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"Prefiero ver cien vídeos que hacer el paripé en un pabellón"

Técnico del Khimki y seleccionador español. El italiano defiende el hecho de trabajar en Rusia

MIGUEL ALBA

Incide en la tecnología para justificarse en el debate que ha abierto su lejanía de España. En Moscú, nieva, pero la voz de Sergio Scariolo (Brescia, 1961) suena cálida detrás de un móvil de 13 números. Más que las supersticiones, lo que le preocupa es que no se cuelgue en los próximos meses la línea ADSL.

¿Cómo va a ser su metodología de trabajo a tanta distancia?

Bueno, las nuevas tecnologías permiten cosas increíblemente ricas para poder cubrir una gran cantidad tanto de imágenes como de información. Además, el cuerpo técnico de la Federación es muy amplio y preparado. Ahora tengo muchas ideas de cómo se puede articular ese flujo de información. La aspiración es llegar a tener un seguimiento prácticamente de todos los jugadores interesantes para la selección.

Le veo sin dormir...

Bueno, un entrenador no necesita ver un partido completo para sacar conclusiones. Lo que pediré es que me seleccionen determinadas acciones e imágenes que para un técnico son realmente significativas.

Digamos que ha cambiado la pizarra de toda la vida por un ftp (disco duro virtual).

Todavía no está cerrado qué opción tecnológica vamos a utilizar, pero será algo así. Necesito un sistema fluido para recibir sin ningún problema todos los vídeos que solicite al cuerpo técnico de la FEB.

¿Y eso se aprecia mejor por la tele a 3.450 kilómetros que en un pabellón?

No sólo se aprecia mejor, sino que permite seguir a muchos más jugadores que estando en un partido en directo haciendo el paripé. Prefiero y saco más provecho a cien vídeos que yendo un día a un pabellón.

Hay quien dice que entrenar al Khimki le dio la opción de entrenar a España, pues de otra manera la Federación no le habría podido pagar su millón de euros de caché por temporada.

Yo creo que en estas circunstancias el dinero es lo de menos. Lo ideal es poder tener a un seleccionador muy bueno tácticamente, con una gran capacidad motivacional y un prestigio enorme a tiempo completo. Que la Federación tenga la posibilidad económica de asegurárselo durante mucho tiempo y que el seleccionador tenga el padre de Madrid, la madre de Barcelona, el abuelo de Vitoria y la tía de Málaga... Eso es lo ideal. Para mí, más que por el tema económico, el problema es que no me veo alejado del día a día del entrenador, de experimentar, de ver partidos, de mejorar a mis jugadores. No me veo diez meses sin entrenar. No me veo siendo sólo seleccionador. Es así de sencillo y de radical al mismo tiempo. Yo sólo me veo entrenando todos los días.

Aíto recibió la herencia de Pepu y apenas insertó matices. ¿Con usted llegará la revolución?

Desde luego que no. No sólo sería presuntuoso por mi parte, sino bastante tonto hablar de revolución en un equipo que ha conseguido excelentes resultados y en una estructura técnica que también se ha ganado una muy buena reputación. Intentaré aportar mi experiencia y marcar unas pautas para aprovechar lo mucho de bueno que hay para mejorarlo. Pero estos cambios los pienso hacer desde la humildad y consciente de que lo que ha funcionado bien no hay que tocarlo.

Entonces, ¿eso significa que el grupo está ya cerrado?

No. Cuando hablaba antes de revolución, me refería a cambiar el 50% del equipo. Eso no va a suceder, porque sólo planteármelo sería una locura. Pero esta selección, como muchas otras, es un grupo que tiene que responder a las prestaciones de los jugadores en el día a día. Voy a ir monitorizando cómo van en el presente, aunque eso no será definitivo.

'El puesto de base es el más decisivo en baloncesto'. Usted defiende esta frase como una de las piedras angulares de su filosofía. España tiene a Calderón, Sergio, Ricky, Cabezas, Llull, Raúl López... ¿Con alguno va a quedar mal?

Uno queda mal si promete y no mantiene. Si es desleal. Si utiliza criterios que no sirvan para elegir lo mejor para la selección. Tome la decisión que tome, hará que unos jugadores y sus entornos estén contentos y otros menos. Pero no me importa. Es una carga del cargo. En el puesto de base, España puede formar tres parejas de máximo nivel.

¿Es mejor pensar que Pau no va a estar en el Europeo?

Es mejor pensar que va a estar.

¿Pero piensa que puede jugar en Polonia después de una temporada como la que está teniendo en los Lakers?

No sé. Creo que lo que no hay que hacer es ponerle presión o hacer declaraciones que pueda percibir que es una forma de obligarle a venir a la selección. Pau ha dado a la selección y es un pilar fundamental. Pero creo que, hasta el final de su temporada, no podrá analizar cuáles son las opciones físicas y psicológicas de jugar el Europeo. Cualquier decisión que tome será honesta con él y con el equipo nacional.

Está acostumbrado a gestionar banquillos de estrés porque Madrid, TAU y Unicaja siempre exigen títulos. Pero, ¿la presión es diferente cuando se sujeta a la crítica de un país y no de una masa social reducida?

Cuando estás en un club, siempre representas mucho más que al escudo o al presidente. Representas a una ciudad, a una afición. Ahora me toca a un país y siento más responsabilidad.

Antes negaba que fuera a efectuar una revolución, pero será consciente de que estos cuatro años tendrá que articular el cambio de generación.

Creo que el grupo que ahora mismo representa a España, y no hablo sólo de los 12 que estuvieron en Pekín, sino de los otros 6 u 8 que viven alrededor de la selección, tiene cuerda para rato globalmente. Se habla mucho de que puede haber casos individuales que no lleguen a Londres, pero pienso que no tiene por qué ser así. El núcleo de la generación del 80 en 2012 tendrá 32 años y estará en plena madurez humana y deportiva. Ahora los jugadores se cuidan mejor. De hecho, ya están mandado mensajes de que están listos.

Entonces, ¿piensa hablar con Carlos Jiménez?

Mira, a Carlos lo conozco muy bien. He hablado mucho con él de esta decisión como para saber que no respondió a un capricho.

No da la sensación de que la selección se gestiona sola. Que da igual quién esté en el banquillo.

Los jugadores son los que juegan, pero los éxitos son el resultado de la excelente labor de los seleccionadores que ha habido y del cuerpo técnico de la Federación. Sobre mí, hasta dentro de cuatro años creo que no será justo hacer valoraciones.

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