Crisis del coronavirus Las claves del fondo de recuperación que ultima Bruselas
El Gobierno español confía en que el plan de la Comisión, que presenta Ursula von der Leyen este miércoles en el Parlamento Europeo, libre a los países del sur de los ajustes y recortes que reclaman desde el norte.
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BRUSELAS,
Diez años después de la crisis de la deuda, donde se aplicó austeridad como vacuna universal, la Unión Europea se prepara para conocer su plan para hacer frente a la crisis del coronavirus, basado en un llamado fondo de recuperación. Esta propuesta, prevista como el salvavidas del bloque tras los estragos que está dejando en las economías europeas la pandemia del Covid-19, hará equilibrios para encajar préstamos, garantías y transferencias. Todo en un complejo rompecabezas para conseguir que los países del sur y del norte se sienten a analizarlo y no lo descarten antes de tiempo.
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España no le quita el ojo a Bruselas desde hace varias semanas. Con unas cuentas cada vez más caninas y un clima político y social cada vez más crispado, el Gobierno de Pedro Sánchez reza porque la Comisión Europea presente este miércoles un plan de recuperación europeo contundente, que le inyecte la adrenalina necesaria para plantarle cara a esta crisis.
El desplome de ingresos y el aumento del gasto público dejarán un agujero histórico en las cuentas públicas españolas. Las previsiones económicas de Bruselas proyectan un déficit del 10,1% y una deuda del 115,6% para este año. Por ello el eurodiputado de Ciudadanos, Luis Garicano, ha señalado que la Comisión Europea "no debería de animar a cargar las cuentas públicas de nuestros países, que están muy castigadas, pidiéndoles a los gobiernos que incrementen sus contribuciones al presupuesto común".
Sin embargo, el Ejecutivo comunitario ha suspendido temporalmente el Pacto de Estabilidad para que los Estados tengan barra libre para amortiguar el impacto de la crisis. Bruselas no quiere caer en los errores del pasado e insta a los gobiernos a gastar e invertir.
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El experto del think-tank Bruegel, Grégory Claeys, considera que para despegar de esta paralización de la economía hay que apostar por la inversión de la hoja de ruta del Ejecutivo de Ursula von der Leyen: transición ecológica y digital.
¿Cómo se articula el nuevo fondo?
¿Qué sabemos por ahora de la propuesta de la Comisión Europea? Habrá que esperar a este miércoles para conocer los detalles del plan. Sin embargo, el Ejecutivo comunitario ha adelantado que tiene previsto presentar un sistema mixto de transferencias y préstamos y que la propuesta estaría apoyada en tres pilares.
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El 80% de la inversión irá destinada a "ayudar a los Estados miembros a recuperarse, reparar los daños sufridos y salir reforzados de la crisis". Este instrumento se articularía en el marco del llamado Semestre Europeo (el análisis anual que la Comisión realiza de la situación económica de los países miembros) y estaría en consonancia con las prioridades del Ejecutivo de Ursula von der Leyen: la "doble transición hacia una Europa climáticamente neutra, digitalizada y resiliente". Además, habrá una asignación complementaria a la partida de cohesión, clave para España.
Según la presidenta de la Comisión, otro 15% del plan tiene como objetivo "reactivar la economía y ayudar a la inversión privada a retomar el pulso". Para cubrir las necesidades del sector privado en parcelas clave se trabajará con tres instrumentos: se reforzará InvestEU (el antiguo Plan Juncker), se creará un instrumento de inversión estratégica, y otro a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
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En tercer y último lugar se destinará un 5% a reforzar aquellas partidas que han demostrado su importancia (y fragilidad) durante la pandemia. Además de rescEU y Horizonte Europa, la Comisión Europea planea el desarrollo de un programa de salud específico.
El eurodiputado socialista Jonás Fernández considera que los créditos podrían ser viables a través de InvestEu. Según Fernández, el resto deberían de ser subvenciones a través de los programas ordinarios de la UE. "Lo más importante es conocer el marco institucional de toda la operación y, obviamente, los recursos que se puedan movilizar", ha concluido.
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Para Dolors Montserrat, portavoz del Partido Popular en el Parlamento Europeo, es plan debe garantizar "un buen uso de los fondos comunitarios y que se destinen a los sectores y personas más perjudicadas por las consecuencias del virus, y, además, poner las bases para prepararnos a todos los niveles ante posibles rebrotes del virus o futuras pandemias similares".
¿Se ha hecho pública alguna propuesta?
Sí, pero no de la Comisión Europea. Después de tiras y afloja entre los distintos bloques de la Unión Europea y de maratonianas cumbres y reuniones del Eurogrupo, el pasado 19 de mayo Emmanuel Macron y Angela Merkel acordaron su Plan de Reconstrucción, dejando en una mala posición al Ejecutivo Comunitario, que en abril había recibido el mandato de proponer una alternativa.
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La propuesta presentada por Berlín y París va destinada a aliviar a las regiones y sectores más afectados por la pandemia de la covid-19 y propone que Bruselas emita bonos de deuda de forma temporal. Es un mecanismo "ambicioso y temporal", basado en transferencias en lugar de en préstamos. Así, contaría con una dotación de 500.000 millones de euros, ligado al Marco Financiero Plurianual del próximo periodo (2021-2027).
El presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, ha declarado este fin de semana al semanario alemán Welt am Sonntag que "la propuesta francoalemana supondría un gran paso hacia una unión fiscal y una unión monetaria que funcione correctamente, aunque el fondo de recuperación sea temporal".
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Sin embargo, su compatriota, el eurodiputado de Izquierda Unitaria, José Gusmão, cree que el plan no es ambicioso. El portugués denuncia que esta alternativa parte de un montante muy inferior al billón o billón y medio de euros que se pide de forma mayoritaria. "Esto implica que Berlín y París cuentan con la capacidad nacional para hacer frente a las inversiones necesarias", se ha lamentado Gusmão.
¿Qué tiene de novedosa esta propuesta?
El dinero de este fondo, a diferencia de la triple red de seguridad del plan anticrisis aprobado por el Eurogrupo, estaría basada en inversiones en lugar de en préstamos. Es decir, recibir ayuda a fondo perdido. Esto no significa que sea un regalo, sino que cuenta con mejores condiciones de vencimiento e intereses que los préstamos.
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Además, por primera vez en la historia del bloque comunitario se ha planteado que este dinero se devuelva a través de fondos comunitarios nutridos con las aportaciones de los Estados miembros, en función de sus posibilidades.
¿Por qué los líderes de la Unión Europea hablan de “momento hamiltoniano”?
No hace referencia a ninguna táctica del piloto británico Lewis Hamilton o al hecho de que se le conozca como bilion dólar man. Rememora a Alexander Hamilton, ex secretario del Tesoro en Estados Unidos, que consiguió que, tras la guerra de la independencia, el gobierno federal asumiera la deuda en la que habían incurrido todos sus estados. Un hecho histórico que podría equipararse con la propuesta franco-alemana, que invita a una mutualización de la deuda, línea roja que los halcones de la UE se niegan a atravesar.
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¿Qué dicen los 'halcones' de la UE sobre el fondo de recuperación?
Este grupo, formado por Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia, ha presentado este sábado su propia alternativa basada en un mecanismo temporal, a través de préstamos y que no conlleve una mutualización de la deuda ni un aumento de su volumen.
Los cuatro países, autodenominados como "frugales", defienden un sistema de "créditos por créditos", que garantice que los países estén mejor preparados para la próxima crisis. "Un fuerte compromiso con las reformas y el marco fiscal es esencial para promover el crecimiento potencial", defienden. Además, insisten en no aumentar el volumen del presupuesto europeo.
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Por lo que respecta al fondo de recuperación, hablan de instrumento temporal, con el compromiso de anularse dentro de dos años y hacen especial hincapié en que no vaya ligado "a ninguna mutualización de la deuda".
En su propuesta, los frugales instan a la Comisión Europea a ligar las ayudas a actividades que contribuyan con la recuperación, como la investigación y la innovación, así como el fortalecimiento del sector sanitario y la transición verde.
Este lunes el presidente de la Eurocámara, el italiano David Sassoli, se ha referido a esta propuesta con contundencia. "Apelo al sentido de responsabilidad. No hay países frugales y países que derrochan. Más bien hay países conscientes de la gravedad de los desafíos a los que nos enfrentamos y otros que no lo son. Por eso les pido que estén a la altura de este momento histórico", ha señalado el socialista italiano.
¿Cuál ha sido la aportación española al debate sobre el plan de recuperación?
La ministra Nadia Calviño ha exigido un presupuesto de la UE generoso para hacer frente a la situación excepcional que está atravesando el bloque.
España ha defendido un mecanismo en el que las instituciones europeas se financiasen en los mercados, de acuerdo con la lógica europea de endeudamiento. Un plan ambicioso por lograr un fondo de 1,5 billones de euros a financiar con deuda perpetua. Una idea que nunca recibió el aprobado de todos los países y que hace un par de semanas Bruselas descartó.
A pesar de que el plan presentado por París y Berlín no es tan ambicioso como los bonos perpetuos que ha defendido Calviño, la ministra admitió en la Cadena Ser que es "un acuerdo importante porque va en línea con lo que había defendido España e Italia".
¿Volverán los 'hombres de negro'?
Aunque a priori la Comisión Europea quiera huir de cualquier tipo de vinculación con su prescripción de recortes en el pasado, los países del sur son conscientes de que cualquier propuesta vincula la ayuda con un compromiso firme a acatar una agenda de reformas.
El vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, ha prometido que Bruselas "no llevará a cabo visitas in situ". Italia respira tranquila, confiando en que esta crisis no esté controlada por los hombres de negros, nombre con el que se conoce al equipo formado por funcionarios y expertos de la Comisión Europea, el BCE y el FMI, que en la anterior crisis de la deuda de 2010 controlaban que los países rescatados cumplían con los ajustes que se les impusieron a cambio de la ayuda financiera.
Sin embargo, Dombrovskis ha reconocido que será esencial apostar por reformas que mejoren la productividad y el entorno empresarial. Así, ha defendido que habrá un "vínculo claro entre el fondo de recuperación de la Unión Europea y las recomendaciones" del Semestre Europeo.
Sobre este mismo mensaje ha hecho hincapié el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, aunque ha insistido en que este vínculo no implica una condicionalidad, caballo de batalla para países como Italia o España. Según el italiano, los Estados miembros estarán obligados a apoyar a los sectores y áreas geográficas más afectadas, y mantener como hoja de ruta la transición ecológica y la transformación digital.
Este planteamiento no es visto con buenos ojos por los países del norte, que se niegan a aumentar la caja del presupuesto europeo y solo están dispuestos a ser solidarios con otros países del bloque a base de préstamos. Además, insisten en condicionar la ayuda a una supervisión y garantías contra la corrupción.
El eurodiputado de Izquierda Unitaria José Gusmão, por su parte, considera que el hecho de que exista cierta condicionalidad es una mala noticia, atendiendo a la experiencia del pasado. "No es tan solo trágico desde el punto de vista económico y social, también es contraproducente desde el punto de vista de las cuentas públicas", ha argumentado Gusmão.