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No nos merecemos esta selección

 

 

ELÍAS ISRAEL

España nos importa un comino. Así de sencillo. La selección es sólo para el verano, cuando todos miraremos a Suráfrica (si es que se acaba jugando allí) y tendremos los santos huevos de exigir al equipo nacional que gane el Mundial por primera vez en su historia. Intuimos que tenemos una generación única (Casillas, Piqué, Xavi, Xabi, Iniesta, Silva, Villa, Torres), pero la ninguneamos de manera permanente.

No podemos eludir la gran cuota de responsabilidad que tiene el periodismo, o lo que queda de él, en este desaguisado. Un punto de la cuota de ventas es más importante que el prestigio. España ha pasado a ser una doble página de rigor. Andamos enfangados en si el Madrid tiene mejor plantilla que el Barça, como dijo Guti (que no la tiene); si Robben estuvo bien vendido (estuvo mal vendido), si los que dirigen el Barça miran de Catalunya para adentro (una verdad como un templo), si el Atlético es una barca sin timón después de lo de Heitinga (lleva una década siéndolo), pero nos importa un comino si Del Bosque juega con Torres y Villa en punta o lo hace sólo con El Niño. Nos estamos jugando la clasificación para ese Mundial anhelado, pero las portadas nos hablan de la mar y los peces, siempre que sean del Madrid o del Barça.

Intuimos que hay una generación única, pero la ninguneamos

España, la selección, sólo nos importa desde que pita el árbitro, cuando cinco millones de entrenadores nos sentamos delante de la tele, hasta que acaba. Al día siguiente, analizamos con la camiseta del equipo de turno puesta, sobre todo si se lesiona un internacional de nuestro club. Hasta miramos a Del Bosque con recelo por su sospechoso pasado.

Sus títulos los ganaban el presidente y los jugadores, pero cuando se fue, y empezó la hecatombe, ya no se sabe quién los perdía. Si es que en este mundo no se puede ser un tipo sencillo. El perfil bajo es delito.

Si es que estamos más puestos en el Argentina-Brasil de Rosario que en el España-Bélgica de Riazor. Nos preocupa más el duelo Messi-Kaká o el pique entre Maradona y Valdano que cualquier cosa que ocurra en nuestro equipo nacional.

Y ya no se trata de que esté mal vendido o mal contado. Somos unos desmemoriados, porque estos chavales, con algún retoque, son los que nos hicieron subirnos a una nube en la Eurocopa de Austria y Suiza. Deben alucinar con el ninguneo mediático. Estos sólo son noticia cuando huele a técnico en horas bajas, con perspectivas de despido o la clasificación imposible.

En el Mundial, todos se subirán al carro, lloverán las portadas

Nos gusta más entrar por la gatera que por la puerta grande. Cierto es que Villar y compañía tampoco hacen demasiado para ganar más presencia. Para eso deberían aprender de Pepe Sáez, el mandamás del baloncesto español, que sabe dónde tocar para ganar en relevancia y en presencia mediática.

Iker Casillas reconoció que hay futbolistas que piensan más en llegar bien al Mundial que en sus propios clubes. Puede que Cristiano e Ibrahimovic, menuda paradoja, no lo jueguen. Alguno se escandalizará pensando en quienes les pagan, sus clubes. La gloria del futbolista es el Mundial. Entonces, todos se subirán al carrito. Lloverán las portadas.

 

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