El Racing no se despertó a tiempo

Los presagios se cumplieron. La historia señalaba que el Twente ejecutaba al rival, casi siempre, en los primeros minutos. Y los pronósticos fueron certificados. Los de McLaren, ex seleccionador inglés, empujaron desde el inicio con el premio de un gol que desequilibró a un Racing ya de por sí poco estable sin el balón. Y cuando lo tuvieron, enloquecieron; empachados de ansiedad y sin fuerza para rasgar a los locales, los de Muñiz exhibieron un ejercicio minúsculo de juego hasta el segundo tercio del partido.

Entonces apareció Munitis, el icono de los cántabros. Despertó para despachar la racanería de un planteamiento táctico que les obligaba a circular con la velocidad que marcaban los holandeses. Así Tchité, a la primera y a diez minutos del descanso, pudo dibujar un choque distinto, pero Boschker desvió a la esquina el único remate del Racing en la primera mitad.

La apuesta cántabra fue mayor en la reanudación. Valera y Serrano propusieron muchas más licencias ofensivas ganando más consistencia en el medio. Dominaron hasta el final los del Racing, pero sin dinamita arriba su esfuerzo fue insuficiente para lograr el empate.