¿Qué vale ganar la Vuelta a España?
Siempre mal pagados
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MADRID.- 112.000 €. Ese es el dinero que se va a embolsar Fabio Aru por ganar la Vuelta a España. Ese es el premio que recoge el reglamento de Unipublic, la empresa organizadora, para el maillot rojo después de 3.357,1 kilómetros en 21 días y 44 puertos de montaña, en los que, a menudo, el ciclista llega a la agonía. Un dinero que el pelotón entiende que ya está pasado de moda.
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Lo mismo puede pasar con el segundo, Purito Rodríguez, que se lleva 57.000 €, o el tercero, Rafal Maja, 30.000. Porque la verdadera riqueza del ciclista, que gana una gran Vuelta, viene por otras vías. Incluso en el Tour de Francia, donde se paga mucho más que en la Vuelta (Froome cobró 450.000 € como primero; Nairo, 200.000 como segundo y Valverde, tercero, 100.000 €). Unos premios que para la población normal pueden parecer altos, pero para ciclistas de esa categoría representan una pequeña parte de sus contratos.
"Sí, efectivamente, es así", justifica Chema Rodríguez, que ha pasado por casi todos los estratos del ciclismo. "Una buena actuación, revaloriza tu caché que en el caso de Aru o Dumoulin les puede permitir mejorar claramente sus contratos, porque tienen una edad, 25 años, que lleva a pensar en ellos a largo plazo. Sin embargo, esta buena actuación a Purito sólo le vale para mantener el contrato que ya tiene, porque a los 36 años ya tiene una edad alta. Y en un deporte como el ciclismo, donde las renovaciones suelen ser de un año, el carnet de identidad se mira a fondo. Y eso que ahora los ciclistas son más longevos que antes. Pero la edad sigue siendo la edad".
Siempre mal pagados
Los contratos de los ciclistas más importantes, sin embargo, no disimulan la realidad del ciclismo, que es más parecida a los premios de la Vuelta a España, en los que al 10º clasificado se le pagan 360 €. El triunfo en la clasificación general por equipos está valorada en 12.500 € y pasar primero por un puerto de categoría especial 920. Nada que ver, por ejemplo, con los 1,8 millones que se lleva un tenista por ganar Roland Garros o los 27.000, que se lleva uno que cae en primera ronda. "Pero es que el ciclismo ha estado mal pagado siempre", insiste Chema Rodríguez. "El 70% de los ciclistas, que es la clase media, cobra el salario mínimo que establece la UCI (unión de Ciclista Internacional) que está entorno a los 40.000 €".
La realidad es que el ciclismo no difiere de la vida. Hay clases y clases. La prueba fue Nibali que aún no era una estrella cuando ganó el Tour de Francia el año pasado y que subió su caché hasta los 50.000 € de fijo en los siguientes Criteriums, que se peleaban por su presencia. Así se explica que las estrellas apenas miren los premios y el pelotón lo sabe. Pero existe otra realidad en las grandes carreras, como esta Vuelta a España, que Rodríguez explica claramente: "Hay equipos que no ganan nada si no ganan nada. Pero hay otra cosa para los ciclistas, que están al margen de los premios de la organización. Su rendimiento, el hecho de que se mueva su nombre, hay ciclistas que no ganan nada y, sin embargo, funcionan bien… Los equipos se fijan en ellos, hacen sus dossiers y as ese tipo de ciclistas no les faltan ofertas".
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200 € para el más combativo
La prueba ha sido el colombiano Chaves, que renovó en plena Vuelta a España por su equipo, el Orica, tras sus buenas actuaciones iniciales. "Y encima lo hizo por tres años, algo que no es nada habitual en el ciclismo. Pero su edad, 25 años, aconseja a pensar que es un ciclista en progresión". También la publicidad es muy importante. "Hay ciclistas que salen a por ella directamente, todos esos que se escapan, se pegan la paliza aún a sabiendas de que no van a llegar", explica Rodríguez. "Pero su nombre se mueve, sobre todo si continúa escapado cuando empieza la conexión de la televisión. Porque los equipos valoran mucho esas cosas. Y, a la larga, eso vale más que cualquier premio en metálico de la organización".