El exceso de contratación y la fuga de los fondos de inversión, motivos de la ola de despidos a las tecnológicas
Amazon, Glovo, Wallbox, Facebook, Twitter o Zoom son algunas de las empresas que han anunciado recortes de plantilla, decisión que los expertos ven como un fenómeno coyuntural ante la caída del consumo online, que puede deteriorar las condiciones laborales de los trabajadores. Los despidos también impactan en Catalunya.
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BARCELONA, Actualizado:
La huelga que iniciaron el pasado miércoles los 800 trabajadores de la planta de Amazon en Martorelles (Barcelona) frente a los planes de la multinacional de cerrar el centro logístico actúa como metáfora del punto de inflexión del modelo de negocio de las firmas tecnológicas. Aunque los expertos y los propios representantes de los empleados desvinculan la ola de despidos de un cambio de ciclo, este ámbito, que parecía inquebrantable e invencible por el incremento del consumo online durante la pandemia, da sus primeros signos de debilitamiento.
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Los empleados de Amazon, que han convocado paros durante 17 días consecutivos, llevaron su protesta al centro del Prat de Llobregat, el mayor de la compañía en Catalunya, a través de una marcha lenta por la Ronda de Dalt. La protesta se realiza contra el cierre de Martorelles, pero también contra el traslado forzado de la actividad y los trabajadores a Zaragoza y el Far d'Empordà (Girona), y tratar así de reconducir las negociaciones con la dirección.
Al día siguiente del primer día de huelga, los representantes de la plantilla se reunieron con el Departament de Treball de la Generalitat. La presidenta del comité de empresa, Esther Rodríguez, señala que del encuentro esperan "una respuesta a la oferta que lanzamos y más recolocaciones en el área de Barcelona". La jornada del miércoles se inició con movilizaciones repartidas entre el Prat de Llobregat y Martorelles. En esta última, la plantilla bloqueó los accesos y salidas de los camiones.
"No nos gustan estos movimientos, pero ha ido bastante bien", valora la sindicalista. Rodríguez califica de "ridículas" las propuestas de la dirección fina ahora. "Esperamos que se centren cuando vean que vamos todos a una y empiecen a negociar de verdad". En este sentido, la presidenta del comité de empresa advierte que la decisión de la empresa es "un cierre, no un traslado". Se trata, según añade, de un ERE encubierto.
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El caso de Amazon es el símbolo de la retahíla de empresas tecnológicas con sede en Catalunya que han aplicado recortes de plantilla o tienen intención de hacerlo. Los motivos se centran en una sobrecontratación durante la pandemia, frenada ahora por la ralentización del consumo, especialmente en la modalidad en línea, y el menor volumen inversor por parte de los fondos de capital riesgo, uno de los actores que han sostenido tradicionalmente el sector.
Resaca pandémica
Este alud de despidos masivos también ha salpicado a Glovo, otro de las empresas de referencia durante el confinamiento. La firma catalana de reparto a domicilio ha anunciado que despedirá al 6,5% de la plantilla, el equivalente a 250 trabajadores. El fundador de la compañía, Óscar Pierre, explica en un comunicado que "el departamento de dirección asume toda la responsabilidad de esta situación". Por el momento, se desconoce el nombre de las personas y las condiciones de los despidos.
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La mancha se extiende al fabricante de cargadores para vehículos eléctricos, Wallbox, quien ha decidido reducir un 15% su plantilla, formada por 1.400 trabajadores, la mayoría de ellos en Barcelona. Entre los motivos para aplicar el recorte, la firma alega los retrasos en las entregas a causa de la crisis de suministros y que los inversores le han exigido cumplir con las previsiones de rentabilidad.
El fenómeno se replica a nivel internacional, ya que con la vuelta a la normalidad pospandémica, unida a los tipos de interés, que han congelado el consumo, las empresas reciben menos ingresos por la menor actividad del comercio electrónico y ante la previsión de un futuro incierto marcado por un escenario de volatilidad, aprovechan el contexto para reducir plantillas, una decisión que tenían más o menos prevista.
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Los efectos de esta resaca pandémica son los que observa Francesc Rufas, profesor de la escuela de negocios EAE Business School y experto consultor en las áreas de marketing estratégico y estrategia. Rufas habla "de un sobrecalentamiento para ofrecer servicios online durante el confinamiento que ha generado un exceso de estructura empresarial".
Una vez firmas como Facebook, Twitter o Zoom han abierto la puerta, el experto considera que el resto van detrás, aprovechando el momento. De hecho, Rufas alude a los despidos promovidos en plataformas como Zoom o Salesforce, especializadas en las videollamadas o en la educación online, que ahora se han visto obligadas a reducir el volumen de inversión. "Han sufrido una sobredemanda que se está regularizando. Un ejemplo es el centro de Martorelles, que Amazon inauguró hace tres años y ahora quiere cerrar y Glovo, que multiplicó por diez su tamaño". Así, considera que los movimientos de estas tecnológicas suponen una especie de vuelta a la normalidad y se trata de cambios sólo coyunturales.
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Modelo de negocio volátil
El profesor Rufas describe como "estacional y volátil" el modelo de negocio de las tecnológicas, que "se han dotado de formas para flexibilizar las estructuras de costes". Paralelamente, señala la fuga del capital riesgo del sector, ya que no ven confianza para invertir en un ámbito donde hay menos rentabilidad. El recorrido de las tecnológicas se caracteriza por una fase inicial en la que la idea que presentan no genera beneficios, sino que pierden dinero. Les hace ganarlo la expectativa de mercado, hasta llegar al break even point (punto de equilibrio). Cuando ésta se rompe, como ahora, se produce el reajuste de la plantilla.
En las tecnológicas, cuando las ventas retroceden, la resaca la pagan los trabajadores
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Aunque se hayan producido estos despidos, los expertos como Rufas descartan que se produzca una sobreoferta de técnicos e ingenieros. Según sus datos, un 67% de los trabajadores que se quedan sin trabajo en este sector vuelve a tener una nueva antes de un mes. Eso sí, tal y como denuncian los empleados de Amazon en Martorelles, la propuesta de trasladarlos a Zaragoza o a Figueres implica que éstos se rijan por convenios provinciales con peores condiciones salariales. Podrían cobrar hasta 800 euros menos al mes. Como en otras ocasiones, en este caso en las tecnológicas, cuando las ventas retroceden, la resaca la pagan los trabajadores.