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"¿No es usted demasiado inteligente para ser futbolista?"

El fútbol y los libros no son incompatibles, pero Mata, el extremo del Chelsea, ha escuchado esa pregunta por parte de la prensa inglesa cuando se enteraron de que estudia dos carreras

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"¿No es usted demasiado inteligente para ser futbolista?" La pregunta, seguramente culpa de los prejuicios, pertenece a un periodista inglés, que la hizo acompañada de una carcajada. El destinatario fue Juan Mata que, además de jugar en el Chelsea, estudia dos carreras por la universidad a distancia (INEF y Marketing). "No, yo no creo que sea un bicho raro", respondió, "simplemente, trato de hacer cosas que se hacen a mi edad".

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Juan Mata, sin embargo, pertenece a un gremio en el que los futbolistas, matriculados en la universidad, son excepcionales. Siempre hubo casos y nunca dejará de haberlos, pero no es lo habitual. Al menos, entre los futbolistas de elite, que se convierten en millonarios prematuros. Y por eso mismo es tan extraño encontrar un caso como el de Mata o el del propio Andrés Iniesta, que no se resigna a abandonar la carrera de INEF. De hecho, antes de haberla terminado, ya la está sacando un gran provecho.

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"Me viene bien para entender la anatomía del cuerpo, y esto lo noto, sobre todo, cuando me lesiono, porque entiendo mejor lo que me dicen los médicos". Por eso Iniesta no renuncia a un sacrificio que, en realidad, ya no necesita para ganarse la vida. Su caso, a la vez, demuestra que el fútbol y los libros no son incompatibles. Y no es el único. El actual presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, fue un gran ejemplo en su época. Acabó la carrera de Derecho en la Universidad de Deusto mientras jugaba en el Athletic.

Los cambios de residencia en su etapa de futbolista tampoco impidieron a Óscar Celada, el actual médico de la selección, terminar la carrera. Jugó en Sporting, Zaragoza y Las Palmas, pero Óscar, que luego empezó como becario en el Consejo Superior de Deportes, fue una prueba de que "si se quiere, se puede estudiar". Y claro que hay más casos como los de Pirri o Pablo Alfaro que, antes de retirarse del fútbol, ya eran médicos; el de Julen Guerrero, licenciado en periodismo; el de Granero, ex futbolista del Madrid ahora en el Queens Park Rangers, donde no se olvida de la carrera de psicología. O el de Iván Marcano, ex defensa de Racing o Villarreal, que, a pesar de marchar al Rubin Kazan, sigue estudiando a distancia para ingeniero de telecomunicaciones en la Universidad de Cantabría.

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En realidad, no se trata de detallar más casos uno a uno, que los hay. Pero nunca será lo habitual. Y eso que ya no es como antes. En la época de Jorge Valdano, sin ir más lejos, cuando "el futbolista provocaba algún tipo de desconfianza intelectual". Ahora, desde la infancia, los chavales están avisados de que no pueden descuidar los estudios, porque el fútbol no es ninguna garantía.

Los departamentos de formación de los clubes lo recuerdan a diario. La declaración de Alejo García, como director del departamento de psicología del Atlético de Madrid, siempre será significativa: "Sólo entre el 1 y el 3% de los 240 canteranos del club logrará jugar en Primera división". Y uno de los que lo logró fue De Gea, el portero, que a los 17 años ya se hizo titular en el primer equipo, pero los miembros del Atlético de esa época siempre recordarán que su madre le pasaba los apuntes por fax para terminar el bachillerato. Sin embargo, ahora que De Gea ya juega en el Manchester y es un portero consagrado, es distinto. Y, en realidad, le pasa como a Xabi Alonso. Él empezó la carrera de Empresariales, pero el fútbol cambió las reglas de su vida ("me hubiese gustado hacer mi añito de Erasmus") y ahora, a los 31, echa de menos no haber tenido esa formación universitaria. Pero no es fácil, siendo futbolista, y Xabi Alonso no es una excepción por ello.

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La realidad tampoco le quitará nunca la razón. En una sociedad como la actual, en la que no hay más héroes que los deportistas, no es fácil encontrar casos como el de Juan Mata o Granero en Londres o Iván Marcano en Rusia. Sus vidas económicamente ya no corren casi ningún peligro y con el dinero invertido deberían tener suficiente, pero siempre habrá gente excepcional en el mundo. "Si hay tiempo para triunfar", pregunta Mata, "¿por qué no voy a tenerlo para estudiar?". Otra cosa distinta es si hablamos de futbolistas de categorías más discretas como Diego Cervero, el goleador que juega en Segunda B en el Oviedo y que está preparando el MIR, en la especialidad de traumatología, donde, en teoría, figura el resto de su vida. "Por eso estudio como una bestia". Pero el caso de Diego es diferente al de Xabi Alonso, por ejemplo. Cuando se retire del fútbol no es probable que tenga la vida solucionada.

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