'Cuando vi las cantidades que se llegaron a apostar por el argentino Puerta durante Roland Garros en 2005 me llegué a preguntar si eso era posible. Cuando ves eso, te planteas muchas cosas'. La declaración de Tommy Haas es la última reflexión de la realidad de buenos y malos en que se ha convertido el tenis. En ese mercadeo diario de rumores, los hay quiénes dan la cara (Murray, Saretta, Daniel o el propio Haas) y los que se amparan en el anonimato para aumentar las sospechas sobre el amaño de partidos.

'No hay deporte más fácil de manipular que el tenis. Si no quiero hacer un punto no lo hago y nadie se da cuenta'. La denuncia, auspiciada desde el anonimato, se escuchó de un informante anónimo, presuntamente tenista profesional, en los estudios de la televisión alemana WDR, cadena que había prometido hacer pública una lista, elaborada por un agente de apuestas británico, de jugadores implicados en las irregularidades de las apuestas en su programa Sport Inside.

Según el informante, la manipulación de partidos tiene su barra libre en Wimbledon. A su juicio, la poca adaptación a la hierba que tienen la mayoría de jugadores resta sospechas a una derrota en el All England & Tennis Club. 'Se sacan un dinero extra muy apetitoso sí se dejan perder en primera ronda', aseguró.

El informante aseguró que hay jugadores que apuestan sobre los resultados de partidos de tenis, una circunstancia prohibida por la ATP, y señaló que los que efectúan esa actividad se lo toman incluso más profesionalmente que su propia carrera tenística. El presunto jugador informó de que incluso había sido invitado a participar en las manipulaciones y en las apuestas.

Sobre los jugadores implicados en este turbio asunto, el único nombre que se repitió insistentemente -y no por parte del informante sino de los presentadores del programa- fue el del ruso Davydenko, investigado por la ATP.