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De periodista de masas en Argentina a scouting de Pellegrino en el Alavés

84 partidos al mes

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Borja de Matías en Buenos Aires.

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MADRID.- Ahora, viaja, y viaja solo, digno representante de la antigua literatura de viajes como si se tratase del capitán James Cook. Nada que ver con el hombre de ayer, el periodista de masas de Direct TV, un canal argentino en el que Borja de Matías triunfó de veras. Llegó a Buenos Aires, tras quedarse en paro en España, y se le ocurrió mandar currículums sin nada que perder. No tenía trabajo. Nadie imaginaba entonces que este joven de 30 años, nacido en Alcalá de Henares y licenciado en periodismo, iba a triunfar hasta ese extremo.

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La realidad es que hoy su vida podría seguir así, admirado y reforzado en Buenos Aires, nunca se sabe donde está el límite. Pero no. Hoy, ya ni narra partidos ni presenta programas. Hoy, ha dejado de ejercer el periodismo, esa vocación sin contrincantes para los que nos imaginamos nacidos para ello. Pero Borja ha vuelto a España, a vivir en una ciudad del norte, Vitoria, y a trabajar en silencio para el Alavés en el cuerpo técnico de Mauricio Pellegrino.

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84 partidos al mes

"Veo una media de tres partidos al día lo que significa 21 a la semana y 84 al mes", explica como prueba de su nueva vida alejada del periodismo y de retransmitir partidos para el mundo. "Pero este trabajo también lo amo, porque era mi pasión desde los 16 años. Entonces me dedicaba a ver partidos y a hacer informes de jugadores que me los guardaba para mí". Hoy, esa pasión justifica esta conversación, el nuevo trabajo, su soledad y sus viajes de carretera como éste de la noche de Vitoria a Eibar. La diferencia es él. "Disfruto cada momento. Aprecio muchísimo estar donde estoy porque podría estar en cualquier otro en mi lugar".

"Me estreso con facilidad. Por eso todos los días hay una hora en la que apago el móvil y dedico esa hora a leer o a salir a correr 30 o 40 minutos"

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En realidad, la inspiración es irrevocable. El fútbol ha desbancado al periodista de éxito sin restricciones. Pero eso no significa que él sea de hierro o no necesite apagar las luces. "Me estreso con facilidad. Por eso todos los días hay una hora en la que apago el móvil y dedico esa hora a leer o a salir a correr 30 o 40 minutos. Eso es lo que me ayuda a despejarme entre tanto fútbol".

"Yo era el único periodista de la redacción que hasta entonces no había viajado a ningún sitio e ir a Argentina fue clave en mi vida, porque allí hice muy buenos contactos"

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Al menos, así lo sintió entonces, espejo de una vocación prematura e infinita. "Yo era el único periodista de la redacción que hasta entonces no había viajado a ningún sitio e ir a Argentina fue clave en mi vida, porque allí hice muy buenos contactos. De hecho, cuando me quedé en paro decidí irme de vacaciones tres meses allí y antes de volver a España un amigo me dijo que mandase el currículum a Direct TV porque iban a aumentar la plantilla". Entonces su vida cambió para siempre, imposible de cuantificar el cambio hoy en día. Su status, su domicilio, su agenda.

"Una vez que Pellegrino fichó por el Alavés, me ofreció la posibilidad de ir con él y de regresar a España. Y no lo pensé porque por un tema personal yo necesitaba volver"

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Pero su biografía iba a volver a transformarse otra vez. Las mejores vidas son las que se saltan los programas de repente. Un amigo le iba a ofrecer pasar a formar parte del cuerpo técnico del Independiente de Avellaneda que dirigía Mauricio Pellegrino, hoy entrenador del Alavés. "Buscaban una persona de mis características que supiera edición de vídeo y tuviera experiencia en la realización de informes de fútbol. Yo ya había realizado ese trabajo en el Portsmouth la época que marché a Inglaterra para perfeccionar el inglés. Sabía que podía hacerlo y la prueba es que, una vez que Pellegrino fichó por el Alavés, me ofreció la posibilidad de ir con él y de regresar a España. Y no lo pensé porque por un tema personal yo necesitaba volver".

Un cambio de vida bajo el nexo del fútbol

Aquí está hoy, alejado de los focos, casi como un ciudadano anónimo en Vitoria. Nada que ver con Buenos Aires ni con esa legión de seguidores que le queda en Twitter. Pero no pasa nada. Los cambios forman parte de las vidas. Sin cambios, las vidas serían probablemente más peligrosas. "A los seis meses, me di cuenta de que el trabajo de scouting en Independiente de Avellaneda no era compatible con el periodismo de ninguna manera". Hoy, no se arrepiente de volver a España, de aparcar su vida periodística o de trabajar en el Alavés. Al contrario. Hay imágenes de los últimos meses en su vida que podría haber filmado Harry Potter. "Cuando uno gana en el Camp Nou y ve pasar a Messi a su lado lo primero que pensé es cómo puedo estar yo aquí".

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