Con Zidane en el banquillo... ¿qué fue de los 'Pavones' de Florentino?
De un tractor al Bernabéu
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Fue un sello inconfundible. Un golpe de mano de Florentino no tan lejano, en pleno siglo XXI, cuando habló de los ‘Zidanes y Pavones’ como una idea de negocio para toda la vida en el Madrid. Un regreso a los tiempos en blanco y negro cuando los jugadores de la cantera escudaban a los mejores en Chamartín. Y se dio la circunstancia de que Paco Pavón (1980), un muchacho de Getafe con cara y cuerpo de adolescente, interpretó ese papel como nadie, como persona y como futbolista.
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Pavón demostró que era posible, la clave era creer en ello. No sólo se asentó con la discreción de la clase media. “No había cosa que no preguntase”, decía Hierro. “Tenía una curiosidad infinita”. Un motivo más que suficiente para vencer a sus limitaciones y sumarse al paraíso. Pavón ganó una Copa de Europa, la de la volea de Zidane en Glasgow.
El Madrid aceptó esa manera de pensar en la que Pavón hizo de estandarte con la humildad que luego soportó su decadencia como futbolista en Francia y en Zaragoza
El Madrid aceptó esa manera de pensar en la que Pavón hizo de estandarte con la humildad que luego soportó su decadencia como futbolista en Francia y en Zaragoza. Hace tres años, se retiró golpeado por su rodilla, lejos los últimos años de aquel central del Real Madrid que Iván Helguera explicaba desde la buena educación. “Tenía un sentido del deber, de saber estar que explica la rapidez con la que se asentó”.
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De un tractor al Bernabéu
Pavón no sólo fue propaganda. También fueron valores, los que procedían, por ejemplo, de los recuerdos. Siempre contaba que el primer equipo que vio uniformado fue el de la “fabrica de tractores John Deere donde trabajaba mi padre”. O de su propia formación como futbolista. “Hasta los 17 años no pisé un campo de hierba”. Quizá por eso Pavón siempre fue fiel a su status, a su manera de ser hasta el día que decidió no ejercer su derecho a cobrar el paro, ya retirado del fútbol, “porque no me parece de recibo que lo haga yo, que tengo la vida bien enfocada”.
Los Mejía, Raúl Bravo, Portillo y Miñambres
Al menos, en esos dos años casi idílicos en los que también apareció Álvaro Mejía que luego fue uno de los centrales heroicos del Madrid de Capello; Raúl Bravo, que se consolidó en la banda izquierda con Roberto Carlos y llegó a ir a la Eurocopa de Portugal con España; Portillo, cuyo gol en Dortmund en el descuento posibilitó luego un milagro en la Champions, porque Portillo encontró el gol que no encontraba nadie. Ni Zidane ni Figo ni siquiera Ronaldo.
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Fueron los ‘Pavones’, gente de la casa, gente sana y discreta que supo hacer su papel en el Madrid sin ser superclases
Fueron los ‘Pavones’, gente de la casa, gente sana y discreta que supo hacer su papel en el Madrid sin ser superclases. “Pero ni todos los que han jugado ni todos los que juegan en el Madrid han sido superclases”, recuerda tantas veces Ricardo Gallego como comentarista de ‘Onda Cero’.