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Valladolid y Osasuna consuman su descenso a Segunda

AGENCIAS / PÚBLICO

Domingo de agonía y tragedia en Valladolid y Pamplona. Llegaban a la última jornada de Liga con casi todas las papeletas para acompañar al Betis la próxima temporada en Segunda y confirmaron los pronósticos. La alegría se traslado inmediamente a Granada, Almería y Getafe, que pudieron celebrar la permanencia un año más en la máxima categoría del fútbol español. ASÍ TE LO NARRAMOS EN DIRECTO.

Vallisoletanos y pamploneses, que partían en esta última jornada desde posiciones de la zona roja, se unen en el descenso al colista Betis, que ya había bajado hace varias fechas. Además, con su derrota este domingo, los béticos se convierten en el segundo peor colista en lo que va de siglo y el tercero peor desde que se adoptó el actual formato de Liga con veinte equipos y tres puntos por victoria. Los de Calderón tan solo han obtenido en 38 jornadas 25 puntos.

Sólo el Sporting, que terminó la temporada 1997-98 con 13 puntos, y el Málaga, que totalizó 24 en la 2005-06, ha empeorado los números de un Betis que ha cosechado veinticinco derrotas por sólo seis victorias y siete empates.

Con lo que respecta a lo que dirimía este domingo, el peor papel lo desempeñó el Valladolid. Incapaz de hacer valer que jugaba en casa, en el José Zorrilla, y ante su afición, no logró ni siquiera una victoria ante el Granada que le ayudara a tener alguna esperanza de salvación. Los andaluces, que también se jugaban el todo por el todo, fueron mejores y ganaron por 0-1.

El conjunto de Juan Ignacio Martínez, que esta campaña ha llegado a ganar al Barcelona y a empatar con el Real Madrid, se mostró incapaz ante un equipo de Lucas Alcaraz bien armado, que defendió con orden y buscó las contras para sorprender. Como en tantas ocasiones un error atrás, una falta de atención en la salida de una falta al borde del descanso, habilitó un centro del Granada que encima fue introducido en su propia portería por el serbio Stefan Mitrovic. Luego lo intentó todo sin éxito el Valladolid. Sin recursos para desarbolar el esquema de los granadinos, no supo aferrarse a la máxima categoría.

En Pamplona se vivió de todo. Osasuna sí cumplió con lo que se le pedía. Venció por 2-1 pero su triunfo no le valió de nada, porque no se dieron el resto de resultados que necesitaba y descendió después de 14 años en Primera.

El encuentro estuvo marcado por la avalancha de espectadores producida tras el primer gol de Oriol Riera, que causó unos 40 heridos y el retraso de este y los demás partidos, que tuvieron que alargar el descanso para que las segundas mitades se desarrollaran simultáneamente. El paraguayo Carlos Javier Acuña amplió la cuenta al poco de reanudarse el choque, una vez que estuvo garantizada la seguridad en la grada afectada, y el tanto de Javi Chica para el Betis (m.70) hizo sufrir más al equipo navarro, que necesitaba la victoria del Rayo ante el Getafe para seguir en Primera.

En Vallecas se terminó viendo el partido más polémico de los cuatro. Y es que el Rayo estuvo a punto de descuadrar todas las cuentas ganando al Getafe, al que le valía un empate para sellar su permanencia y que dio alas a los de Paco Jémez tras una tangana sin sentido.  Los azulones se tuvieron que encomendar a una magnífica intervención de Julio César, que había fallado en el gol de Roberto Trashorras (m.67), con el que el conjunto de Paco Jémez equilibraba la diana del rumano Ciprian marica (m.42).

Al Getafe le valía el empate y el Rayo se jugaba el orgullo e incluso atacó en los últimos minutos hasta el extremo que los azulones estuvieron a punto de precipitarse en el abismo. Para fortuna del equipo de Cosmin Contra, Julio Cesar una contra en la prolongación que acabó en penalti fue aprovechada por Ciprian para sellar el 1-2 y la salvación en la máxima categoría. Tras el fin del partido, de nuevo se vivieron momentos tensos en el césped entre los jugadores del Getafe, que celebraron la salvación en campo ajeno, y los del Rayo.

El Almería fue el otro equipo que certificó su continuidad en Primera. Le bastó igualar a cero con el Athletic, que ya tenía garantizada su presencia en la eliminatoria previa de la Liga de Campeones, en el estadio de los Juegos Mediterráneos. El Almería era quizá el que lo tenía mejor para la permanencia y lo cumplió. Fue un conjunto sólido, trató de cerrar todos los huecos posibles y al final incluso tuvo ocasiones para ganar, pero sacó el empate más dulce de la temporada.

 

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