón

MADRID, Actualizado:

Árima, que retrasó la fecha de su salida a bolsa y el tamaño de la operación, comenzó a cotizar el martes con una caída del 10%, dado que cerró a 9 euros por acción frente al precio de 10 euros que fijó para salir a cotizar.

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La firma, que se convierte en la única socimi del Mercado Continuo, mantuvo su salto al parqué aunque tuvo que atrasarlo unos días respecto a la fecha inicialmente prevista y además redujo a una tercera parte, a unos 100 millones de euros, el volumen de su oferta pública de adquisición de acciones (OPS).

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En la jornada de su estreno en Bolsa, la socimi perdió y ya no recuperó la cota de los 10 euros por acción con la que empezó a negociar. En concreto, Árima se dejó un 1% en su primer movimiento en Bolsa, si bien durante la cotización sus acciones llegaron a intercambiarse a 8,50 euros, con lo que llegaron a caer hasta un 15%.

Árima es una socimi propiedad del inversor inmobiliario Alfonso López de Herrera-Oria, exconsejero delegado de Axiare, adquirida este año por Colonial en una transacción en la que la inmobiliaria catalana integró unos activos de 1.710 millones de euros.

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Árima ha salido a Bolsa a través de una oferta pública de suscripción de acciones (OPS) entre inversores cualificados por importe de 100 millones. La firma logró colocar la oferta tras recortarla a una tercera parte desde su volumen inicial de 300 millones de euros y ampliando en dos días el periodo de prospección de la demanda, esto es, el plazo de captación de inversores.

A pesar de todo ello, la socimi considera un "espaldarazo" haber logrado inversores para cubrir la oferta y ve "un éxito" haber seguido adelante con su salto al parqué ante la actual coyuntura de "incertidumbre y volatilidad" en el mercado y después de que otras compañías, como la petrolera Cepsa, suspendieran recientemente sus OPV.

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No obstante su estreno a la baja en Bolsa, la nueva socimi de López de Herrera-Oria considera que puede conformar una cartera de edificios de oficinas que redunde a sus inversores rentabilidades anuales de entre el 12% y el 15%.

Árima se ha constituido y ha salido al mercado sin contar aún con activo alguno en su cartera, pero destinará los fondos captados en la OPS a comprar una cartera de edificios de oficinas con los que "replicar el buen resultado de Axiare", firma que Colonial compró y fusionó en la primera mitad de este año.

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De hecho, se ha comprometido a invertir el capital que levanten con la OPS en un plazo máximo de año y medio (18 meses) y a seguir invirtiendo hasta lograr el objetivo inicial de 300 millones "cuando se de un mejor momento en el mercado".

La salida a bolsa de Árima se produce tras otras experiencias fallidas o agridulces recientes en el sector inmobiliario después de años de recalentón con la recuperación económica del país.

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La salida a bolsa de Azora finalmente no se consumó por falta de demanda, mientras Testa tuvo que rebajar sus expectativas y salir finalmente al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) antes de que Blackstone comprase la mayoría del capital a sus principales accionistas. Anteriormente, Metrovacesa tuvo que recortar la valoración con la que quería regresar al parqué español cinco años después, también por motivos de demanda.

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