Los Juegos de Río de Janeiro iniciaron este jueves su cuenta atrás final con el tradicional encendido de la llama olímpica en el Templo de Hera, en la ciudad griega de Olimpia, y el comienzo de un recorrido de más de 35.000 kilómetros hasta que llegue al pebetero del estadio de Maracaná el 5 de agosto.

La antorcha visitará 329 ciudades en Brasil, país que acogerá los primeros Juegos de la historia en América del Sur y viajará cerca de 20.000 kilómetros por tierra y más de 16.000 por aire. El comienzo de su viaje, a 106 días de la Ceremonia de Inauguración, marca la recta decisiva de la cita olímpica.

La tradicional ceremonia propone una conexión entre los Juegos de la Antigüedad, nacidos en Olimpia en el año 776 a.C., y los Juegos de la Modernidad. El gimnasta griego Eleftherios Petrounias fue elegido como el primer portador tras recibir la llama que fue encendida por un espejo en las manos de la actriz Katerina Lehou.

Petrounias fue el primero en correr con la antorcha, para luego pasársela al exjugador de voleibol brasileño Giovane Gávio, primer relevista del país organizador y que ya tuvo ese honor en los Juegos de Atenas de 2004. En total, serán 450 las personas que llevarán la antorcha por Grecia, incluyendo a un refugiado cuyo nombre no fue anunciado y que llevará la llama por Eleonas, al oeste de Atenas, que es la zona con más refugiados e inmigrantes.

Su destino final será el pebetero de Maracaná, aunque posteriormente, y por primera vez en la historia, se instalará durante los Juegos en un lugar del centro de Río, aún sin desvelar

La antorcha, cuyo diseño está inspirado en la geografía de Río de Janeiro, también pasará por Organización de las Naciones Unidas y por el Museo Olímpico en Lausana (Suiza), donde está la sede del Comité Olímpico Internacional (COI), para aterrizar en Brasil el próximo 3 de mayo e iniciar un recorrido por las cinco regiones del país y con 12.000 portadores.

Su destino final será el pebetero de Maracaná, aunque posteriormente, y por primera vez en la historia, se instalará durante los Juegos en un lugar del centro de Río, aún sin desvelar.

El campeón del mundo de gimnasia griego Lefteris Petrounias porta la antorcha olímpica. /EFE

Nuzman: "Brasil está sufriendo más de lo que se merece"

"A pesar de las dificultades a las que Brasil se está enfrentando hoy, la llama es un recordatorio eterno de que todos somos parte de la misma humanidad. Río facilitará un espectacular escaparate de los mejor del espíritu humano. En solo unas semanas, el pueblo brasileño dará de forma entusiasta la bienvenida al mundo y nos sorprenderá con su alegría por la vida y su pasión por el deporte", señaló Thomas Bach, presidente del COI.

El alemán recordó que "el relevo de la antorcha difundirá el mensaje de compartir la humanidad a todas las personas del hermoso país de Brasil, una nación que está construida con la idea de que la fortaleza proviene de la unidad de toda su riqueza cultural".

El presidente del COI: "Brasil es única por su diversidad. Dejemos que la celebración de los Juegos de la XXXI Olimpiada en este vasto y maravilloso país muestre al mundo el verdadero mensaje de unidad y diversidad"

"Brasil es única por su diversidad. Dejemos que la celebración de los Juegos de la XXXI Olimpiada en este vasto y maravilloso país muestre al mundo el verdadero mensaje de unidad y diversidad", sentenció el dirigente.

Por su parte, Carlos Nuzman, presidente del Comité Organizador de Río 2016, indicó que en país entienden su "responsabilidad como guardianes de la llama olímpica" y que la ciudad "está lista para hacer historia".

"El encendido de la antorcha envía un mensaje de que podemos y uniremos nuestra querida Brasil, un país que está sufriendo mucho más de los que merece, en su búsqueda por un futuro más brillante", advirtió, después de los problemas que está pasando su país, con su presidenta, Dilma Rousseff, ausente en esta ceremonia y sufriendo un proceso de 'impeachment', los problemas con el virus Zika, o el escándalo de corrupción de 'Petrobras'.

El directivo dejó claro que prometieron "cumplir y celebrar unos Juegos que unirán e inspirarán al mundo en una celebración única y que dejarán un legado de transformación positiva e inclusión en Brasil". "Vivamos este sueño juntos", agregó.