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Galicia Sargadelos, en guerra con sus trabajadoras: 22 despidos en una semana para forzar el cese de la presidenta del comité

El propietario de la firma, Segismundo García, sigue adelante con su estrategia para forzar la destitución de Rogelia Mariña pese a que reconoce los problemas de la fábrica para atender pedidos por falta de personal

El propietario y accionista mayoritario de Sargadelos, Segismundo García, en unas declaraciones durante la inauguración de una tienda de la marca gallega en Madrid.

JUAN OLIVER

La dirección de Sargadelos ha despedido ya a veintidós empleadas en apenas una semana desde que el pasado 17 de agosto anunciara que prescindiría de la mitad de su plantilla de la fábrica de Cervo (Lugo) si no revocaban a la presidenta del comité de empresa, Rogelia Mariña, de UGT. El propietario y accionista mayoritario de la empresa, Segismundo García, ha advertido a sus trabajadores que está dispuesto incluso a cerrar la factoría si Mariña sigue al frente de su representación legal.

La trabajadora es una histórica de la firma, en la que entró a trabajar hace medio año y a la que lleva vinculada medio siglo, y hace dos años ya fue despedida por apoyar a varias compañeras de que se negaron a cumplir una decisión unilateral de García por la que debían aumentar su jornada media hora diaria sin retribución. Una de ellas también perdió entonces su empleo.

Los tribunales anularon aquellos despidos, ordenaron a Sargadelos que las readmitiera y, en el caso de Mariña, que la indemnizara. García lo hizo, pero la trasladó de departamento y siguió acosándola. Desde hace dos semanas impide que acuda a su puesto, mediante un permiso retribuido indefinido que ella no ha solicitado. La trabajadora ha interpuesto una demanda judicial de tutela de derechos fundamentales ante el juzgado de lo Social número dos de Lugo.

Los últimos ceses se produjeron ayer y afectan a dos operarias, al menos una de las cuales se negó a firmar el documento elaborado por García y distribuido entre la plantilla para solicitar el inicio del proceso de revocación de la presidenta del comité. Se trata de otra veterana trabajadora que, precisamente, fue despedida por negarse a cumplir la media hora de jornada añadida en el 2016. En el segundo caso el despido afecta a una empleada con menos años en la empresa, aunque Público no ha podido confirmar si apoyó o no la revocación de la delegada de UGT.

Según fuentes próximas a la plantilla, García está intentando desprenderse de los empleados más críticos y que rechazan el cese de Mariña, de cara a la votación que se celebrará el próximo 11 de septiembre en el que se decidirá el futuro sindical de la presidenta del comité. De hecho, según informó el diario digital local Xornal da Mariña, el procedimiento revocatorio fue iniciado con la firma de 48 trabajadoras que entraron a trabajar en Sargadelos en el último año y medio.

Esa misma fuente indica que los despidos han alterado la producción de la fábrica, que se ha quedado en dos semanas sin el 25% de sus trabajadores y que empieza a sufrir la falta de personal. De hecho, hasta el propio García habría reconocido esas dificultades y admite que la firma está sacando adelante los pedidos “como puede”.

UGT pidió ayer a los juzgados de lo Social de Lugo que agilicen las demandas presentadas por los trabajadores despedidos. Por su parte, el BNG de Cervo, el único partido que hasta el momento se ha pronunciado sobre el conflicto, acusa a García de “desprestigiar” a Sargadelos y advierte de que su estrategia para deshacerse de Rogelia García pone en peligro la viabilidad de la compañía y “puede ponerle un terrible final al proyecto ideado por Luis Seoane e Isaac Díaz Pardo”, quien lo pusieron en marcha a mediados del siglo pasado y lo consolidaron como referente de la cultura gallega.

El BNG asegura que García ha ofrecido al responsable del BNG local, Diego Fernández, venderle la empresa “por el mismo precio que le costó”, un gesto que califican de “esperpéntico” y que, a su juicio, pone de manifiesto que el administrador único y consejero delegado “está cada vez más incapacitado para dirigir la empresa”.

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