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A Valencia el derbi le sale rana

La marcha del Levante hace vivir una rivalidad insospechada

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Tuvo que ser The New York Times quien se hiciera eco mundial de la hazaña del Levante. El rotativo neoyorquino puso al conjunto de la rana (granota, en valenciano) en el mapa internacional, tras alcanzar el liderato de la Liga por primera vez en sus 102 años de historia.

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La afición levantinista no termina de creérselo. Y la ciudad de Valencia, tampoco, acostumbrada a salir en la prensa deportiva extranjera por los triunfos únicamente del equipo de Mestalla. Ahora soplan otros aires. En plena era del capitalismo salvaje, suenan vientos plebeyos. Valencia se democratiza al salirle ahora rana el monopolio futbolístico de su club más poderoso.

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"Hemos salido ahora más en la prensa internacional que en toda la historia", comenta José Vicente Castillo, presidente de la peña L'Horta de Sedaví y vicepresidente social de la Delegación de Peñas del Levante. Encaramada en esa ola de entusiasmo, la afición granota saca pecho. "El olor que se respira en la ciudad es que este año se puede ganar al Valencia, y esa convicción nunca la hemos tenido", agrega Castillo. El derbi en el Ciutat de València llega como nunca: con los dos equipos por todo lo alto. Aun así, la capital del Turia no es Madrid, Barcelona, Sevilla o Bilbao.

"Para que los derbis de aquí tengan el calado de un Betis-Sevilla, Madrid-Atlético o Espanyol-Barça, el Levante debería asentarse en Primera", dice Castillo. Vicente Vallés, presidente de la Asociación del Pequeño Accionista del Valencia, opina lo mismo. "El derbi tendrá la dimensión que tiene en otras ciudades cuando el Levante lleve muchos años en la élite". Por eso, agrega, "no hay sentimiento de derbi, otra cosa es que los directivos quieran transmitir esa sensación".

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A pesar de todo, Vallés se alegra "como valencianista" de los éxitos del Levante, porque de haber un derbi "es este y no el del Villarreal". Hasta ese punto ha calado la fiebre granota. En el último Valencia-Bayer Leverkusen, la afición de Mestalla hizo callar a un grupo que profería cánticos contra el Levante. El club que preside Kiko Catalán ha empezado a extender su simpatía por todos los rincones de la ciudad, incluido Mestalla. "Es que el Valencia está cerrado en su status de club poderoso y, en este sentido, sentimos envidia de la apertura hacia fuera del Levante", afirma Vallés.

El lateral Juanfran, a rebufo de ese clímax social en favor del Levante, advirtió: "Ya va siendo hora de darse cuenta de que en Valencia hay dos equipos, y ninguno más importante que el otro". Con los puntos de la clasificación en la mano, el Levante se halla un peldaño por encima. Teniendo en cuenta la masa social, 43.000 frente a 11.300 abonados, el Valencia arrasa. "Para ellos es muy ilusionante; para nosotros es un derbi más", subraya Vallés.

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La prueba, insiste Vallés, de que al derbi valenciano le falta cuajo es que a la asociación que preside nadie se ha dirigido para pedir entradas. Nada que ver con las visitas de Bar-ça o Madrid. Castillo tiene la teoría de que Valencia es una torre de Babel, donde aficionados de otros clubes, "que se instalaron aquí procedentes de otras ciudades", se hicieron del Valencia o del Levante "sin abandonar a sus exequipos".

Y es que 12 derbis en casi un siglo de fútbol valenciano son pocos para ir dejando huella. Y ocho de ellos disputados ya en pleno siglo XXI. Con el Levante más asentado en la élite, "ojalá", como dice Castillo, "que nos acostumbremos y nos aburramos de derbis".

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