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Marisa Rozalén: "No siento el octavo dan de kárate como un premio, para mí es un trámite"

ENTREVISTA A LA PRIMERA MUJER DE LA HISTORIA DE LA FEDERACIÓN MUNDIAL DE KÁRATE EN ALCANZAR ESTE GRADO. El kárate rebosa por las venas de esta madrileña que, pese a su sabiduría, apuesta por la humildad. En su vida compagina sus dos pasiones: dar clases a niños y el coaching ejecutivo. Una vida, pese a todo, no exenta de sacrificios:
"He tenido que renunciar a puestos directivos por dedicarme al kárate".

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Marisa Rozalén ejecutando un movimiento de kárate en una piscina. /MARISA ROZALÉN

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MADRID.- Marisa Rozalén sigue rompiendo barreras en el kárate y en el deporte español. Hace unos días recibió el diploma que la distinguía como cinturón negro octavo dan de kárate, lo que la convertía en la primera mujer de la historia de la Federación Mundial de Kárate en alcanzarlo. Además, también es el octavo dan más joven de España. "Siempre hemos asociado estos danes a figuras venerables y es verdad que yo no me veo reflejada en esa imagen", reconoce con humildad pese a demostrar que en su cabeza es capaz de almacenar cerca de 1.500 movimientos. 

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Pregunta. Hace unos días recibió el diploma que le reconocía con el octavo dan de kárate, ¿qué se siente? ¿se ha hecho a la idea?

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Respuesta. Todavía no me hago a la idea, no me reconozco mucho a mí misma. Además, soy yo el octavo dan más joven de España y es verdad que siento algo de extrañeza. Los altos grados en kárate siempre los hemos asociado a figuras venerables, que infunden mucho respeto y que denotan máxima maestría en este arte y es verdad que no me veo reflejada en esa imagen. Pero me imagino que poco a poco me iré acostumbrando.

¿Qué significa ser un octavo dan de kárate?

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"He tenido que esperar casi 40 años de práctica federada demostrada desde que conseguí el cinturón negro primer dan hasta ahora. Es como una carrera de fondo"

Te voy a poner un ejemplo, en la Federación Madrileña de Kárate figuran 60 quintos danes, luego ya sextos danes son la mitad, séptimos danes son solo una veintena y octavos danes no llegan a diez y todos son hombres, excepto yo. Y novenos y décimos danes solo hay dos de cada. Por eso, llegar a este nivel en el kárate es muy, muy complicado. La organización reconocida por el Comité Olímpico Internacional, que representa al Kárate Deportivo, establece que entre dan y dan tiene que pasar un determinado tiempo para poder tomar el examen correspondiente a cada grado. En mi caso he tenido que esperar casi 40 años de práctica federada demostrada desde que conseguí el cinturón negro primer dan hasta ahora. Es como una carrera de fondo, es toda una vida. En esta época del zapping, mucha gente que practica kárate lo va dejando, y este es un deporte, en el que siempre puedes tener una meta y para lograrlas se necesita mucha perseverancia.

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¿Qué nivel de exigencia se requiere para alcanzar tantos danes?

Cada dan exige una serie de requisitos. En este octavo dan lo que han valorado más son los logros conseguidos a partir del séptimo dan, es decir en los últimos ocho años. Por ejemplo, en el examen de quinto dan tuve que preparar una tesina sobre psicología en el deporte aplicada a la alta competición en el kárate y también hice un trabajo sobre proyecciones, luxaciones y estrangulaciones. Esto se traducía en ataques simultáneos a tres adversarios y ese examen fue de los más físicos que recuerdo. Y además tienes que ejecutar katas, que son combinaciones de movimientos de ataque y defensa contra rivales imaginarios, además de la aplicación de algunos de ellos ante oponentes reales. Es decir, en ese examen llegué a memorizar unos 1.200 movimientos. Hay que tener en cuenta que hay técnicas directas, indirectas, circulares, de puño, de mano, de pierna… Y son combinaciones en distintas direcciones. Por eso, requiere cierto trabajo cognitivo para poder memorizarlas.

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¿Exactamente qué has tenido que hacer para obtener el octavo dan?

"En los altos grados de kárate se valora más el aspecto docente que el técnico, porque ya se da por supuesto que se tiene un elevado nivel a estas alturas"

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Para el octavo dan tienes que tener un mínimo de 50 años de edad y tienen que haber pasado unos años entre un dan y otro. Desde el séptimo, he tenido que esperar ocho años para poder optar al examen. Además, en los altos grados se valora más el aspecto docente y de investigación y desarrollo, que el técnico, porque ya se da por supuesto que se tiene un elevado nivel a estas alturas. Yo, en particular, he estado doce años compitiendo en el equipo nacional de katas y tengo más ventaja a nivel técnico. Por eso, esta vez a mí se me ha tenido muy en cuenta que han pasado por mis manos más de 4.000 niños y también han valorado mucho los trabajos que he hecho en investigación y desarrollo. Yo podría haber elegido entre hacer un kata y su aplicación o presentar la documentación que me han solicitado. He optado por esta segunda opción y, por ejemplo, me han pedido un número determinado de alumnos que tengo con cinturón negro o los campeones que he formado. Pero también cursos de formación que he impartido, cursos de arbitraje… Y todos esos méritos se han valorado en una asamblea de la Federación Madrileña de Kárate, que votó en secreto. Y así es como he conseguido este octavo dan. Además, no podía presentarme físicamente al examen porque tenía un viaje a EEUU en julio, así decidí presentarme de la otra forma, que por otro lado es la elegida por el 80% de los octavos danes.

¿En su mente ya está pensando en el noveno dan?

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Pues no (risas). Me pillaría ya con sesenta y tantos años. Uf, no me lo puedo plantear ahora mismo. Yo ya ni me creo haber logrado el octavo dan como para pensar en el noveno. 

¿El octavo dan supone un premio a su carrera o una responsabilidad añadida?

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"El octavo dan no lo siento como un premio, para mí es un trámite. Es decir, me cumple el momento de ser octavo dan y no me gusta dejar cosas pendientes. Es una meta más, un objetivo"

No lo siento como un premio, para mí es un trámite. Es decir, me cumplía el momento de poder presentarme al examen de octavo dan y no me gusta dejar cosas pendientes. Es una meta más, un objetivo. Si me llega el momento de conseguir un dan más, no lo dejo pasar. Yo siempre les digo a mis alumnos que en el kárate siempre hay nuevas metas y que el cinturón negro no es el fin último. Hay metas nuevas a nivel técnico, a nivel docente, a nivel de arbitraje, incluso a nivel filosófico. 

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Además, es la primera mujer reconocida por la Federación Mundial de Kárate en conseguirlo, ¿podemos considerarla entonces la mujer que más sabe de kárate del planeta?

No lo creo. Hay gente que sabe mucho de kárate pero que nunca se ha examinado o que le importan menos los danes. Yo, al hacer kárate deportivo, me tomo esto casi como una obligación laboral más. Por eso no quiero que se me pase ninguna fecha de examen y en cuanto me cumple la fecha para examinarme, lo hago. Además, he tenido la suerte de que nunca me han suspendido. Yo creo que hay gente que sabe igual o más que yo de kárate pero a la que nunca le ha interesado los exámenes.

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¿Cree que ha roto una barrera?

"Yo animo a las mujeres a que a medida que vayan obteniendo danes no dejen el kárate porque el verdadero problema que nos surge es la conciliación entre el deporte y el mundo laboral y familiar"

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Siempre se rompen barreras. Pero más allá de eso, yo animo a las mujeres a que a medida que vayan obteniendo danes no dejen el kárate porque el verdadero problema que nos surge es la conciliación entre el deporte y el mundo laboral y familiar. Ahí es donde nos diferenciamos de los hombres, porque sobre nosotras recaen muchas más responsabilidades. Yo le he dedicado mucho esfuerzo y mucha energía al kárate pero también he dejado muchas cosas por el camino y he tenido que renunciar a mucho. Por eso, yo animo a las mujeres a seguir mi ejemplo pero también creo que cada una debe seguir su camino porque si en ese camino tienen que dejar a un lado sus valores u otras prioridades, entonces prefiero no animarlas. 

Usted estudió ciencias de la información y se especializó después en coaching, liderazgo y motivación. Ha trabajado en RTVE, la Comunidad de Madrid, ha sido profesora en varias universidades... y todo compaginado con su trayectoria deportiva (ha sido siete veces campeona de Europa y tres veces subcampeona del mundo). Tiene un currículum que muchos envidiarían

No creo que me envidie nadie, solo he conseguido llevar una vida llena de esfuerzo y superación. Yo funciono mucho por objetivos y muchas de las conferencias que doy versan sobre esta materia. 

Marisa Rozalén ejecutando una patada de kárate.

En estos momentos, ¿cuáles son sus ocupaciones?

Doy clases de kárate a niños en el club de tenis de La Moraleja y también me dedico al coaching ejecutivo en escuelas de negocios. Esa es mi otra pasión y en la que me he formado durante muchos años. Me hubiera gustado, por ejemplo, que mi propia Federación me hubiera hecho caso cuando propuse hace más de 20 años implantar esto cuando todavía nadie hablaba de ello en España. Y esa espina se me ha quedado. Pero sí pude desarrollarlo en la dirección general de Deportes de la Comunidad de Madrid. 

¿A qué has renunciado en tu vida por el kárate?

"He tenido que rechazar muchas oportunidades laborales e incluso puestos directivos en empresas por competir en este deporte y por mi pasión de enseñar el kárate a los niños"

Lo más complicado en mi vida ha sido compaginar mi carrera deportiva durante tantos años, con otra profesión igualmente gratificante para mí, como es el Desarrollo Directivo y el Coaching Ejecutivo. Por ejemplo, he tenido que rechazar muchas oportunidades laborales e incluso puestos directivos en empresas por competir en este deporte y por mi pasión de enseñar el kárate a los niños.

¿Se puede llegar a vivir de un deporte como éste?

"Yo he trabajado casi 30 años en un colegio privado que no he tenido más remedio que dejar porque las clases eran a mediodía y esto interfiere con cualquier horario laboral"

Depende de tus aspiraciones pero con la crisis es verdad que han bajado mucho las actividades extraescolares en los colegios, cuesta mucho hacer grupos. Yo he trabajado casi 30 años en un colegio privado que no he tenido más remedio que dejar porque las clases eran a mediodía y esto interfiere con cualquier horario laboral. Yo lo he podido compaginar con mi formación y con mis talleres en las escuelas de negocios pero es prácticamente incompatible con cualquier horario de empresa. Por eso lo he tenido que dejar porque ahora mismo no puedo vivir de ello. Ahora mismo estoy muy enfocada al desarrollo directivo, yo creo que ya es hora después de haber dedicado más de 40 años al kárate. No lo voy a dejar, desde luego, porque es mi pasión enseñar kárate a los niños pero es verdad que tengo que dedicar menos tiempo a dar clases y más a este otro campo.

¿Por qué se apuntan sus alumnos a kárate?

"Muchos niños acuden al kárate por las películas o los videojuegos pero yo no estoy muy de acuerdo con lo que transmiten y me parecen, incluso, hasta violentos"

Muchos niños acuden al kárate por las películas o los videojuegos pero yo no estoy muy de acuerdo con lo que transmiten y me parecen, incluso, hasta violentos. Y cuando los niños se dan cuenta de lo que es el kárate, ven que transmite valores totalmente contrarios a lo que les ofrecen en la televisión, el cine y las videoconsolas. 

¿Qué es lo más importante que intenta inculcarles?

"La perseverancia y el espíritu de superación son los dos valores fundamentales que intento transmitir a mis niños"

Para mí, lo más importante es la perseverancia. Yo siempre les digo que si no les sale a la primera un objetivo, que sigan intentándolo. Pero siempre hay que aplicar un poco de creatividad y si ven que algo no les sale de una manera, deben intentarlo de otra. Tienen que perseverar e insistir porque eso te les da mucha fortaleza. Por eso, la perseverancia y el espíritu de superación son los dos valores fundamentales que intento transmitir a mis niños.

Usted ya está retirada de la competición pero el kárate español pasa por un momento excelente

Es verdad. Hemos conseguido ser campeones del mundo de katas. El equipo masculino lo ha conseguido y hemos logrado batir por primera vez a Japón, que parecía algo imposible.

¿Vive también el kárate femenino un buen momento, como lo está teniendo en el deporte en general?

Sí, claro. Las mujeres están obteniendo muchos éxitos en el kárate español. Ahora mismo, el equipo femenino logró el bronce en el Mundial de kumite y yo noto que cada vez tengo más niñas alumnas. Y además a las chicas se les da muy bien porque el kárate es un deporte muy técnico, de mucha atención y concentración y ellas se suelen fijar mucho en las técnicas. 

Y el karate está a un paso de ser deporte olímpico en Tokio 2020

Si, se decide el año que viene en los Juegos de Río. Pero a nosotros nos dicen que está hecho, que el kárate por fin será olímpico. Además mi modalidad que es la katas también está propuesta para ser olímpica junto a la de kumite (combate). Curiosamente en las dos artes marciales que hay katas, en taekwondo y en judo, esas modalidades no son olímpicas, solo lo es la modalidad de combate.

¿Y te has planteado ir a esos Juegos de Tokio de alguna manera?

"En mi época hacíamos kárate cuando no había ni ayudas ni ADO ni nada. Competíamos por amor a la patria e, incluso, te costaba dinero competir"

Es que de los puestos federativos nunca he recibido ni una sola llamada para formar parte ni del organigrama de la federación madrileña, ni de la española. Por eso estoy bastante al margen de la política deportiva. Claro, ya como competidora no podría ir porque fue una etapa de mi vida que duró 12 años y de la que me siento muy orgullosa, pero aquello ya terminó. Además, nosotros hacíamos kárate cuando no había ni ayudas ni ADO ni nada. Competíamos por amor a la patria e, incluso, te costaba dinero competir. Pero volviendo a tu pregunta, por ejemplo en los Juegos de Tokio yo podría estar en el área del arbitraje pero antes tendría que sacarme el título de Juez internacional y fíjate que eso no lo descarto.

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