Un líder sin autoridad
El Real Madrid, abonado al 1-0, derrota al débil Zúrich en otro partido insulso y de fogueo
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Por más que Pellegrini quisiera vender que su mirada sólo estaba puesta en el partido ante el Zúrich, la titularidad de Raúl le delató. El 7 se ha visto relegado a jugar partidos menores y la visita del conjunto suizo al Bernabéu lo era y lo fue. De hecho, el capitán volverá al banquillo en el clásico del próximo domingo y su lugar lo ocupará Benzema, reservado para la ocasión. Hasta el regreso de Cristiano Ronaldo fue planteado como si se tratara de un amistoso. Unos minutos pensando en el Barça, aunque lo ajustado del resultado permitiera otra interpretación más atrevida.
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Abonado al 1-0, Alcorcón incluido, el Madrid volvió a ofrecer una imagen decepcionante. Líder de la Liga y en su grupo de Champions, pero sin ninguna autoridad. La inocencia del rival permitió a Casillas vivir una noche tranquila y la zaga tampoco tuvo que sudar en exceso. Los problemas llegaron después, en la zona de teórica creación, donde no se respetan las líneas de pase, pues los centrocampistas se solapan, y el reparto de espacios es aleatorio. Lass juega demasiado en paralelo a Alonso y Kaká se retrasa en lugar de estirar el equipo. Resultado, un atasco táctico del que se benefició el Zúrich, presa del acojone, más que miedo, escénico.
La alineación de Raúl y el regreso calculado de CR9 delatan a Pellegrini
A los suizos les resultaba sencillo mantener al Madrid lejos de su portería y obligarle a intentar acciones individuales, siempre con más conducción que combinación. A cambio, el Zúrich apenas cruzaba el círculo central, lo que empezó a convertir el partido en un monólogo del Madrid, aunque vacío de contenido. Sólo una intercepción desde el suelo de Lass en la línea de tres cuartos hizo posible que los blancos improvisaran una jugada diseñada por Kaká y ejecutada por Higuaín.
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El gol del argentino era el suficiente pero pobre bagaje con el que el Madrid se fue a la caseta. La segunda parte tampoco prometía emociones y las expectativas se cumplieron. Tan sólo el regreso de Cristiano Ronaldo en sustitución de Raúl animó a una grada adormecida. El regreso del portugués servirá para comprobar si fue él quien creó unas falsas expectativas en un equipo que desde su gestación ofreció síntomas de incompatibilidad táctica. Con CR9, el Madrid ganó los siete partidos que disputó. Sin CR9, sólo fue capaz de ganar cinco de diez.
Higuaín volvió a marcar y alimenta el resultadismo de su entrenador
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Sea por presión o por rendición, Pellegrini se ha entregado a los brazos del resultadismo, un camino legítimo pero que no tiene retorno. Al chileno le preocupa la sensación de falta de autoridad que, según él, se vende desde fuera del club, aunque más debería preocuparle la sensación de falta de autoridad que transmite su equipo. "Nadie en el club me ha dado un solo toque de atención", dijo El ingeniero hace unos días. Pues igual va siendo hora de que alguien se lo dé. Aunque sólo sea para recordarle que el resultadismo no tiene cabida en el Madrid. Si algo no tiene mérito al frente del conjunto blanco es ganar. Sobre todo cuando es engañoso.
La clasificación para los octavos de final quedó ayer muy despejada para el Madrid. Los blancos, convertidos en líderes del grupo C, disfrutan ahora de dos puntos de diferencia sobre el Milan y tres sobre el Marsella. Si el Madrid gana en la ciudad francesa el próximo 8 de diciembre, será líder del grupo. Si empata ante el Marsella tiene la clasificación para los octavos de final garantizada. Solamente existe una combinación para que el equipo merengue quede apeado de la Liga de Campeones. Y esta opción siempre pasa por la victoria del Milan en Zúrich, que haría líderes del grupo a los italianos. Para que los españoles quedaran eliminados tendría que producirse, además de la victoria del Milan, una derrota madridista por más de tres goles de diferencia en el choque ante el Marsella. Incluso una derrota por 3-0 lograría clasificar al Real Madrid y eliminaría al Marsella, ya que en este momento los blancos poseen una diferencia de goles de +6 frente a la cifra de +2 que suma el Olympique. Sólo un desastre les cerraría el acceso a los octavos de final.