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El Real Madrid vive una nueva pesadilla en la Euroliga

PÚBLICO / AGENCIAS

Y otra vez en el sueño se tornó en pesadilla. El Real Madrid, con todas las apuestas y estadísticas a favor, volvió a perder una final de Euroliga. Y esta vez dolió mucho más que el año pasado. Huele a una oportunidad de oro perdida para ganar su Novena Copa de Europa. Por eso, las lágrimas en los jugadores blancos al término del choque eran comprensibles. El Maccabi Tel Aviv fue su verdugo en Milán, que ajustició a los blancos en la prórroga (86-98), liderado por el base Tyrese Rice, que se llevó el MVP de la Final Four. Los israelíes, con 25 puntos en el tiempo extra, se coronan campeones de Europa por sexta vez de la mano de su técnico, David Blatt.

Rice, quien también fue el autor de la canasta que culminó la tremenda remontada del Maccabi ante el CSKA el pasado viernes, ya estuvo a punto de ejecutar al Madrid en la última jugada del cuarto periodo cuando, con 73-73 en el marcador, erró el triple que hubiera dado la victoria a los suyos. A esas alturas del choque, el pequeño base estadounidense ya se había echado el equipo a las espaldas y, en el tiempo añadido, donde anotó 14 puntos, dio todo un recital de muñeca, penetraciones, asistencias y fiabilidad desde la línea de tiros libres para acabar con la resistencia del Real Madrid.

Al Real Madrid le volvió a temblar la mano en los instantes decisivosRice fue el máximo anotador, con 26 puntos, y nombrado MVP de una final sorprendente que al Madrid se le escapó contra todo pronóstico. Pues, tras diecinueve años de sequía, parecía que el conjunto blanco confirmaría definitivamente esta noche su regreso a la élite del baloncesto europeo con un nuevo título de Euroliga. Sin embargo, al Real Madrid le volvió a temblar la mano en los instantes decisivos. Una sucesión de erróneas decisiones, de fallos desde los triples, de posesiones apuradas sin éxito y de desaparición de algunos de sus pilares explicaron la debacle del conjunto español, que fue una sombra del que pasó por encima del Barça hacía dos días.

El equipo español empezó bien, con cinco puntos consecutivos de Rudy Fernández, pero el Maccabi pronto se encargó de dejarle bien claro que hoy no lo tendría, ni mucho menos, tan fácil como contra el Barcelona. La defensa del conjunto israelí llevó al límite a los jugadores madridistas desde el primer minuto y, de la mano de Schortsanitis y Smith, el Maccabi se puso por delante (7-13, min.7).

Pablo Laso pronto se dio cuenta que esta noche el partido no estaba hecho para finos estilistas. Así que sentó a Mirotic y sacó a Reyes. El pívot cordobés, a quien le va la marcha bajo los tableros, una vez más, no se arrugó. Entre él y Rudy lideraron dos parciales de 9-0 y 10-0 para abrir una brecha de once puntos en el marcador (33-22, min.16). A estas alturas del choque, Laso ya había echado mano de su MVP, el base Sergio Rodríguez, para acelerar el ritmo del choque.

Rodríguez inicio su particular recital, pero el Maccabi, todo corazón, seguía enganchado al partido gracias a su intensidad defensiva, el acierto desde los tiros libres (9 de 9 en la primera mitad) y a la obstinación de hombres como Smith y Blu. Este último, anotaba un triple sobre la bocina en la última jugada del segundo cuarto para recortar diferencias en el marcador (35-33) y llevar el delirio a las gradas, hoy nuevamente a reventar de seguidores del conjunto amarillo.

El guión del partido no varió tras la reanudación. Ninguno de los dos equipos tenía el día en el tiro exterior. El Maccabi defendía con muchas manos, punteando todos los tiros, llegando a cada rincón del perímetro con constantes ayudas, y se puso por delante casi sin darse cuenta (40-41, min.15).

La primera canasta de Mirotic en todo el partido y un triple de Darden devolvían la ventaja al Real Madrid, pero el choque, ya estaba donde quería el conjunto judío: poco ritmo, malos porcentajes y sobredosis de intensidad defensiva. Con Llull desaparecido en la faceta ofensiva (acabó el partido con 0 de 7) y el Madrid abusando de los triples (11 de 34), la irrupción de Hickman, primero, y Rice, después, resultó definitiva.

En esta segunda parte repleta de emoción, las alternativas en el marcador se sucedieron. Tyus ayudaba, con su brega en la zona, a Hickam y Rice, mientas Smith se daba un respiro. Y por el bando madridista, Mirotic empezaba a entrar tímidamente en el partido, mientras Rodríguez (21 puntos) prácticamente se peleaba el solo contra todos. A falta de 58 segundos, el Real Madrid perdía por 69-73, pero dos malas decisiones del conjunto israelí y la infalibilidad del 'Chacho' y Bourousis desde el tiro libre permitieron empatar a 73. En la última jugada, Rice falló el tiro decisivo y un compañero el palmeo posterior, y el partido se fue a un período extra.

En la prórroga, el recital del base del Maccabi fue a más, mientras que los de Laso solo eran capaces de anotar de tiro libre. A falta de minuto y medio, el Maccabi prácticamente había culminado la gesta (79-86), ante un Mediolanum enloquecido que parecía la Mano de Elías. Con un Rudy fallón en la hora de la verdad, los intentos postreros de Darden y Carroll sirvieron de poco. El Maccabi, que había perdido sus tres últimas finales de Euroliga, vuelve a reinar, contra todo pronóstico, en Europa.

86 - Real Madrid (16+19+20+18+13): Llull (-), Darden (7), Rudy Fernández (15), Mirotic (12), Bourousis (12) -cinco inicial- Reyes (12), Sergio Rodríguez (21), Slaughter (2), Mejri (-), Carroll (5) y Díez (-).

98 - Maccabi Electra Tel Aviv (15+18+20+20+25): Ohayon (4), Hickman (18), Smith (15) Pnini (-), Schortsanitis (9) -cinco inicial- Tyus (12), Blu (14), Rice (26) e Ingles (-).

Árbitros: Christos Crhistodoulous (GRE), Sasa Pukl (SLO) y Milivoje Jovcic (SRB). Eliminaron por cinco faltas personales a Schortsanitis (min.34).

Incidencias: Partido por el tercer y cuarto puesto de la Euroliga, disputado en el Mediolanum Forum de Milán ante 11.843 espectadores.

 

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