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Maracaná se llena de música y color en la ceremonia inaugural de los Juegos Paralímpicos de Río

El momento más emotivo

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El nadador brasileño paraolímpico Clodoaldo Silva encendió el pebetero. /JENS BUTTNER (EFE)

RÍO DE JANEIRO.— El estadio de Maracaná vivió esta pasada noche durante casi cuatro horas, con la ceremonia de inauguración de los primeros Juegos Paralímpicos de la historia de Sudamérica, una auténtica fiesta tropical que llenó de color y música el cielo de Río de Janeiro.

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Su testigo lo tomó el atleta estadounidense Aaron Wheelz, que, con su silla de ruedas, deleitó a los asistentes con un saltó impresionante, con pirueta incluida en el aire, tras descender una empinada rampa desde lo más alto de una de las gradas de un fondo del estadio.

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El momento más emotivo

El momento más emotivo de la ceremonia llegó casi al final con el encendido del pebetero paralímpico. La llama, tras haber viajado a través de las cinco regiones de Brasil a lo largo de siete días, con 500 portadores, llegó al estadio para un último relevo en manos de cuatro deportistas con discapacidad brasileños: Antonio Delfino, Marcia Malsar, Adria Rocha y Clodoaldo Silva.

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