MADRID.- Luis Enrique rehuye a los periodistas. Su condición de primer entrenador del Barcelona le obliga a ponerse delante de los micrófonos tanto antes como después de los partidos de su equipo, pero el asturiano ni se siente cómodo en ese púlpito ni lo disimula. Sin embargo, su tono hacia la prensa en los últimos días se ha agriado más de lo normal.

El domingo, tras la derrota del Barça contra el Valencia, tuvo una manera poco educada de responder a un periodista y esta martes al ser preguntado por ello, el técnico asturiano se ha mostrado más desafiante que nunca y se ha negado a pedir disculpas, más bien todo lo contrario.

"No tengo nada de qué disculparme. No he faltado el respeto a nadie. Muchos medios faltan al respeto a muchos de nosotros y a mí cada día. Si no les gusta mi estilo, me importa un bledo. Un bledo para decirlo de manera educada", ha espetado en la rueda de prensa previa al encuentro contra el Deportivo.

"No tengo nada de qué disculparme. No he faltado el respeto a nadie. Muchos medios faltan al respeto a muchos de nosotros y a mí cada día. Si no les gusta mi estilo, me importa un bledo"

Así ha reaccionado Luis Enrique cuando ha sido cuestionado por una periodista de la cadena COPE si quería disculparse por la reacción que tuvo a la pregunta del periodista del Diario Gol Víctor Malo. En la penúltima comparecencia de prensa, Malo le preguntó por si la preparación física era una de las causas de la racha de cuatro derrotas en los últimos seis encuentros de su equipo.

"¿Cómo es tu apellido? Pues eso, siguiente pregunta", respondió molesto Luis Enrique, que este martes, lejos de rectificar, ha evidenciado la falta de sintonía con los periodistas que siguen la actualidad del Barcelona. 

A Luis Enrique se le nota nervioso, pese a que intenta dar apariencia de normalidad ante la situación que afronta el Barça, que ha visto esfumarse su ventaja al frente de la Liga y eliminado de la Liga de Campeones. Pese a ello, el técnico ha asegurado que le "va la adversidad", en un tono sarcástico.

"Si cambiamos esto y somos campeones, no me puedo imaginar el fiestón que nos vamos a dar"

 una característica, debe ser de mis genes gijoneses: me va la adversidad. Soy así de gilipollas, me va el baile en vez de disfrutar de las victorias. Tengo ganas de que que llegue mañana. Si cambiamos esto y somos campeones, no me puedo imaginar el fiestón que nos vamos a dar. Y si no, felicitaremos al campeón. Así vivo yo el deporte y la vida", ha asegurado.

"Me aferro a mis jugadores, a su actitud, a la manera de competir que tienen y a la fe que tengo de que puedan ganar todos los partidos que quedan. ¿Por qué no?"

El preparador asturiano intenta ofrecer de cara a la galería un discurso de optimismo ante la visita a Riazor pero reconoce que el equipo se encuentra en una "dinámica negativa". Sin embargo, confía que el equipo juegue ante el Deportivo como lo hizo contra el Valencia: "Las dinámicas negativas son complicadas de cambiar. Pero me baso en lo que hacemos hasta ahora. Tenemos como referencia este último partido, hay que centrarse en eso y que los aspectos negativos generen menos secuelas. Hay que saber superarlas. Debemos seguir con misma idea y en la misma línea, basándonos en el fútbol, que es lo que necesitamos. Que el partido ante el Deportivo se parezca del Valencia sería una buena señal".

Y pone la mano en el fuego por sus futbolistas: "Me aferro a mis jugadores, a su actitud, a la manera de competir que tienen y a la fe que tengo de que puedan ganar todos los partidos que quedan. ¿Por qué no? Lo hemos hecho estas temporadas, estamos acostumbrados a esta máxima presión. El rival nos penaliza haciendo muy poco o casi nada, es una situación especial a la que hay que adaptarse de manera diferente".