Dos métodos antagónicos de generar éxito
Expertos de distintos ámbitos analizan para ‘Público' la personalidad de los entrenadores que manejan al Barça y al Madrid
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Se mueven en un mundo obligado a tener un referente antagónico para reafirmarse. "El Madrid necesita al Barça tanto como el Barça necesita al Madrid. En esa necesidad dual, el equilibrio de poder debe estar repartido para que todo fluya de forma natural", asegura el sociólogo Luis Martínez. Bajo esa clave de bipolaridad se escenifica el clásico del lunes en el Camp Nou. Barça vs. Madrid. Segundo vs. primero. Guardiola vs. Mourinho.
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Una guerra de marcas reducida a un enfrentamiento de personalidades. "El año pasado se enfrentaban dos equipos", continúa Martínez. "Ahora, los actores de la Liga son, paradójicamente, en el año que España puede presumir de futbolistas campeones del mundo, dos entrenadores".
¿Cuáles son los factores de esa situación? Jesús Toribio, experto en estudios de mercado, argumenta el protagonismo de los técnicos en la "victoria de los productos frente a sus marcas". "Guardiola y Mourinho se han hecho tan fuertes mediáticamente que Madrid y Barça se han convertido en ‘los equipos de...'. En el duelo, los clubes han perdido identidad, como sucede en la guerra tecnológica entre Blackberry e Iphone. Los productos han fagocitado a sus marcas: Rim y Apple ", sostiene Jesús Toribio.
A Guardiola y a Mourinho apenas les une la misma necesidad: ganar. Acabar el año bajo el paraguas de los títulos. "También les une que ambos aman el fútbol", explica Juan Carlos Cubeiro, coautor del libro Mourinho versus Guardiola.
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En el resto, son antagónicos, desde el ideario hasta la puesta en escena. "Pep es inductivo en su propuesta. Ha sido un gran jugador y capitán y aplica lo que ha vivido", sostiene Cubeiro. "Mou vive en el fútbol desde lo deductivo, redactando informes sobre estrategia y jugadores desde hace 30 años".
Dos estilos de liderazgo que son la proyección de su personalidad. "Mourinho es el mayor defensor de su apodo: The Special One. Alguien que se siente diferente y al que le gusta no dejar indiferente a nadie. En especial, a sus jugadores, quienes saben que todos sus comportamientos tienen consecuencias. Se mueve por la política del premio y del castigo", reivindica Almudena López, psicóloga deportiva. "Guardiola, por contra, refuerza el positivismo del colectivo", incide López. "Salvo con Ibrahimovic y Etoo, no se conocen enfrentamientos dialécticos con el vestuario. Pep es más filósofo, más provocador de las emociones individuales en la intimidad para fomentar la pertenencia al grupo".
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Ambos dirigen la hoja de ruta de sus clubes. Controlan, planifican, analizan y deciden todo. Aquí las perspectivas vuelven a divergir. "Cada uno de ellos es el entrenador adecuado para el equipo que lo ha contratado", asevera el psicólogo Juan Carlos Albaladejo. Guardiola ha impuesto un modelo de club en el que prima la cantera, al que imbuye de sentimientos, recuerdos y pertenencia. "Pep es un referente para el barcelonismo. Mourinho es el gurú que necesitaba el madridismo para volver a creerse importante", analiza Almudena López.
"Mourinho llega al Madrid por su éxito como profesional del fútbol. Para él, haber fichado por el equipo blanco significa un reto personal. Los éxitos del equipo pasarán a engrosar también su cuenta personal", incide Albaladejo. Una supremacía del ego que puede fagocitar al grupo. El sociólogo Luis Martínez expone un ejemplo bélico para explicar el beneficio-castigo del personalismo de Mourinho. "En una de esas batallas antiguas, de lucha cuerpo a cuerpo, el ejército de Mourinho sólo podría salir vencedor si el portugués permaneciera con vida durante el combate. El efecto de persuasión de su mensaje sólo tiene vigencia cuando él lo sostiene. Si no, véase el caso del Inter, desaparece".
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Una capacidad innata de generar éxito que Mourinho traslada a sus contratos. El portugués es el máximo ejecutivo que más gana de España. Incluso por encima de los 10,2 millones anuales de euros que percibe Alfredo Sáenz como consejero delegado del Santander. Una inversión barata para Helena López Casares, experta en Marketing y Comunicación por Ide Cesem, si sus acciones generan una catarata de reacciones positivas. "Un entrenador es un catalizador del cambio, pero debe saber delimitar sus ideas y pensamientos en acciones concretas. José Mourinho lo está demostrado: ha hecho de Cristiano Ronaldo un jugador más del equipo. Cristiano se cree el proyecto, está comprometido y decidido a luchar por él con orgullo y ganas".
El efecto Mourinho se plasma también en las apuestas y cuotas del Madrid desde su llegada al club blanco. Según los analistas de BetClic.com, Mourinho ha convertido al Madrid en un candidato con un 36% más de posibilidades de ganar la Champions.
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En la Liga, las posibilidades de convertirse campeón también han aumentado en un 30%.
En la estética, Guardiola es el vanguardista; Mourinho, el clásico. Pep es el entrenador que llevó al césped a Prada y Dior. Como dicen Montse Guals y Elisabeth
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Olivé, estilistas y personal shopper de Quémepongo, la imagen no es sólo un traje, la imagen es también actitud. "Su forma de vestir le define como un hombre con intereses culturales diversos", aseguran, frente a un Mourinho que viste "más como un hombre italiano. Sin ostentación salvo en el nudo de la corbata". Grande y abierto, en el luso. Estrecho y pulcro, en Guardiola.