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El esfuerzo fiscal de las empresas cae con Rajoy, mientras sube el de los trabajadores

En los tres últimos años, ha disminuido el peso de la tributación por beneficios y ha aumentado el del IRPF, pese a la fuerte destrucción de puestos de trabajo y la devaluación salarial.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, conversa con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso de los Diputados. EFE

MADRID.- El esfuerzo fiscal de las empresas ha caído desde que Mariano Rajoy llegó al poder a finales de 2011, mientras subía en la misma proporción el que realizan los trabajadores. Si tomamos como referencia los dos grandes impuestos directos (el IRPF y el de Sociedades), los datos oficiales de recaudación no dejan lugar a dudas.

En el último trienio, Hacienda ha ingresado 213.332 millones por la renta de las personas físicas y 60.093 por los beneficios empresariales, lo que equivale al 78,1% y al 21,9% del total, respectivamente. En el conjunto de la legislatura anterior, la aportación fue de 272.378 millones en el primer caso (77,2%) y de 80.298 en el segundo (22,8%).

Durante los siete años analizados, que coinciden con la crisis económica, el IRPF y el Impuesto de Sociedades han suministrado a las arcas públicas 626.001 millones de euros. De esa cantidad, 485.619 millones (es decir, el 77,6%) procedían de la renta de las personas físicas y 140.391 (el 22,4%) de los beneficios empresariales.

El ejercicio con una recaudación mayor por ambos conceptos fue 2008, con 99.042 millones, que se convirtieron en 84.045 al año siguiente por la brutal caída de la actividad económica que se produjo entonces. Hasta 2012, la recaudación no volvió a la cota de los 90.000 millones, como consecuencia de las subidas fiscales decididas por el Gobierno,

Lo que no se ha recuperado aún es la distribución del esfuerzo fiscal que existía en 2008, a pesar de que el retroceso de los beneficios ha coincidido con la destrucción de empleo y la devaluación salarial. En 2008, las empresas soportaban un 27,5% de los ingresos derivados de los dos grandes impuestos directos, siete puntos más que en 2014, último ejercicio completado.

Mejor para las empresas

Consecuentemente, el esfuerzo fiscal de las personas físicas, en su inmensa mayoría trabajadores, ha pasado durante ese periodo del 72,5% al 79,5%, que podría atribuirse al aumento del número de personas ocupadas el año pasado, si no fuera porque a las empresas también les ha ido mejor en general, sobre todo a las muy grandes.

De hecho, la base imponible del Impuesto de Sociedades (los beneficios sujetos a gravamen) ascendió en 2014 a 93.680 millones de euros, la cifra más alta desde 2009 y superior en un 14,7% a la registrada en 2013.

La base imponible del IRPF (la renta de los hogares) creció igualmente, pero sólo un 3,9%, al pasar de 543.029 a 544.097 millones, siempre según los datos oficiales de recaudación que ofrece periódicamente el Ministerio de Hacienda.

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