Una empresa de Vigo comunica un ERE por WhatsApp
La auxiliar de naval Soling Instalaciones envió a casa a sus 77 trabajadores con un permiso retribuido. La plantilla denuncia que la compañía se ha saltado la legislación vigente.
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madrid,
Los empleados de la auxiliar del naval Soling Instalaciones llevaban 15 días sin trabajar con un permiso retribuido. Este lunes debían volver a sus puestos, pero el domingo por la tarde los delegados sindicales de la CIG recibieron una notificación de WhatsApp. El mensaje informaba de las intenciones de realizar un ERE.
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Cuando los empleados acudieron el lunes a su puesto, encontraron un cartel con ese mismo mensaje colgado con celo en la puerta. Así han informado a este diario desde la Federación de Industria de CCOO en Vigo.
"Los trabajadores de Soling Instalaciones llevan sin cobrar desde enero y, por lo que parece, tampoco van a cobrar febrero", declara a Público Xulio Fernández, secretario comarcal de Industria de la CIG. La empresa tenía hasta el 5 de este mes para abonar las nóminas, según informa CCOO. Ese mismo día, comunican a los empleados que cesen su trabajo con un permiso retribuido.
Los trabajadores no cobran su nómina desde enero
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De acuerdo con Fernández, la compañía fue vendida a otro dueño el 8 de enero, pero no lo han anunciado hasta recientemente. El comprador se llama Yakov Villasmil, un nombre vinculado al sector inmobiliario.
La nueva dirección envió a los 77 miembros de la plantilla a casa a principios de febrero para reorganizar la empresa, pero no obtuvieron más explicaciones sobre el futuro de su actividad.
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"Los trabajadores se encuentran en una situación de indefensión total", denuncian desde CCOO. El personal se movilizó el 12 de febrero ante la Xunta de Vigo para reclamar la implicación de la administración autonómica en el mantenimiento de sus puestos de trabajo.
"El anterior propietario de la auxiliar naval vendió la empresa sin avisar a los trabajadores y el nuevo propietario los mandó a casa", denunciaban entonces desde el sindicato gallego CIG. El 19 de febrero volvieron a reunirse frente a la Asociación Clúster del Naval Gallego para exigir una solución que garantice el mantenimiento de la actividad de la empresa.
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"Lo que no sabemos es qué nos pasará a partir del día siguiente, 26, cuando finalicen las vacaciones retribuidas", declaraba uno de los delegados de CIG en un comunicado publicado por el sindicato.
El mensaje de la discordia
El domingo 25 por la tarde, los tres delegados de CIG recibieron el mensaje de la discordia: el nuevo dueño tenía intención de realizar un ERE extintivo y, para más información, tenían a disposición el número de un despacho de abogados de Barcelona que aparecía en dicho WhatsApp.
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"Lamentamos profundamente las molestias que esta situación pueda ocasionarles y agradecemos su comprensión y colaboración durante este proceso", concluía el mensaje. La notificación aseguraba que el ERE se debe a la situación actual de la compañía, la cual tiene como objetivo "minimizar en la medida de lo posible el impacto" de la reestructuración.
"Es un cachondeo absoluto sin sentido", ha denunciado Xulio Fernández, secretario comarcal de Industria de la CIG. El representante sindical ha solicitado a la empresa que, en caso de iniciar un ERE, realice los trámites que exige la legislación vigente. Esto incluye negociar con los delegados del personal.
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Fernández ha tachado los hechos de "venta fraudulenta" para liquidar la compañía "de cualquier forma". Aunque las instalaciones están cerradas y han cambiado las cerraduras, los trabajadores asisten a la sede todos los días.
Los desplazados en Euskadi y Asturias, sin vivienda
La plantilla de Soling Instalaciones realizaba su actividad en el astillero Armón de Vigo, pero algunos empleados también se encontraban en Gijón y en Euskadi. Quienes vivían fuera de Galicia se vieron obligados a volver porque la compañía dejó de asumir los gastos de los pisos.
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Según detalla CCOO, la empresa ponía un apartamento a disposición de los trabajadores que residían fuera de Galicia y les cubría las dietas. Por su parte, el delegado de la CIG destaca que los principales afectados son los trabajadores de Euskadi. "La mayoría de empleados de Gijón son asturianos, pero los que estaban en Bilbao han tenido que volverse y se encuentran ya en Galicia".
Los empleados desplazados se han visto obligados a volver a Galicia
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Los empleados lamentan el secretismo en torno a la venta y la situación en la que se encuentra la empresa. El dueño anterior admitió ciertas dificultades, pero preveían que estarían resueltas para Semana Santa.
"Nuestra sorpresa fue que se presentó en las instalaciones una persona diciendo que era el nuevo propietario, y que nos mandaba 15 días para casa", indicaron los operarios.
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Los trabajadores ya han informado de los hechos a Inspección de Trabajo, que se ha personado en las instalaciones de la empresa este lunes. Tanto los representantes de la CIG como de CCOO no descartan ningún escenario. Esperan que la empresa notifique formalmente la intención del ERE para que se siente a negociar con los sindicatos, pero también se preparan por si es necesario elevar el asunto a los tribunales.