Tal vez fue cosa del polémico Jabulani, el balón supuestamente revolucionario con el que se disputará el Mundial de Suráfrica. O acaso, la misma falta de rodaje que afectó a sus compañeros. Pero la cuestión es que Iker Casillas alimentó, con su errática actuación ante Arabia Saudí una salida a destiempo en un córner propició el primer gol de los árabes, el debate en torno a la portería de España y a sus propios méritos para ostentar la titularidad por delante de Reina y de Valdés.

'La polémica de fuera no nos debe afectar', aseguró ayer Marchena, cuya intervención dejó vendido a Casillas en el segundo tanto de Arabia Saudí. 'También antes de la Eurocopa surgieron muchas críticas a la defensa y hubo mucho debate', recordó el central del Valencia. 'Pero de todo se aprende y el grupo ha conseguido ser muy hermético. No entramos en la polémica ni en la vorágine que se crea fuera', abundó.

Excepto si se trata de opinar sobre el nuevo balón, que ya ha soliviantado a varios de los porteros que estarán en Suráfrica. 'Ya es triste que una competición tan importante como un Mundial tenga a pocos días de su inicio como actor protagonista un balón por sus pésimas condiciones', aseguró Casillas. 'Es terrible, horrorosa. Parece aquellas pelotas que compras en el supermercado', afirmó Julio César, portero de Brasil. 'Es como una pelota de playa', añadió el chileno Claudio Bravo.

'Es difícil de adaptarse al nuevo balón; es bastante rápido y nos está resultando un poco extraño', dijo Marchena. 'Quizás sea un poco más rápido el balón comparado a otros', convino Navas; 'pero pronto nos acostumbraremos a él. Todas las selecciones entrenaremos antes del Mundial con el mismo balón', concluyó el sevillista. Más práctico y pragmático fue Arbeloa. 'El balón es redondo, como todos', asegura el defensa del Madrid.