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El primer gran golpe
del proyecto primigenio de los galácticos

La derrota ante la Juventus en la vuelta de semifinales de la Champions del 2003 marcó un antes y un después en aquel Real Madrid. Ese día se puso fecha de caducidad al futuro de Vicente del Bosque en el banquillo madridista

Del Piero se zafa de Hierro en aquel partido de 2003.

MADRID.- Cuando uno habla de los enfrentamientos Juventus-Real Madrid le viene a la cabeza sin duda el histórico gol de Mijatovic en la final de Amsterdam que supuso la Séptima “Orejona” para el Real Madrid. Pero existe un precedente, muy parecido al que tendrá lugar esta noche en Turín, y que significó el primer gran golpe del proyecto galáctico de Florentino Pérez. Fue en la vuelta de semifinales de la temporada 2002-2003, justo un año después de proclamarse campeón de la Novena en Glasgow ante el Bayern Leverkusen con la obra de arte de Zidane.

El Real Madrid llegaba a Turín con un exiguo 2-1 de ventaja de la ida en el Santiago Bernabéu y con un equipo seriamente mermado. Porque tampoco entonces Vicente del Bosque pudo contar con su hombre clave en el centro del campo, al igual que le sucede actualmente a Carlo Ancelotti con Modric. Hace doce años se trataba de Claude Makelele. El francés, compañero inseparable de Zidane y jugador imprescindible en aquel equipo galáctico. A eso hay que sumar la situación renqueante de Raúl, recién salido de una operación de apendicitis, y la lesión de Ronaldo. El brasileño, con un pinchazo en el soleo, viajo a Italia entre algodones.

A todos estos inconvenientes se le sumó un partido donde todo salió mal. Fue una noche oscura, muy fría en Delle Alpi y donde los astros se alinearon para que nada funcionara en la maquinaria del entonces vigente campeón de Europa. Ni el regreso de Zinedine Zidane a la que había sido su casa durante tantos años evitó una auténtica debacle. La Vecchia Signora se paseó ante un Real Madrid que hizo aguas en un centro del campo compuesto por Esteban Cambiasso y Flavio Conceiçao.

Con un Madrid roto en todas sus líneas, Neved y Del Piero hicieron diabluras con la defensa madridista. Especialmente el primero cuajó un partido memorable y acabó desesperando a Fernando Hierro. Aún recuerdo como si fuera ayer el rostro de los miles de aficionados madridistas presentes en el estadio turinés. Los mismos que semanas atrás habían quedado atónitos ante la exhibición de Ronaldo en el Teatro de los Sueños de Old Trafford.

Desesperado por la situación Vicente del Bosque tuvo que tirar de un renqueante Ronaldo para intentar solucionar la sangría. Y a punto estuvo de conseguirlo. Una galopada típica del brasileño provocó un penalti que acabaría fallando Luis Figo. Fue entonces cuando se desplomaron las ilusiones del madridismo. Ni siquiera el gol de Zidane en los instantes finales pudo maquillar el descalabro del campeón de la Novena.

El regreso a Madrid se convirtió en todo un funeral. Las caras en el aeropuerto turinés reflejaban el enorme fracaso. El campeón de Europa había caído estrepitosamente ante la Juventus de Turín.

Hubo muchos corrillos, conversaciones, y en una de ellas siempre se ha dicho que se puso fecha de caducidad a la andadura de Vicente del Bosque como entrenador del Real Madrid. Esa noche de aquel 14 de mayo de 2003, víspera del patrón de la capital San Isidro Labrador, se firmó su salida del club. De nada sirvió la Liga que conseguirían casi cuarenta días después. Aquella noche fue el primer gran golpe del Real Madrid galáctico.

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