Público
Público

"Siento envidia sana de Busquets"

Xavi Torres. Centrocampista del Levante

ALFREDO VARONA

Soñó con ser el heredero de Guardiola y fue el espejo de Busquets en el Barça B. Esta noche, cuando pise el Camp Nou, sentirá la añoranza de lo que pudo ser y no es. A los 25 años, sin embargo, Xavi Torres no se reprocha nada. Hay motivo. Su prestigio está de moda y suena para el Atlético. En el Levante ha vivido algo más que un sueño. Ha encontrado un equipo que no se entiende sin él. Por eso no tolera la derrota, aunque acepta que 'ante los mejores equipos es más fácil equivocarse'. La prueba será esta noche, en el escenario de sus sueños: 'Sí, claro que me imaginé vestido de azulgrana en el Barça'.

Ahora es un futbolista importante. ¿Eso es un detalle o un inconveniente?

No, nada de eso. He aprendido que el fútbol es como una montaña rusa. He estado seis años en la cantera del Villarreal, dos en la del Barça... He vivido de todo. Por eso me conformo con ser lo que soy: un tío campechano que, al menos, ya sabe lo que cuesta ganarse la vida. He viajado mucho, he soñado mucho.

En su momento fue el cerebro de Guardiola en el Barça B. ¿Qué significó eso?

Ante todo, un placer. Me sorprendió su humildad en el trato. De repente, venía un día y te preguntaba por tu familia y hasta si mi novia había encontrado trabajo: ella estudiaba Comunicación Audiovisual y Pep me decía: 'Si le puedo echar una mano, ya sabes dónde me tienes'.

'Con Pep aprendí a pensar antes de recibir del balón y a no tener miedo'

¿Y por qué salió del Barça?

Los veranos son complicados. Salió lo del Málaga y no pude ni despedirme de Pep: ya no volví. Pero sucedió y salí sin pena. Al contrario, Guardiola fue mi ídolo y lo tuve a mi lado. Aprendí a pensar antes de recibir el balón, a no asustarme. El día que debuté fue directo a mí: 'No temas me dijo vas a hacer lo mismo que te ha permitido llegar hasta aquí'.

El titular era usted y Busquets el suplente. ¿No se hace difícil aceptar que juega en el Levante y él es campeón del mundo?

En el último tramo de la Liga tuve una lesión en el cuádriceps que me tuvo parado 45 días. Salió Sergio y lo aprovechó. Y no digo que ahora no sienta envidia sana de él, pero me alegro más por su esfuerzo. Él también se alegra del mío. Hace poco me escribió un mensaje muy cariñoso.

En realidad, usted es un futbolista frío, cerebral. ¿Por qué está en el Levante?

'Una lesión me tuvo parado en el Barça B, salió Sergio y lo aprovechó'

El año pasado Luis García dijo que mi fichaje era necesario.

¿Se imaginó al Levante campeón de Europa?

En mis mejores sueños, el Levante salva la categoría a falta de cuatro o cinco partidos.

¿Tanta victoria no ha creado vanidad?

No, lo que me costaba era dormir. Con tanta satisfacción no tenía sueño. No cambié nada, ningún hábito. Cero. No me pegué ni un lujo, aunque sí tuve uno. Nunca olvidaré el día que mi abuelo de 85 años me llamó por el móvil para felicitarme. Estaba llorando.

¿Qué humaniza más, el triunfo o la derrota?

La victoria sienta estupendamente. Es tu felicidad y la de tu familia. Pero a mí no me cambia. Soy de pueblo, nací en Jávea y en casa no aceptarían que perdiese el norte. Mi padre es banquero y nos hizo prudentes. Tengo una hermana, que estudió Psicología y trabaja en la Policía Local.

¿Todos los futbolistas están donde merecen?

Es una pregunta complicada. Me obliga a pensar y ya le dicho que tengo prisa. Pero imagino que sí, claro. Esa pregunta me obliga a venderme y yo no sé hacerlo.

Al menos está en el club donde se retiró Cruyff.

Sí, claro, la historia del Levante es importante. A veces, parece que este equipo nunca había existido y que se ha descubierto ahora.

Vargas Llosa decía que a los 25 años no hay motivo para no ser ambicioso.

Si eres previsor tienes una ventaja: es más difícil que te equivoques. Y en el Levante tenemos un técnico que nos lo recuerda y que, por cierto, en muchas cosas me recuerda a Guardiola. Juan Ignacio es un hombre campechano y ha tenido que trabajar duro para salir adelante.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?